lunes, 8 de febrero de 2021

 

 

 

CON HONESTIDAD Y RESPETO

 

Estudio EleFa, realización año 2021, Opera: “Bastian y Bastiana”, Singspiel en un acto basado en el libro “Les Amoeurs du Bastien et Bastienne” de Marie Benoite Favart y Harny de Guervielle, con libreto de Weiskern, Muller y Schachtner y Música de Wolfang Amadeus Mozart. (Versión al Piano, cantada en Aleman con Diálogos en Castellano). Intérpretes: Laura Bjelis (Bastiana), Ricardo González Dorrego (Bastian), Leonardo Fontana (Colas). Mezcla y Masterización: Nicolás Sánchez, Pianista: Estela Ojeda. Idea, Realización y Puesta en Escena: Leandro Sosa. Emitida para suscriptores en la red social Facebook a partir del 06 de Febrero de 2021.

 

NUESTRA OPINION: BUENO.

 

  Sabemos que estamos en una etapa por demás difícil y que desgraciadamente la presencialidad  en los espectáculos públicos escasea por demás. Por ello y ante la necesidad del artista de brindarse en lo que sabe, asistimos a propuestas emitidas en video por las redes sociales. En este caso, el espacio EleFa con Leandro Sosa a la cabeza, quien viene de coproducir fragmentos de “Las Bodas de Fígaro” con público en el Anfiteatro “Eva Perón” de Parque Centenario (del que diéramos cuenta en este blog), apostó por uno de los primeros títulos del mismo Mozart, el que es raramente frecuentado: “Bastian y Bastiana”, compuesta con tan solo 12 años de edad, los suficientes para revelarnos de su prodigio, anticipatorio en melodías de obras futuras suyas y base para llevarla a gran escala, siendo El ya maduro, en uno de sus más populares títulos: “Cosi Fan Tutte”.

 

  Compuesta por encargo de Franz Mesmer (Padre del “Magnetismo Animal”), tomando como base el libro “Los Amores de Bastian y Bastiana” de Benoit Favare y Guervielle y llevada al libreto por Weiskern, Müller y Schachtner, trata sobre el amor entre dos jóvenes campesinos, cuya correspondencia y fidelidad es puesta a prueba a la que no es ajeno Colas, brujo o adivino del lugar. Imposible no identificar a este último personaje con “Don Alfonso” en “Cosi Fan Tutte”, ya que El solo sabe la verdad y manipula con destreza los hilos hasta desatar la madeja de situaciones y enredos. El irá conduciendo a los jóvenes en la intriga, la esperanza y la salvación del amor entre ambos, desde sembrar la sospecha de la infidelidad por parte de Bastian al igual que luego hacer el mismo procedimiento con el propio joven haciéndole creer que su amada no le corresponde. Incluso en esta puesta se crea un aire en el sentido de que el adivino pretendería tomar parte para llevarse a la chica y ante la revelación por parte de Esta, de la humildad en la que vive (por lo tanto no hay dote), lo lleva a Este a  desistir finalmente en su propósito. Lo dicho,  la música de Mozart lleva el germen de muchas obras futuras conocidas por Ntros. y está el tema inicial de apertura instrumental que lleva los mismos compases de la Sinfonía Nº 3, Op. 55 “Heroica” de Beethoven, que en este último caso correría sin lugar a dudas como una cita a un gigante por parte de quien a partir de esa obra también se convertiría en gigante.

 

  Dada la partitura, la parte vocal requiere de dos voces protagónicas (Soprano y Tenor) de carácter ligero y un Bajo-barítono que marque presencia a través de la profundidad de su emisión. En ese sentido es irreprochable la elección de Laura Bjelis como Bastiana, Ricardo González Dorrego como Bastian y Leonardo Fontana como Colas. La primera con frescura en su timbre, muy buenas condiciones vocales y muy correcta actuación. Por su parte Ricardo González Dorrego cantó con la solvencia a la que nos tiene acostumbrados y trazó una correcta composición actoral como Bastian y la revelación de este trabajo le cupo a Leonardo Fontana como Colas, con voz caudalosa, magnífica emisión, muy buen decir e impecables recursos actorales. Fue muy buena y a la altura de este trabajo la labor de Estela Ojeda acompañando desde el piano a los intérpretes, dando en el “tempi” justo de la partitura y atenta a los cantantes hasta en el mínimo detalle.

 

  En lo visual y con una gran apoyatura en las mixturas y la masterización por parte de Nicolás Sánchez, Leandro Sosa debió sortear de la mejor manera las exigencias actuales para puesta en escena, desde el distanciamiento en los cantantes, hasta evitar los menores roces entre ellos, por ello es que no hay escenas de cariño y besos entre los protagonistas, sobre todo en la parte final con la reconciliación de ambos y el deseo de boda futura. Acertó al darle un tinte campestre al encuadre visual, los diálogos fueron expresados como en una narración de cuento y los remates de situaciones tuvieron elegancia, acertando en la caracterización del pícaro brujo “Colas”.

 

  Por todo lo expuesto, es que percibo un producto noble de muy buenas intenciones y muy correctos resultados, el que viene a cubrir un espacio en donde como quedó expresado, a falta de presencialidad es muy bien recibida esta propuesta.

 

Donato Decina

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