lunes, 6 de diciembre de 2021

 

Gran concierto de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación

UN ABRAZO QUE LLEGA HASTA EL ALMA

Martha CORA ELISEHT

Muchos seguidores en Facebook -tanto del muro de quien escribe como del homónimo del programa- se asombraron al ver las fotografías publicadas en la confitería del Molino y preguntaron cuándo se reabrió. En realidad, ese emblemático edificio sirvió de marco para brindar el concierto de homenaje a Astor Piazzolla (1921-1992) en el centenario de su nacimiento por la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, titulado “UN ABRAZO PARA ASTOR” y que se llevó a cabo el viernes 3 del corriente, con dirección de Sebastiano De Filippi y participación del bandoneonista Pablo Mainetti, con un programa compuesto por las siguientes obras:

-          Abrazo para Astor- Pablo Mainetti (1971)

-          Melodía en La menor

-          Tardecita porteña

-          La muerte del ángel

-          Adiós Nonino

-          Libertango

-          Años de soledad

-          5 Tango sensations- Astor Piazzolla (1921-1992)

La obra de Pablo Mainetti fue compuesta especialmente para esta ocasión en calidad de estreno mundial y está dedicada a la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación. Se inicia con un contrapunto a cargo de violoncellos y contrabajos, para luego ser tomada por las violas, segundos y primeros violines respectivamente, en estilo contemporáneo con ribetes de tango.  Un merecido homenaje a Piazzolla en una muy buena versión de la orquesta. Tras los aplausos, el conjunto comenzó con la primera de las melodías de Piazzolla (Melodía en La menor), donde se destacaron el concertino Pablo Pereira y la violista Mercedes Sánchez. Seguidamente, el ensamble brindó una muy buena versión de Tardecita Porteña para proseguir con una impecable versión para orquesta de cuerdas de las piezas más célebres del compositor marplatense (La muerte del ángel, Adiós Nonino y Libertango). Si bien todos los solistas de la orquesta fueron sobresalientes, merece un párrafo aparte la labor de la cellista Mariana Levitin, al igual que el extraordinario solo del mencionado concertino. Y alcanzó su punto máximo en la celeberrima Libertango, donde los cellos y contrabajos abrieron el juego para que se fueran acoplando las violas, los segundos y primeros violines respectivamente -excelente labor del solista guía Catriel Galván, al igual que la de los instrumentistas mencionados anteriormente- para desembocar en una fuga magistral. Por último, el bloque cerró con Años de soledad, que fuera compuesta en 1981 junto con Gerry Mulligan y donde se fusionan los tradicionales elementos característicos de la música del gran Astor con ribetes de jazz, en una muy buena versión de la mano maestra de Sebastiano De Filippi. El público aplaudió a rabiar al finalizar el bloque.

A continuación, Pablo Mainetti se incorporó en calidad de solista para interpretar las 5 Tango sensations (Asleep, Loving, Anxiety, Despair y Fair), también compuestas durante la permanencia del autor en Estados Unidos. La labor del bandoneonista fue estupenda; no sólo porque es uno de los más grandes intérpretes de dicho instrumento en la actualidad, sino también por su labor como compositor y arreglador. La orquesta supo acompañarlo con un equilibrio perfecto y un sonido prístino y la ovación fue total al finalizar el concierto. El público se puso de pie para aplaudir al director y los músicos.

Antes de comenzar el concierto, la gente pugnaba por entrar. Afortunadamente, este espacio emblemático ha sido objeto de una magnífica restauración y se ha puesto nuevamente en vigencia para que a corto plazo -cuando se inaugure oficialmente- el público pueda disfrutar nuevamente de la tradicional confitería y sus delicias. Mientras tanto, el espacio está muy bien aprovechado para la organización de conciertos y otras manifestaciones culturales. El gran Astor se hubiera sentido orgulloso de escuchar un espectáculo de alta jerarquía en la bella confitería, que resultó ser un abrazo para el alma.

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