EN SU CENTENARIO,
EVITA RECIBIO POR FIN EL HOMENAJE DE CATULO
“Evamerica”,
Cantata en Obertura y diez números para Solistas, Narrador, Coro y Orquesta de
Cámara, con arreglos de Federico Ginzburg. Música: Rubén Mazza,Texto: Cátulo
Castillo. Intérpretes: Constanza Leone (Soprano), Juan Feico (Barítono), Coro
de Cámara preparado por Constanza Antunica. Orquesta de Cámara dirigida por María
Inés Natalucci. Escenificación: Vestuario y Realización: Liliana Palacio.
Iluminación: GOA. Dirección General: Guillermo Asencio. Teatro Empire, 07 de Mayo de 2019.
NUESTRA OPINION: BUENO.
Hace ya
lejanos 45 años, en un viejo televisor a válvulas, quién hoy escribe estas
líneas visualizaba en blanco y negro la imagen de Cátulo Castillo en diálogo
con Paloma Efrom “Blackie” en el legendario programa “Volver a Vivir”. Y de ese
programa quedó en mí el recuerdo del anuncio del notable Poeta popular
Argentino de que se hallaba embarcado en la escritura del texto de “La Cantata
Sudamericana Eva Perón”. Poco tiempo después Castillo nos dejó y nunca más supe
que había ocurrido con la Obra proyectada. Pasaron décadas, hasta recibir hace
pocos días atrás la noticia del estreno en el Teatro Empire de “Evamérica” de
Cátulo Castillo con música de Rubén
Mazza. Quienes hayan sintonizado el programa del Sábado 27 de Abril pasado, en
el que Concurrieran María Inés Natalucci (Directora Musical) y Guillermo
Asencio (Director General), no pude dejar de preguntar si en verdad nos
hallábamos ante esa cantata de la que Cátulo Castillo habló en “Volver a Vivir”.
Ante la respuesta afirmativa, no pude menos que asistir a este estreno,
considerando tener el mismo privilegio que tuve por ejemplo, cuando asistí al
estreno mundial del Himno “Dios y Patria” de Giácomo Puccini, en la Casa de la
Cultura de Buenos Aires, ámbito Este en el cuál Puccini compuso la mencionada
página, en ocasión de su visita a la Argentina. Pués bien , allí hoy ya Hombre
me hallaba en la platea del Teatro Empire, en el día del centenario del
natalicio de “Evita” esperando el inicio de la función. Mi expectativa crecía y,
afortunadamente, al culminar Ella no fue defraudada.
La obra está estructurada en una Obertura y diez
números en los cuáles Castillo nos muestra con religiosidad, aunque esta sea
pagana, Nacimiento y evocación en Los Toldos, la vida en Junín y la célebre
anécdota del encuentro con Agustín Magaldi, su llegada a la Capital, su
encuentro con Perón, el 17 de Octubre, lo que significó esa fecha para Ella y
las Masas Obreras, para que de manera inteligente y sin involucrarse en el comentario
político, se salten 6 años en el tiempo y nos situemos en su enfermedad y la
agonía. La música de Ruben Mazza funciona a modo de apoyo en el texto. La Obertura,
casi como evocando a las óperas, nos traerá los temas que habremos de escuchar en
el transcurso de los números. Con base en el tango y el Folcklore Argentino,
nos pone en el lugar de desarrollo de
los hechos. Pero a favor suyo, adquiere mayor fuerza y relevancia en los dos
números finales que son el duelo por la muerte y la mensaje final de Amor,
rebeldía y Libertad. La pluma de Cátulo se impone por sobre todo, desde la
riqueza de los textos, la sabiduría de no inmiscuirse en la acción política en
medio de la convulsionada Argentina de los 70 (Enfrentamiento Generacional
mediante) y dejar un mensaje de fé profunda a partir de esa “Inmortalidad” que
por supuesto Eva Perón ya tiene.
La acción está confiada a dos voces solistas
(Soprano y Barítono), un actor que narra los pasajes fundamentales de la
historia y un Coro que realza la narración en los momentos fundamentales.
Hubo una decisión de presentar este trabajo
no en el marco de un Concierto sino hacerlo de modo escenificado. En este
contexto, no pudo haber sido mas acertada la labor de Guillermo Ascencio, con
el Coro vestido con ropa de trabajo, el que además baila y actúa evocando la
acción de Eva y los beneficios que la clase obrera obtuvo por la acción de Perón
ya desde los tempos de Secretario de Trabajo y Previsión. Un final con colores
patrios, bandera y la invocación al “Amor Rebelde” tomando como revancha su
acción por los desposeídos a partir de su desdichada vivencia de joven, resuena
fuerte en la sala, apoyada por la fuerza de la música de Mazza en el momento
mas logrado de la Obra. Es muy bueno el diseño lumínico que se adudica a GOA, resaltando todos los
momentos del trabajo, aún en los de sombras. El narrador viste a la usanza de
los 40 con ambo y sombrero y actuará junto al coro, mientras que los cantantes
semejan una pareja de época el con el infaltable mameluco y ella con ropas
sencillas. Téngase en cuenta que el apogeo de Eva transcurre tan solo entre sus
26 y 33 años y entonces ¿Cómo no evocar la oración que el Padre Hernán Benitez
le escribió para confortarla en su agonía?. Aquella que dice que a partir de su
belleza espiritual y su fé hace que el supremo decida llevarla en su apogeo.
También aquí en Castillo Esto, aún sín mencionarlo, está expresado.
Constanza Antunica ayudó muy eficazmente en
la preparación musical y coral, y en este punto la labor del Coro de Cámara se
lleva todas las palmas. Amalgamado, homogéneo de sonido, cantan y bailan con
total naturalidad. Osvaldo Malizia tuvo a su cargo la narración. Declama muy
correctamente, actúa bien, tuvo que vérselas con momentos en los que el
micrófono jugó una mala pasada y aquí no se lo pudo escuchar en pleno. Constanza Leone fue la voz femenina, tiene
timbre muy grato y buena presencia escénica. Arrancó destemplada para ir
progresando con el correr de la función. En cambio Juán Feico aportó desde su
reconocida solvencia vocal. Algo tenso en la actuación se soltó en la parte
final. La Orquesta de Cámara contó con la solvencia de María Inés Natalucci.
Mas allá de algún desacople, tuvo perfecta afinación y muy buen sonido, alcanzando
vuelo en el final.
Vale la pena acercarse y apreciar este
trabajo tal vez póstumo de uno de los más grandes letristas de la música
popular argentina. No serán defraudados.
Donato Decina
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