Mariano Rey, Maximiano Valdes y la Filarmónica , registrados de manera magistral por Juanjo Bruzza para el servicio de Prensa del Teatro Colón.
MUY BUENA NOCHE DE CONCIERTO
Teatro
Colón, temporada 2025. Concierto de abono correspondiente al ciclo a cargo de
la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Maximiano Valdes. Solista:
Mariano Rey (Clarinete). Programa: Obras de Wagner, Mozart y Sibelius. Sabado 21
de Junio de 2025.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
La Filarmónica
retornó a su serie de conciertos en la sala de la calle Libertad, en esta oportunidad
bajo la conducción del muy buen maestro chileno Maximiano Valdes, el que nunca
defrauda en cada presentación a la que se lo convoca. Junto a El y a la
Orquesta, se desempeñó como solista un brillante intérprete integrante de sus
filas, el clarinetista Mariano Rey.
El comienzo estuvo marcado por una correcta
versión de la Obertura de “El Holandés Errante” de Wagner (A propósito, ¿no es
hora de que se la ofrezca íntegra en el escenario del Colón, habida cuenta de
que han pasado ya 23 años de la polémica puesta Suarez Marzal-Kuitca y que
perfectamente se la puede montar en la sala sin ningún problema de duración, horas
extras y demás yerbas?). Una vez más flotaron en la sala los temas de los marineros,
del protagonista, Senta, los festejos y la redención por el amor. Valdes
condujo esta apertura con pericia, discurso sostenido y total dominio de la
página. La Orquesta, más allá de algunas pequeñas imperfecciones, respondió muy
bien al desafío con un sonido amalgamado y muy buenas intervenciones de los
principales solistas de instrumentos.
Uno de los más destacados valores que integran
la Filarmónica lo es, sin dudas, el clarinetista Mariano Rey, notable interprete
de su instrumento, quien ha trascendido fronteras y se ha posicionado como uno
de los mejores intérpretes iberoamericanos en el presente. Junto a Valdes y a
sus compañeros ofrecieron una inspiradísima versión del concierto Kv. 622 de
Mozart, la última obra que el genio de Salzburgo compuso para combinación instrumento
solista y orquesta y que dedicó a su
amigo Anton Stadler. Estructurado en los cánones del genero con tres
movimientos, intensos y con brillo los de punta (Allegro, Rondó-Allegro) y absolutamente reflexivo el central (Adagio),
es una obra que permitió el total lucimiento del solista. Mariano Rey es
portador de un exquisito y refinado sonido, el que brotó de su instrumento de
manera inmaculada y que tuvo en el adagio central su punto más alto con una
descollante versión. La orquesta, bajo
la atenta guía del Maestro Valdes se acopló perfectamente en el acompañamiento,
redondeando de esta manera una inmejorable interpretación. Ante el sostenido
aplauso del público, Rey retribuyó con una magnífica interpretación del solo de
clarinete con el que se inicia la célebre aria “E Lucevan le Stelle” de “Tosca”
de Giacomo Puccini, la que logró hacer concentrar al público de tal manera que
un prolongado y bienvenido silencio se interpuso entre el final y los aplausos.
Bienvenido fue eso. Justa ovación para un extraordinario artista.
La primera sinfonía op. 39 de Jean Sibelius
se enrola dentro de la primera etapa de su producción de corte verdaderamente nacionalista,
Puede decisre que su música en muchos pasajes de la misma pinta como pocas
veces a su Finlandia natal. Desde un
inicio desde las notas más bajas, hasta las primeras intervenciones de la
cuerda, pareciera que el compositor quisiera describirle al oyente una pintura
de su patria. Un segundo movimiento de expansión del discurso con momentos de
exaltación en la música, al que sigue un brillante tercer movimiento y culminar
luego con pasajes en donde surge la clara influencia de compositores de la
época (por momentos puede decirse que el final de “Scheherezade” de Rimsky-Korsakov
ha obrado como disparador de ideas). Valdes pudo plasmar su pensamiento respecto
a esta notable página prácticamente en toda la interpretación. Obtuvo muy
buenas respuestas de todos los sectores del conjunto, eligió tiempos muy
precisos y sostuvo el discurso orquestal. Ha sido un acierto la elección de
esta obra y fue muy grato escuchar a la Filarmónica en la misma.
El balance nos entrega entonces la magnífica
actuación de un estupendo solista y una orquesta que cuando está en muy buenas
manos, logra lucir.
Donato Decina
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