UN ORGANISMO QUE VA ATRAVESANDO TODOS LOS DESAFIOS
Orquesta
Estable del Teatro Colón, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solista: Guadalupe
Barrientos (Mezzosoprano). Programa: Obras de Walton y Elgar. CCK-Sala
Sinfónica, 23 de Junio de 2018.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
Dentro
de los muy saludables intercambios que se realizan entre organismos musicales
dependientes de la Nación y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siempre es muy
bienvenida la presencia en la Sala Sinfónica del CCK de los Cuerpos Estables
del Teatro Colón. Y es en este caso la Presentación que la Orquesta Estable de
Ntro. Primer Coliseo, bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke como parte
de ese intercambio (24 horas antes la Sinfónica Nacional había hecho lo propio
bajo la Conducción del Chileno Francisco Rettig en la Usina del Arte,
comentario que hemos hecho por separado), llegó a la mencionada Sala para
proponernos un programa basado en dos de los tres músicos mas influyentes de la
pasada centuria en el Reino Unido: William
Walton y Edward Elgar (El otro es, por supuesto, Benjamin Britten).
La sesión comenzó con una muy buena versión
de “Corona Imperial” de William Walton. Trabajo comisionado por la Corona para
matizar la ceremonia de Coronación de Jorge VI (Padre de la actual Soberana
Isabel II, quien debió hacerse cargo del trono ante la abdicación de su hermano
Eduardo VIII quien antepuso su relación sentimental con la Norteamericana
Wallis Simpson, rechazada por la realeza británica dada su condición de
divorciada, antes que asumir el trono tras la muerte de su Padre Jorge V). Como
explicó muy bien el Conductor Mexicano, se ofreció una versión acotada (Y en
este caso es absolutamente comprensible), dado que el manuscrito original tiene
repetición de momentos que sirvieron en la ceremonia para acompañar el ingreso
de dignatarios que lo hacían según la importancia del rango social, de acuerdo
al protocolo de esa época. La interpretación puso de relieve los momentos
cargados de “majestuosidad”, acorde con la importancia del acontecimiento para
el cual esta partitura fue comisionada y, lógicamente, la imponencia del final, que acompañó la entrada de Jorge VI al lugar
en el que fue coronado en 1936.
Para referirme a “Pinturas Marinas” de Edward
Elgar que cerró la primera parte del Concierto, debo realizar antes un
desagravio a la Mezzosoprano Guadalupe Barrientos. Es inadmisible que quien
haya proporcionado la información ya sea a Prensa del CCK y/o del Colón, no
advirtiese que “Pinturas Marinas” son cinco poemas musicalizados para Mezzosoprano
y Orquesta, ignorando la presencia de esta notable interprete Argentina, por lo
que su nombre no apareció ni en la Newsletter de Internet del CCK, ni en los
programas de mano, ni en la Comunicación de Prensa emitida por el Colón. Ante una
notable lectura por parte de Diemecke, traducida en una respuesta soberbia de
todos los sectores de la Estable, Barrientos contribuyó con una acertada
interpretación que se robusteció a partir del tercero de los poemas y de ahí
hasta final de la obra. Enfatizó los pasajes mas acentuados de manera
excelente, con notable emisión, buena pronunciación y gran entendimiento con el
Director y la Agrupación.
Y en la parte final, se escuchó una imponente
versión de las siempre bienvenidas “Variaciones Enigma” del mismo Elgar, en la
que el Canto orquestal fluyo de modo espontáneo, con momentos de sublime
belleza interpretativa e intervenciones solistas de viola y violonchelo a cargo
de Javier Cárdenas y Stamir Todorov respectivamente, ambos con notable faena. Las
variaciones Nºs. 7 (Presto) y 9 (La celebre Nimrod), mas las mencionadas con
participación solista, marcaron los puntos mas altos de la noche, como así
también me cabe consignar que la asistencia de espectadores a la sala fue, sin
temor a equivocarme, una de las mas altas para Conciertos sinfónicos de los
últimos tiempos. Señal de que ante lo muy bueno, la gente responde.
Donato Decina
No hay comentarios:
Publicar un comentario