Homenaje a compositoras argentinas de todas las
épocas en el CCK
CON ALMA, ESPÍRITU Y ESENCIA DE MUJER
Martha CORA ELISEHT
Durante el mes de Marzo se rendirán
homenajes a la mujer con la consigna “NOSOTRAS
MOVEMOS EL MUNDO”, que abarca una serie de muestras, conciertos y
exhibiciones en todo el territorio
nacional y en todos los organismos oficiales. El Centro Cultural Kirchner (CCK)
adhirió a la convocatoria y decidió brindar un concierto el pasado domingo 21
del corriente en la Sala Sinfónica –Auditorio Nacional- con obras de
compositoras argentinas de todas las épocas denominado CREADORAS EN EL TIEMPO, bajo la coordinación y dirección general de
Lucía Zicos.
El ensamble instrumental estuvo
integrado por las siguientes intérpretes: Lucía Herrera (violín), Julieta Bril (violín),
Dolores López Mac Kenzie (viola), Paula
Pomeraniec (cello), Diana Lopszyc (piano), Cecilia Carriza (flauta), Estefanía Schanton (saxo) y la soprano Marina Silva,
quienes interpretaron el siguiente repertorio:
-
“Pampa en sus cuerdas”- Viviana DAL SANTO
-
“Idilio”- Ana CARRIQUE
-
“Mocqueur Polyglotte”- Marta LAMBERTINI
-
“Cajita de música” de “De
mi infancia”- Isabel ARETZ
-
“Vocalise” de “Cánticos
para vivir y soñar”- Irma URTEAGA
-
“Saltos transparentes- Teresa LUENGO
-
“El espíritu de la montaña” (dúo para
flauta y saxo)- Silvina
WAINSZELBAUM
-
“Adiós” de “Prohibido
suicidarse en primavera”- Mailén UBIEDO MYSKOW
-
“Toccata”- Alicia TERZIÁN
Tras anunciar el propósito del concierto, Lucía
Zicos hizo su presentación en escena munida de un micrófono para comentar las
obras y hacer una breve reseña sobre las compositoras y cada una de las obras
comprendidas en el programa. Se trató de armar una especie de caleidoscopio con
miniaturas de diferentes géneros y tendencias musicales. La primera de las obras
pertenece a una compositora actual –que estuvo presente en la Sala- y es el
último movimiento de la suite “Tres
piezas sobre cuerdas pampeanas”, donde el cuarteto de cuerdas comienza con
un ostinato a cargo del cello en
ritmo de malambo, que es retomado posteriormente por los violines.
Posteriormente, el primer violín ejecuta un cantábile
que refleja la quietud de la pampa. El contrapunto logrado por la cellista
Paula Pomeraniec y la violista Dolores López Mac Kenzie fue estupendo, al igual
que el solo de violín a cargo de Lucía Herrera. Acto seguido, se presentó una
canción de Ana Carrique (1886-1979), donde Diana Lopszyc brindó un muy buen
acompañamiento para que Marina Silva ofreciera una exquisita versión de “Idilio”. La soprano se encuentra
atravesando un gran momento en su carrera profesional y recibió numerosos
aplausos.
Marta Lambertini fue una compositora que no sólo
poseía un magnífico sentido del humor, sino también una muy sólida formación musical.
Prueba de ello es su pieza para flauta “Mocqueur
Polyglotte” (Políglota que se mofa), donde no sólo explora los matices
agudos y graves escritos para dicho instrumento, sino que en un momento
determinado, el solista debe vocalizar la letra O en el medio de la ejecución.
Posee reminiscencias de La Consagración
de la Primavera de Stravinsky y del Concierto
para flauta y orquesta de Carl Nielsen y culmina con una fuga en agudo. La
interpretación de Cecilia Carriza fue magistral y se retiró sumamente aplaudida
por el público. Le siguió Diana Lopszyc con una exquisita versión de Cajita de música, de Isabel Aretz. Esta
compositora recorrió todo el país en busca de los sonidos característicos de
cada región y los plasmó en una denominada “De
mi Infancia”, al cual pertenece este fragmento. Los glissandi al piano producen un efecto sonoro similar al de una caja
musical, donde –por momentos- suena más similar a una celesta. En cambio, Irma
Urteaga se caracterizó por ser una compositora de vanguardia. Marina Silva
cantó a capella el Vocalise de los Cánticos para vivir y soñar de dicha compositora, con un estilo muy
expresivo y libre donde debió vocalizar solamente la letra A. Su interpretación
fue estupenda y le valió nuevamente el aplauso del público.
A continuación, Diana Lopszyc interpretó Saltos transparentes, de Teresa Luengo.
Se trata de una serie de consonancias y disonancias sin seguir un ritmo
determinado, que ofrece un efecto de desvanecimiento. Es una miniatura para
piano de tinte impresionista, que brinda ese efecto de transparencia mediante
arpegios y trinos en crescendo y
diminuendo. Fue la más atonal de todas las obras que se interpretaron
durante el concierto, pero no por ello dejó de ser agradable al oído del
espectador. Seguidamente, se interpretó El
espíritu de la montaña para saxo y flauta de Silvina Wainszelbaum, quien
también estaba presente en la sala. Durante una víspera de Año Nuevo Judío en
San Juan, la compositora tomó contacto con el paisaje y según sus propias
palabras, “fue la montaña quien me dictó cómo componer la música”.
Consta de dos movimientos: el primero,
compuesto en escala pentatónica en ritmo de carnavalito, que narra el paisaje
montañoso y el espíritu que lo rodea. Mientras la flauta da los tonos agudos,
el saxo barítono hace lo mismo con los graves en alternancia melódica. El
efecto impresionista está muy bien logrado y sucede lo mismo con el segundo
movimiento, en ritmo de zamacueca. El tema está introducido por el saxo y es
retomado por la flauta, muy bien ensamblado. Tras los aplausos, su autora
agradeció al público.
Basada en el drama de Alejandro Casona “Prohibido suicidarse en primavera”, Mailén
Ubiedo Myskow compuso una ópera homónima que se estrenó en Buenos Aires en
2018. El aria “Adiós” –a cargo de la
soprano- está escrita en ritmo de baguala.
En este caso, Lucía Zicos dirigió el cuarteto de cuerdas, donde el efecto
de percusión se logró mediante golpes en el cello. La interpretación de Marina
Silva fue excelsa y recibió numerosos aplausos y vítores por parte del público,
al igual que la compositora. El programa cerró con Toccata de Alicia Terzián, una obra de juventud de esta compositora
argentina reconocida a nivel mundial por su estilo de vanguardia. Es un
auténtico desafío para el pianista por su gran virtuosismo, pero una intérprete
de los quilates de Diana Lopszyc supo sortearla sin mayor dificultad y se
retiró sumamente aplaudida.
Es un auténtico placer y un privilegio gozar de este
tipo de conciertos con obras inéditas o muy poco conocidas, que permiten valorar
y apreciar el talento de la mujer argentina en materia de composición musical.
Tras haber sido injustamente relegadas durante mucho tiempo, sus obras no han
tenido la difusión que se merecen. Afortunadamente, hoy en día existe una
reivindicación de la mujer en todos los aspectos, a lo cual las compositoras de
música no constituyen la excepción a la regla. Al fin y al cabo, la música
también posee esencia y espíritu de mujer.
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