EL GRAN ORFEBRE
Orquesta Sinfónica
Juvenil Nacional “Libertador General San Martín”, Temporada del 25º
Aniversario, Solista: María Luisa Harth Bedoya (Guitarra-Perú), Programa: Obras
de Piaggio, Villa-Lobos y Richard Strauss. CCK-Sala Sinfónica, 05 de Mayo de
2019 (Horario Matutino).
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Dentro de la
temporada conmemorativa del 25º aniversario de su creación, la Sinfónica
Juvenil Nacional “Libertador General San Martín” realizó una nueva presentación
bajo la Guía de su Titular y Fundador, Mario Benzecry.
Un gran desafío es el que justamente el
Conductor le planteó a sus Dirigidos. Abordar el único trabajo sinfónico del
Gran Maestro Argentino Celestino Piaggio (Obra injustamente relegada por Ntras.
Orquestas mayores [la escuché en vivo una sola vez en 1984 por la Sinfónica
Nacional dirigida por Jaime Braude en el Auditorio de Belgrano en un Concierto
programado de urgencia tras {¿Cuándo no?} una medida de fuerza sindical]), es
increíble su ausencia en los atriles. Continuar con otra bellísima obra cuya
sola presencia en un concierto evitaría el trilladísimo repertorio para la
combinación Guitarra y Orquesta. Y para concluir la sesión, un monumento de
obra sinfónica. Ello motivó que a pesar del clima tormentoso con que Buenos
Aires amaneció ese día, el Público concurriera de manera apreciable a la Sala
Sinfónica del CCK.
Uno de los excelentes frutos que generó la
labor de Lucio Bruno-Videla al frente del Instituto de Investigación en
Etnomusicología del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es la preservación
del material de Dirección y de Orquesta correspondiente a la “Obertura en Do
menor” de Celestino Piaggio. De manera muy acertada el Maestro Benzecry comentó
en su charla previa que la Composición de este trabajo fue realizada por Este creador
Argentino durante una accidentadísima estadía en Rumania en 1914, ya que
hallándose en ese País en viaje de vacaciones, lo sorprende el estallido de la
Primera Guerra Mundial, imposibilitándole ello su regreso a París en donde
residía para perfeccionarse en la Escuela de Música Parisina. Su estancia en
Rumania fue extensa, y en ella consiguió trabajo en la docencia musical para,
mientras tanto, componer este bellísimo trabajo en donde de modo certero surge
la influencia de Vincent D’Indy su profesor en Francia, como así también
ciertos rasgos caracterísiticos que hallamos en la otra figura relevante. Cesar
Franck y por que no entonces, agregarle a los dos primeros a Ernest
Chausson, cultivador de las mismas formas. La musicalidad plena, el trato casi
camarístico en su zona central, la riqueza de la orquestación, el despliegue de
la paleta orquestal (plena Esta de colorido), son los rasgos fundamentales de
esta página, a la que debemos sumarle la interpretación de Benzecry (formado
también El en Francia), por lo que la versión fue de una calidad superlativa y
vivada de manera entusiasta por la concurrencia. La Orquesta tuvo destaque en
todos los sectores, desde el caudal y el
brillo de la cuerda, el ajuste de sus vientos y bronces y la precisión de la
percusión. Ojalá se la escuche de manera mas reiterada.
Una delicada y finísima joya. Tal vez sea
esta la definición que le quepe al Concierto para Guitarra y Pequeña Orquesta
de Heitor Villa-Lobos y que tuvo para el Conjunto y su Director el adicional de
la presencia solista de la gran guitarrista Peruana María Luísa Harth Bedoya.
La composición de este trabajo ocurrió durante uno de los tantos viajes
exploratorios que el inmenso creador Brasileño efectuó al interior de su País,
estancias en las cuales hasta convivió
con los nativos en sus tierras compartiendo su Cultura. Esta partitura está influenciada
por todos esos temas. Desde sus primeros compases uno solo cierra sus ojos y el
Paisaje Brasileño se despliega. Tal vez en un ámbito de cámara su audición
llegue plena al espectador. Aún así en esta sala sinfónica, Benzecry atemperó hasta en el más mínimo detalle el
sonido para que pudiese apreciarse la labor de la Solista. Más allá de la
amplificación muy bien resuelta, por momentos la Orquesta sobrepasó a la Interprete
con su sonido, lo que lamentablemente ya era imposible evitar. Empero, la labor
de Harth Bedoya fue extraordinaria. Refinadísima técnica, delicado sonido,
limpieza total en los pasajes y un lirismo
pleno en el movimiento central (Un Andantino e Andante) que mantuvo en silencio
absoluto al auditorio.
La segunda parte encontró a la Agrupación
ante el desafío de abordar “Así Hablaba Zarathustra” de Richard Strauss. Página
de intrincada escritura, gran orquestación y decisiva intervención para instrumentistas
solistas. Benzecry extrajo de estos increíbles jóvenes una homogeneidad de
sonido tal, que por momentos la respuesta dada por Ellos superó a la de muchos
de los Conciertos de las Sinfónicas Profesionales Argentinas de los últimos
tiempos. Conmueve ver la entrega de estos jóvenes. Uno imagina que tal vez
algunos de Ellos pueden por ahí venir a tocar directamente desde un encuentro
con amigos o novias/novios. Aún si ello fuese así, el resultado es deslumbrante.
Si hubo algunas pifias, es mejor que ocurran ahora y es experiencia a
capitalizar, como también es para capitalizar el poder haber abordado obras tan
difíciles como esta o la pasada “Consagración de la Primavera” de Stravinsky.
Insisto en el hecho de que la mayoría del Público ignora la Categoría de
Orquesta Juvenil que Benzecry ha formado. Jamás la Argentina tuvo un conjunto en
semejantes forma y nivel. Créanme que vale la pena concurrir. Y no quiero
finalizar esta crónica sín dejar de referirme a la brillante labor de la
Concertino Sophia Guahnich en su dificilismo solo y también a su compañero
Emmanuel Barrios en el solo secundario. Benzecry se refirió en la previa a que
varios de estos chicos ya han sido admitidos en Conjuntos como la Banda
Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires y la Estable del Argentino Platense,
Como un fino Orfebre, los talla a medida y con un nivel encomiable.
Donato Decina
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