Muy buen concierto inaugural del
Festival CHOPINIANA en el Palacio Paz
DESDE
BUENOS AIRES HASTA LA ANTÁRTIDA
Martha
CORA ELISEHT
Fundada
en 2001, la Fundación CHOPINIANA es una de las instituciones musicales más
importantes del país. Dirigida y presidida por la talentosa pianista Martha
Noguera, ofrece recitales en forma ininterrumpida desde 2007 hasta la fecha -con
excepción del período 2020-2021, debido
a la pandemia de COVID 19-, donde participan prestigiosos pianistas argentinos
y extranjeros. El Gran Salón de Honor Levalle del Palacio Paz -denominado así
en honor al fundador del Círculo Militar- brindó el marco para el concierto
inaugural de la edición 2022 del mencionado Festival, que tuvo lugar el pasado
miércoles 19 del corriente a cargo de Martha Noguera y que contó con una
particularidad: por primera vez se hizo una transmisión simultánea por streaming
para que el personal que trabaja en las bases que posee el país en la
Antártida pueda disfrutar del recital. Gracias a los oficios del Presidente del
Círculo Militar- General Juan Martín Pera- y del Secretario de Cultura de la
institución -Coronel Castiglione- se hizo realidad.
A
la velada asistieron numerosos invitados: entre ellos, los Embajadores de
Polonia, Georgia, República Popular de Corea, el encargado de negocios de la
República Oriental del Uruguay y el Cónsul General de España en la Argentina.
Tras la presentación a cargo del Cnel. Castiglione, Martha Noguera ofreció una
impecable versión de las Variaciones sobre un Minuetto de Dupont K.573 de
Wolfgang A, Mozart, logrando un sonido prístino. Posteriormente, ofreció una
excelente versión de la Sonata n°1 Op.22 de Alberto Ginastera.
Compuesta en 1952, consta de 4 movimientos (Allegro marcato/ Presto
misterioso/ Adagio molto appasionato/ Ruvido et ostinato), donde Ginastera
ofrece una versión elaborada y enriquecida de ritmos folklóricos argentinos (malambo,
gato, baguala, huella). Unido a su prodigiosa memoria, la poderosa
digitación y pulsación de Martha Noguera hicieron que la versión fuera eximia
desde todo punto de vista.
La
segunda parte del recital se completó con dos obras de Frederic Chopin: la Sonata
n°2 en Si bemol mayor, Op.35 y la célebre Polonesa en La bemol mayor
n°6, Op.53 (“Heroica”). La primera fue publicada en Leipzig en 1840 y
consta de 4 movimientos: Grave- Doppio movimiento/ Scherzo/ Marcha fúnebre-
Lento/ Presto. La celebérrima Marcha fúnebre fue compuesta como obra
independiente en 1837 y posteriormente, incorporada a la presente sonata en
1839. Tras una introducción breve e imponente, el 1° movimiento (Doppio
appasionato) contiene dos temas: uno, apasionado -como su nombre lo indica-
y el otro, de carácter más lírico, con desarrollo libre. En el 2° movimiento,
Chopin invierte los tiempos y coloca este scherzo en Mi bemol menor, fogoso
y de tinte netamente nacionalista, que alterna con un trío piú lento, en
una soberbia interpretación. Hay que recordar que Martha Noguera es una
especialista en la materia y lo demostró con creces, al igual que en la
mencionada Marcha fúnebre y en la arrolladora melodía del Presto final,
con un pasaje formidable en octavas y tresillos. Se la vio sumamente
concentrada y radiante tras los numerosos aplausos luego de su interpretación. No
podía faltar en el presente recital el sello distintivo del compositor y su
obra más famosa: la Polonesa n°6 en La bemol mayor, op.53 (“Heroica”). Compuesta
en 1842, posee numerosas dificultades técnicas (escalas dobles, trinos,
arpegios y acordes que exigen mucha apertura de manos) que hacen que sólo pueda
ser interpretadas por un virtuoso. Si bien hubo un traspié en el tema
principal, fue rápidamente subsanado luego del tema en escalas ascendentes y
descendentes centrales, logrando una interpretación brillante en la
recapitulación. Al cierre del recital no faltaron los aplausos, el tradicional
ramo de flores y una sorpresa: un disco de vinilo que Martha Noguera había
grabado para el sello RCA en su juventud y que le fuera entregado como
presente. No sólo se emocionó, sino que se dirigió al público avisando que no
tenía preparado ningún bis, pero volvió a sorprender con una magistral
versión de Claro de Luna de Debussy. Una interpretación exquisita de tan
conocida pieza, donde volvió a lucirse.
Pudo
apreciarse que no sólo se sintió sumamente agradecida, sino también relajada y
feliz ante la presencia de amigos, invitados prestigiosos y el numeroso público
que se dio cita esa noche en los elegantes salones del Palacio Paz. Y fue un
hermoso gesto el haber permitido compartir el recital con todo el personal -tanto
civil como militar- que defienden a la patria en los confines del continente
blanco. La música acorta las fronteras y llega a todo el planeta. En este caso,
la tecnología y la logística lo hicieron posible.
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