domingo, 12 de abril de 2020


Cómo pasar la cuarentena en el hogar estando solo y no morir en el intento

LA CUARENTENA TIENE SUS VENTAJAS
Martha CORA ELISEHT

            La palabra cuarentena es un término muy utilizado en epidemiología –rama de la medicina que se dedica al estudio y evolución de las epidemias- y significa lapso de 40 días. Antiguamente, cuando las enfermedades infectocontagiosas no tenían cura, se debía aislar a los enfermos de manera profiláctica durante dicho intervalo de tiempo.
            Si bien no equivale al significado de la palabra desde un punto de vista etimológico, el aislamiento social preventivo y obligatorio implementado por el Gobierno  para disminuir la tasa e incidencia de contagios provocados por el coronavirus COVID- 19 ya lleva prácticamente un mes desde el inicio de la pandemia. Quizás por eso a la gente le resulte más práctico utilizar dicho término que tan largo y engorroso nombre.
            De todos modos, cuando la gente permanece aislada en casa y sólo debe salir para abastecerse de alimentos, medicamentos u otros bienes indispensables para la subsistencia diaria, a menudo resulta aburrido y tedioso disponer de tanto tiempo libre. El que utiliza la computadora para trabajar no tiene problemas, porque realiza su trabajo on line, mientras que para los trabajadores de prensa y comunicadores sociales, la tecnología resulta una herramienta muy útil para no perder continuidad  con la audiencia y poder transmitir sus programas –ya sea tanto grabados como en vivo-.
            Las amas de casa o las mujeres profesionales que tienen niños en edad escolar son quizás las que más se benefician: ya sea porque están habituadas a hacerlo, o porque también poseen más tiempo destinado a la crianza de los hijos o la supervisión de sus tareas escolares –dadas también on line, debido a la suspensión de clases presenciales-.
            Quizás, el mayor problema lo tienen aquellas personas que viven solas. Al no tener alguien con quien compartir tanto tiempo, el aislamiento social puede volverse insoportable y en algunos casos, una verdadera tortura. No obstante, al poseer mucho más tiempo libre, una va descubriendo que hay muchas tareas para hacer en casa. Y no precisamente, acomodar u ordenar placards o papeles, sino descubrir cosas que una tenía guardadas tan bien, que no sólo no las podía encontrar, sino que tampoco sabía que las tenía, porque hacía mucho tiempo que no las usaba. Por ejemplo, una fuente para horno, un juego de compoteras o un caquelon  para fondue. Al ser una comida que no se realiza habitualmente, quizás, una lo compró y como nunca más lo usó, lo guardó en el fondo del aparador y ni se dio cuenta que lo tenía hasta que volvió a poner las cosas en orden.
            Otra cosa que suele suceder es desarrollar tareas que una no realiza habitualmente, así como también, agudizar el ingenio para resolver problemas. Por ejemplo: se rompe un mueble y hay que repararlo, o hay una fuga de agua y el plomero no puede venir a domicilio. En este último caso, quien escribe posee cierta experiencia, ya que descubrió una fuga de agua y se dio cuenta que la junta del caño de la pileta estaba fuera de lugar. Una vez cortada la llave de paso del agua, reparó la junta, volvió a hacer la prueba…. ¡y listo! Ha descubierto que tiene dotes de plomera (y no precisamente, por saber manejar incontinencia urinaria en la mujer como ginecóloga). La cocina también es una excelente terapia para matar el tiempo y sorprender gratamente a los suyos con los ingredientes que hay en casa. A veces, una comida tan sencilla como un bife con papas fritas o un filet de merluza con puré puede representar la mayor de las exquisiteces.
            ¿Qué pasa si se despega la suela de un zapato o una zapatilla y la compostura de calzados está cerrada?... Afortunadamente, existen adhesivos plásticos que se venden en comercios y pueden ayudar a subsanar este problema. Y también se puede dar color a un mueble viejo con pomada para zapatos –a falta de la tinta de lustre- , al igual que reparar marcas en la madera como consecuencia de los arañazos del gato. Se deja secar bien durante 24 horas antes de lustrar con un paño seco. ¿Se dan cuenta que no hay que ser un ebanista experto para hacer este tipo de cosas?.... ¡Hay que usar la imaginación y los elementos que hay en casa!
            ¿Y qué pasa si uno desea realizar actividad física?... Si se está habituado a ir a un gimnasio, hay que realizar la rutina que le indicaron los profesores antes de la cuarentena. ¡Pero no hay aparatos ni colchoneta! A falta de pan, buenas son tortas. Use la imaginación y busque una esterilla (de ésas que se usan para ir a la playa) para utilizarla como colchoneta. Si tiene botellas vacías de 1y ½ litros, llénelas con agua, tápelas bien y utilícelas como pesas. Las mancuernas se pueden reemplazar con 2 botellitas de agua mineral de ½ litro cada una. Y si tiene una bicicleta fija o algún aparato de los que se venden por televisión, es el momento ideal para usarlo. De esta manera, uno arma el gimnasio en casa con lo que tiene y practica actividad física con la música que a uno le gusta. También hay muchos profesores de gimnasia que dictan sus clases on line por Internet o mediante las redes sociales.  Y  si no hay aparatos, ¡baile! Es un excelente ejercicio aeróbico y le va a ayudar a perder peso.
            Para los amantes de la música clásica, nada mejor que volver a escuchar las trasmisiones de las grandes funciones de los mayores teatros del mundo por streaming. Es un placer poder volver a vivir esos momentos inolvidables brindados por intérpretes de gran jerarquía. O tomarse el tiempo para disfrutar de las grabaciones que uno posee en su casa –cosa que, habitualmente, no se puede hacer mientras se está trabajando por falta de tiempo-, de manera relajada y tranquila.
            El que no está muy familiarizado con la tecnología ahora posee tiempo necesario como para aprender a amigarse con la misma. En el caso personal de quien escribe, tuvo que aprender de golpe muchas cosas: descubrir plataformas digitales para poder dar clases on line, participar de foros de discusión por las redes sociales, descubrir el programa de la computadora para hacer videos y editarlos, enviar archivos mediante programas especiales, etc. Cuesta un poco al principio, pero una vez que uno se pone canchero aprende a tomarle el gusto y a descubrir las ventajas.
            Otro de los placeres del aislamiento social obligatorio es salir al balcón y sorprenderse con algo tan simple como el vuelo de una mariposa o de ciertas especies de aves que uno no acostumbraba ver. Y si se debe trasladar por su profesión, ¿no es maravilloso viajar cómodamente sentado en un medio de transporte público desde el inicio hasta el final del recorrido?.... Es un hábito tan mecanizado, que uno no se da cuenta hasta que lo descubre.
            Lo mismo sucede a la hora de hacer las compras. Si uno se levanta temprano, los mayores de 60 años poseen trato diferencial en el supermercado. Los dejan pasar primero, pueden estar más tiempo eligiendo y no hay que hacer cola para abonar. O yendo a la verdulería, el empleado le elige qué bandeja de ensalada o de verdura para sopa debe comprar –cuando no se lo regala-. ¿Alguna vez lo han tratado con tanta amabilidad en condiciones habituales?...
            Por último: ¡llame a sus amigos, parientes, compañeros de trabajo, vecinos o a todos aquellos que uno ama y aprecia! Ofrézcase para hacer un mandado a aquellos que están en situación de riesgo y hágales saber que no están solos.  En estos tiempos que corren, la solidaridad es uno de los valores más preciados. Y póngale la mejor buena onda para que la cuarentena pase mucho más rápido, aprovechando al máximo las ventajas que le da la misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario