UN CONCIERTO
FORMIDABLE
Orquesta
Sinfónica Nacional, Temporada 2022. Concierto Sinfónico, Directora: Lucía
Zicos. Solista: Daniela Tabernig (Soprano). Programa: Obras de Williams, Strauss
y Hindemith. Centro Cultural Kirchner (Auditorio Nacional), 27 de Mayo de 2022.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Este concierto
de la Sinfónica Nacional ha marcado una saludable intención de renovar en parte
el repertorio de la agrupación, algo de lo que se habla permanentemente, como
así también registró el debut de la Directora Lucía Zicos con el conjunto. Además,
se logró la presencia como solista de la soprano Daniela Tabernig, acaso uno de
los mejores valores del medio local, a tan solo 72 hs. de culminar en la ciudad
de Rosario una actuación consagratoria asumiendo el protagónico de “Tosca” de
Giacomo Puccini, de la que podrán ver en este mismo blog la opinión de Marta
Lugo de Palacio.
El concierto dio comienzo con la interesante
exhumación del “Poema de los Mares Australes” de Don Alberto Williams. Obra
surgida a partir de escritos suyos de 1929, describe de modo casi “pictórico”
cuatro momentos diferentes en relación con el mar. Lucía Zicos desarrolló una
labor ardua y sumamente efectiva, en donde la mayoría de los sectores de la Sinfónica respondió con sonido
homogéneo. A lo largo de esos cuatro momentos, influenciados muchas veces por
la música de sus formadores y por mucho de lo que en esas épocas se escuchaba, se sucederán instantes de plenitud sonora,
intensidad y también otros más calmos y reflexivos. Una obra inexplicablemente
ausente de los atriles, la que espero
sea interpretada con mayor asiduidad.
Luego fue el turno de Richard Strauss y sus “Cuatro
Ultimas Canciones” de las que en lo vocal Daniela Tabernig fue su muy correcta
traductora. Obra de 1948, basada en la
musicalización de 3 poemas de Hermann Hesse y 1 de Joseph Von Eichenhorn, marca
la despedida de un gigante que sentía ya estar en la etapa final de su
existencia. Concebidas para registro de
soprano, incluyen solos instrumentales tanto de corno como de violín y los
títulos de los poemas elegidos dan una idea acabada de lo que expresó Strauss a
modo de despedida (“Primavera”, Setiembre”, “Al Irme a Dormir” y “En el Ocaso”).
Daniela Tabernig construyó una interpretación admirable desde todo punto de
vista, ya sea por su expresividad en donde transmitió la intención de cada
texto, su musicalidad sin fisuras y una muy refinada línea de canto por lo que
solo cabe pedirle que ahonde más esta incursión en el terreno del “lied”, un
género en el que a no dudarlo la podrá contar como una muy buena interprete.
Por su parte Zicos logró extraerle a la Sinfónica pasajes estupendos con
notables intervenciones de todos los sectores del conjunto. Aquí me detengo
para recalcar que no se compare este trabajo con interpretaciones anteriores a
modo de parámetro, lo que no vale. Se ha logrado una muy buena versión a partir
de una labor seria y reconcentrada que logró hacer pié en una Orquesta que está
superando momentos difíciles, y eso ya es meritorio tanto por parte de la
Directora, la solista y el conjunto.
El
cierre vino de la “Konzertmusik”, op. 50 para cuerdas y metales de Paul
Hindemith, la que lamentablemente es poco frecuentada en los conciertos y que posee muchos más méritos que
otras que se han programado hasta en la sopa. En mi caso particular no la
escuchaba desde 1988 cuando la interpretó la Orquesta de Filadelfia bajo la
dirección de Riccardo Muti en la misma jornada en la que el Maestro estreno en
la Argentina la Sinfonía Nº 3 “El Poema Divino” de Alexander Scriabin y mi
conocimiento provino por la difusión televisiva que el inolvidable Julio
Palacio (esposo de Ntra. colaboradora) realizara en el Canal 11 (hoy Telefé) en
un ciclo que el mismo presentara, bajo la dirección del mismísimo Hindemith al
frente de la Orquesta Sinfónica de Boston. Pieza en dos movimientos, homogénea,
contundente, con una fuga de increíble concepción en la parte final, la que va
dando paso a un discurso más calmo. Lucía Zicos realizó un trabajo que le
permitió redondear una estupenda labor, la que sí o sí debe derivar en más
invitaciones para guiar a la Sinfónica. Momentos de brillo y noble tersura en
la cuerda y muy buenas intervenciones del bronce dieron por resultado la
inmediata aprobación del público, el que por tres veces requirió el saludo de
la Directora. Un programa como hace mucho tiempo no se veía, tal vez desde
cuando batutas como Calderón o Rettig asumían esos compromisos.
Donato Decina
No hay comentarios:
Publicar un comentario