UN TRABAJO
DE EQUIPO INOLVIDABLE
Teatro Colón,
Opera de Cámara, Temporada 2017: “Piedade”, Opera en Cuatro Escenas para
Soprano, Barítono y Tenor (Estreno año 2012, por encargo de la Sinfónica
Petrobras). Libreto y Música de Joào Guilherme Ripper. Estreno Argentino.
Interpretes: Laura Pisani (Anna de Assis), Sebastián Angulegui (Euclides Da
Cunha), Sebastián Russo (Dilermando). Escenografía y Vestuario: Enrique
Dartiguepeyrou/Claudia Bottazzini. Iluminación: Horacio Efron. Orquesta,
Concertino: Alfija Gubaidulina, Solista de Guitarra: Martín Marino. Dirección
Musical: Federico Sardella. Dirección de Escena: Diego Ernesto Rodriguez.
Espacio C.E.T.C.; Función del 03 de Setiembre de 2017.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
En 1909, Río
de Janeiro y particularmente el barrio “Piedade” de esa ciudad se veían
sacudidos ante la noticia de la muerte del Escritor, Poeta, Ingeniero Militar,
Naturalista y Docente de Ciencias Sociales y Naturales Euclides Rodrigues Da
Cunha, del que se conserva su obra fundamental “Os Sertoes” (Los Sertones), en
la que trata un triste episodio de la historia Brasileña de la que El fue
testigo fundamental, la guerra de “Canudos”, lugar ubicado en una región árida
con población fundada por Antônio Vicente Mendes Maciel, predicador conocido
como “Antonio Conselheiro”, de actuación y ascendente sobre las clases bajas. Y es desde ese lugar donde surgió una
rebelión aplastada por completo por el Ejército Brasileño, siendo exterminados
el mencionado “Conselheiro” y la totalidad de los habitantes de Canudos. Un
anciano, dos hombres y un niño fueron los últimos en caer tras cinco días de
apremiante resistencia frente a un Ejército de aproximadamente cinco mil
hombres, lo que marcará el momento en que Da Cunha realice la crónica para el Diario “O
Estado de Sao Paulo” de estos sucesos que le marcarán un antes y un después en
su vida, ya que caerá en una depresión muy pronunciada que afectará su relación con su esposa Anna
Emilia Ribeiro (a la que en el libreto Ripper llamará Anna de Assis) y su hijo
Manoel ( de muy corta edad). Por este
desgraciado hecho, Anna entablará una relación con el Capitán de Ejército
Dilermando Candido de Assis (dieciséis
años menor que Ella), la que al ser descubierta por Da Cunha hará estallar un
incidente pasional que culminará de modo trágico cuando el Escritor se dirija
al domicilio de Assis con el propósito de asesinarlo ocurriendo lo contrario ya que fue Assis el
que al actuar en defensa propia culminará abatiendo al Escritor.
De esta base
en el año 2012 la Orquesta Sinfónica
Petrobras, para conmemorar los 110 años de la aparición de “Os Sertoes” de Da
Cunha, comisionó a Joâo Guilliaume Ripper la composición de una Obra, la que en
forma de una Opera en Cuatro Escenas para Soprano, Barítono y Tenor con el título
de “Piedade” develará durante su
transcurso que no solamente se refiere al suburbio en el que tendrá lugar la
tragedia, sino que también será una invocación para pedir por el perdón de los
integrantes de este triángulo, humanos al fín y al cabo, con todas sus
grandezas y misierias.
Además de
esbozar un libreto claro y directo, Ripper se vale de un conjunto reducido para
la interpretación de su música al que una guitarra solista le agregará valor,
ya que será la interprete exclusiva de los “Intermezzi” entre cada mutación
escénica. El estilo de composición del autor Brasileño nos muestra aquí a un
compositor con clara influencia del lenguaje expresionista, imbuido en la esencia
y las raíces del folcklore de su país, lo cuál es un mérito muy fuerte en su
favor, ya que el efecto sobre el espectador es inmediato. Desde el primer
Compás nos pintará un paisaje inconfundiblemente Brasileño del que la Guitarra,
instrumento fundamental para esta música, será el vehículo que mejor describirá
los acontecimientos y que tendrá también un lucimiento muy especial cuando
Dilermando interprete al inicio del último cuadro una serenata
inconfundiblemente dedicada a Anna (casi como un guiño a “Cavallería
Rusticana”, solo que aquí Euclides [emulo de Alfio] será quién perezca y
Dilermando [emulo de Turiddu] el que sobreviva). El hecho de que inteligentemente la Opera de
Cámara haya programado las funciones de este trabajo en el espacio del Centro
de Experimentación del Colón y que Diego Ernesto Rodriguez, nuestro conocido
“barbado” de “Lírica Lado B” haya sido elegido como Director Escénico,
significó la puerta de entrada a la creatividad y a la incuestionable calidad
visual de todo el espectáculo. La sala posibilitó ubicar al público en todos
los angulos. Con esa integración el público fue parte de la escena en el rol de
“testigos” del hecho. El espectáculo comienza en silencio, los cantantes
entregan al público sentado en primera fila objetos etiquetados simulando ser
inventario de la “escena del crimen “ para que lógicamente se aprecien por el
espectador elegido. Al estar ubicado en primera fila por la gente de prensa,
cosa que mucho agradezco, se me entregó un Casquillo servido (por lo que de
inmediato recordé al desgraciadamente célebre “pituto” del caso García
Belsunce). Los interpretes recorrerán todo el ámbito del lugar, actuarán y (con
inteligencia y sin golpes bajos) mostrarán el desenlace, el que será rematado
por una extensa plegaria de la mujer que conmueve y mucho. Rodríguez una vez
mas dio prueba de su talento y creatividad. La marcación actoral fue
sobresaliente y los desplazamientos se vieron favorecidos por los elementos
escenográficos aportados por Enrique Dartiguepeyrou y Claudia Bottazzini,
responsables también de un ajustado y sobrio vestuario, realzado todo esto por una espectacular
iluminación de Horacio Efron, presente hasta en los mas mínimos detalles . Es
de esperar que todo este equipo sea nuevamente convocado para nuevas
realizaciones.
Y en lo
musical, Federico Sardella obtuvo un formidable
rendimiento del conjunto instrumental, conformado por músicos de las
principales orquestas del medio. El brillo el color y los momentos de realce de
la partitura fueron plenamente logrados . La comunicación con los interpretes
vocales fue optima. El Guitarrista Martín Marino fue extraordinario interprete
de los mencionados “intermezzi “ además de excelente acompañante de Santiago
Russo en la “Serenata”. Y ya que mencionamos lo vocal, no solo Russo, sino
también Laura Pisani y Sebastián Angulegui conformaron un extraordinario terceto
protagónico en donde destacar a alguno por sobre los otros sería una verdadera
injusticia, por lo que solo me cabe saludar el brillante desempeño de los tres.
Todo este trabajo de equipo fue supervisado personalmente por el compositor, a
quien descubrí por casualidad sentando al lado mío y al que nuevamente le
extiendo mis felicitaciones por este estupendo trabajo.
Donato Decina
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