LYNN HARRELL
(1944-2020)
Martha CORA ELISEHT
Pareciera ser que los años bisiestos
son trágicos para la colonia artística, porque se producen una gran cantidad de
decesos - tanto a nivel nacional como internacional-. Muchos grandes artistas
han partido de gira durante el transcurso del corriente año –agravado por la
pandemia de coronavirus COVID-19-. No es el caso del eminente violonchelista
estadounidense Lynn Harrell, quien falleció el 1° de Mayo pasado en Santa Mónica
(California), ciudad donde estableció su residencia y daba clases magistrales a
sus discípulos.
Nació en New York en 1944 y era hijo
del barítono Mack Harrell, de destacada actuación en el viejo Metropolitan
Opera House de su ciudad natal durante 1939 a 1958. Su madre – Marjorie Mc
Allister Fulton- era una talentosa violinista y pedagoga del Colegio de Música
de la Universidad del Norte de Texas en Fort Worth. Decidió aprender a tocar el
cello a los 8 años y cuando tenía 12 años, su familia se mudó a Dallas, donde
estudió con Lev Aronson. Posteriormente, completó sus estudios en la
prestigiosa Julliard School of Music en New York bajo la tutela de Leonard Rose
y siguió perfeccionándose en el Instituto de Música Curtis de Philadelphia con
Orlando Cole. Su debut se produjo en el Carnegie Hall en 1961 con la
Filarmónica de New York.
Debido a la pérdida de sus padres a
temprana edad –su padre falleció cuando el joven Lynn tenía 15 años y su madre
se mató en un accidente automovilístico cuando tenía 18-, Georg Szell lo
convocó para integrar la prestigiosa Orquesta de Cleveland, desempeñándose como
solista instrumental entre 1964 y 1971. Cuando tenía 27 años decidió continuar
su carrera como solista. Invitado por la Orquesta de Cámara del Lincoln Center,
integró dicho organismo hasta ganar el
Avery Fisher Prize. A partir de allí, inició una carrera meteórica que
durante más de 50 años lo llevó a
recorrer los principales escenarios del mundo en compañía de artistas de la
talla de Leonard Bernstein, Zubin Mehta, Vladimir Ashkenazy e Itzhak Perlman-
con quienes grabó el Trío para piano,
violín y cello en La menor de Tchaikowsky y los Tríos completos de Beethoven, motivo por el cual ganó dos veces el
Premio Grammy-. Junto a la Filarmónica de Hong Kong organizó el Festival de Cello que lleva su nombre.
Dentro de sus numerosas grabaciones,
además de las obras ya mencionadas figuran las Suites completas para cello de Bach, la primera grabación del Concierto para Cello y orquesta de
Víctor Herbert junto a la Academy St. Martin in the Fields, bajo la dirección
de Nelville Marriner; el Concierto para
Cello y orquesta de William Walton con Simon Rattle y la Sinfónica de
Birmingham; el Concierto para Cello y
orquesta de Donald Erb con la Sinfónica de Saint Louis, bajo la dirección
de Leonard Slatkin y una magnífica grabación del Concierto para violín y cello de Henri Dutilleux con la Orquesta
Nacional de Francia, dirigida por Charles Dutoit. También grabó los Tríos de Brahms y de Schubert con
Vladimir Ashkenazy y Pinchas Zuckerman, al igual que las Variaciones Rococó para cello y orquesta
de Tchiakowsky, el Concierto para Cello
de Dvorak, su homónimo n° 2 de Shostakovich y la Sinfonía Concertante de Prokofiev con la Royal Philarmonic de
Liverpool, dirigido por Gerard Schwarz.
Para festejar sus 50 años, en 1994
participó de la primera conmemoración del Holocausto en el Vaticano con la
Royal Philharmonic Orchestra, con la presencia del Papa Juan Pablo II y el
Rabino Mayor de Roma. También participó en vivo junto a Pinchas Zuckerman e
Itzhak Perlman en el Grammy Awards durante
el transcurso de ese mismo año.
Asimismo, fue un gran pedagogo y
organizó clases magistrales en Santa Mónica y en la Julliard School of Music
hasta poco antes de su deceso. Fundó el conjunto de cámara ARS NOVA y
protagonizó un cortometraje (“Cello”),
dirigido por Angie Su y estrenado en 2017, donde interpretó a un cellista con
una enfermedad degenerativa neurológica, que le impide tocar el instrumento que
más ama. En ese film ofrece una interpretación memorable del Concierto para cello de Elgar, motivo
por el cual la película ganó numerosos premios en los Festivales de Cine de New
York, Vancouver, Milán, Londres y Roma.
Según un artículo publicado en el New York Times la noche de su debut,
…”Lynn Harrell hizo su debut anoche en el Carnegie Hall y fue un suceso
rotundo. Posee música en sus huesos, además de una técnica que muchos cellistas
que lo duplican o triplican en edad envidiarían. Lo más asombroso es el grado
de perfección que posee, la gran profundidad de su fraseo y la exquisitez en
los detalles. Un músico muy fino en todos los aspectos y una exquisitez
interpretativa, con personalidad sobre el escenario”. Una estrella más cuya vida se ha apagado y que
a partir de ahora brilla sobre el firmamento.
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