martes, 1 de diciembre de 2020

 Concierto de cámara al aire libre en el Museo Nacional de Arte Decorativo

 

EL RENCUENTRO CON LOS APLAUSOS

Martha CORA ELISEHT

 

            A pesar de que falta poco para terminar el año y dar comienzo a las vacaciones, diferentes museos y espacios culturales abrieron nuevamente sus puertas al público luego de la etapa de aislamiento social preventivo y obligatorio como consecuencia de la pandemia de COVID 19. En el día de ayer se ofreció un concierto de cámara en los jardines del Museo Nacional de Arte Decorativo con la participación de los cantantes Lucía Alonso Moser (soprano) y Pablo Urban (tenor), acompañados al piano por Eduviges Piccone.

            El jardín a la francesa y la Fuente de los Cisnes diseñados oportunamente por Achille Duchêne brindaron el marco ideal para el desarrollo de esta actividad, que contó con una buena afluencia de público pese a las altas temperaturas imperantes y un cielo cargado de nubarrones, que amenazaba permanentemente con una probable interrupción del espectáculo. Afortunadamente, nada de eso sucedió y el concierto se desarrolló con total normalidad en la parte externa del Palacio Errázuriz, donde el escenario se montó en el descanso entre las dos escalinatas. Los artistas se ubicaron frente a los micrófonos para amplificar el sonido y debido a la ausencia de programas de mano, Lucía Alonso Moser anunció cada uno de los temas. Y coincidiendo con el aniversario del fallecimiento de Giacomo Puccini, la primera aria que interpretó fue “O, mio babbino caro” de GIANNI SCHICCHI, donde se la apreció muy sólida y con muy buenos matices vocales, logrando una muy buena interpretación. Lo mismo sucedió  con la celebérrima aria de Musetta (“Quando m’en vo”) de LA BOHÈME, donde se la apreció con un muy buen desempeño vocal y actoral. Por su parte, Pablo Urban hizo su presentación encarnando al Duque de Mantua con “La donna é mobile” de RIGOLETTO, donde se lo escuchó muy correcto, al igual que en “Nessun dorma” de TURANDOT. En esta última, Alonso Moser representó al Coro fuera de escena en el crescendo previo al final de la consabida aria, donde Urban hizo gala de sus dotes de tenor lírico. Este bloque cerró con “O soave fanciulla” de LA BOHÈME, donde la soprano se destacó por ser una cándida y angelical Mimí, mientras que el tenor se lució vocalmente como Rodolfo. El efecto fuera de escena (“Amor, amor”) se logró subiendo las escalinatas.

            Tras los aplausos, Eduviges Piccone se dirigió al público, agradeció su presencia y comentó que era el primer concierto con público en el que participó tras el inicio de la pandemia, lo que le valió un cándido y caluroso aplauso. Por su parte, Pablo Urban bromeó sobre las medidas de distanciamiento social y se refirió a su compañera no sólo como Maestra de canto, sino también en la vida. Y esto también constituyó un valor agregado, ya que demostró una conexión especial entre ambos –independientemente de la línea de canto y de las dotes histriónicas de la pareja-.

            La segunda parte del concierto consistió en canciones populares, canzonettas napolitanas, fragmentos de zarzuela  y “Summertime”  de PORGY & BESS de Gershwin, donde Alonso Moser logró una muy buena interpretación. Pablo Urban cantó “Cor n’grato” de De Curtis, logrando una interpretación muy temperamental. Lo mismo sucedió con la célebre “My way” de Paul Anka, donde se lo notó muy preciso y firme. E interpretaron a dúo “Santa Lucía” y “Caballero del alto plumero” de LUISA FERNANDA. Es una de los dúos más bellos de la célebre zarzuela de Federico Moreno Torroba y lo interpretaron con maestría, profesionalidad, gracia y salero. Y hubo tiempo para ofrecer un bis: “Bésame mucho”, que arrancó los aplausos y vítores del público.

            Antes de finalizar el concierto, hizo uso de la palabra el director del Museo –Sr. Martín Manso-, quien no solamente agradeció a los artistas y al equipo de sonidistas que hizo posible el evento, sino que también anunció que la actividad cultural continuará durante todo el mes de Diciembre: los sábados, con música popular y los domingos, con música de cámara y recitales. Y agradeció a la bodega Catena Zapata por auspiciar el evento, solicitando al público que retirara su souvenir a la salida del concierto.

            Debido a las medidas de distanciamiento social, no pudo organizarse el tradicional brindis que usualmente se ofrece tras este tipo de eventos. En circunstancias normales, quizás los artistas se hubieran animado a hacer el Brindis de LA TRAVIATA (“Libiamo, libiamo ne’lieti calici”) y el público hubiera alzado sus copas y tarareado la melodía del Coro. Lamentablemente, no se pudo hacer por las medidas de distanciamiento social preventivo y obligatorio y cada uno de los asistentes deberá degustar el vino en sus hogares. No obstante, los artistas estaban emocionados y contentos por poder haber vuelto a retomar sus actividades y hacer lo que mejor saben hacer: brindar su arte, tomar contacto con el público y reencontrarse con el aplauso tras ocho largos meses de espera. La mejor recompensa en mérito a su labor

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