UN CONCIERTO
SUMAMENTE EMOTIVO
Orquesta
Sinfónica Nacional, Temporada 2022. Concierto: Director: Mariano Chiacchiarini.
SolIsta: Luís Roggero (Violín). Programa: Obras de Solare y Brahms. Centro
Cultural Kirchner, Auditorio Nacional, 14 de Octubre de 2022.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Este concierto tuvo como atractivos varios
factores a saber: Un siempre bienvenido estreno de compositor argentino. La
primera interpretación de Luís Roggero, concertino de la orquesta quien el mes próximo
se retira de la misma, abordando una obra fundamental para la combinación
Violín y Orquesta y la oportunidad de escuchar el enfoque de Mariano
Chiacchiarini para una página imprescindible que una orquesta que se precie de
ser excelente no debe eludir.
“Angel de Hielo Y Fuego” es el título de la
obra de Juan María Solare que toma como referencia a citas musulmanas y que
luego de 25 años de fragua y posterior espera tuvo su estreno mundial en este
concierto. Se hizo con su autor ya establecido desde hace bastante tiempo en
Alemania, pero presente en la sala para esta ocasión. Obra muy intensa, con un
muy interesante trabajo de timbres orquestales, fundamentalmente con el empleo
del sonido originado en el empleo de copas de cristal que abre y cierra la
composición. Luego de un intenso y extenso discurso pasa a una sección central
de connotaciones más reflexivas la que conduce finalmente a una melodía que
lentamente se extingue y que culmina con el sonido de las mencionadas copas de
cristal. Chiacchiarini extrajo aquí todo lo mejor de la página con la plena
colaboración de la Sinfónica que entregó todo lo mejor de sí. El sostenido aplauso
que recibió al compositor al ser llamado al escenario dio cuenta de la
aprobación del público que colmó prácticamente en forma total al Auditorio Nacional.
Obra
fundamental para un gran violinista es el Concierto para violín y orquesta, op.
77 de Johannes Brahms. Y Luís Roggero se reveló como un estupendo interprete de
la misma. Como nos confiara a Ntros. en Ntro. programa de Streaming de los
Sábados en la entrevista que le efectuó Graciela Morgenstern, comenzó a
estudiarlo y prepararlo en tiempos de pandemia y entendió que poco tiempo antes
de culminar su labor como concertino de la Sinfónica era la ocasión exacta para
presentarlo ante la audiencia. Fue una versión de alto voltaje emotivo, en donde Roggero se fue
acomodando durante la primera parte del primer movimiento. Fué a partir de la
cadencia en comenzó a demostrar toda su sabiduría y conocimiento puestos a
servicio de la obra. Hubo vibración, buena técnica , perfecta conexión con
Chiacchiarini y sus compañeros. El andante central fue de una estupenda
envergadura, con “canto” de la mayor calidad y el cierre tuvo la categoréa que
el remate de la obra exige. El público, que al finalizar el primer movimiento
tributo una enfervorizada ovación producto de lo escuchado, volvió a “explotar”
y tras cuatro salidas a saludar logro de Roggero como bis un Bach de exquisita
factura que fluyó con maravillosa naturalidad tras la exigencia de la obra que
abordó.
Y la parte final tuvo por protagonista a
Chiacchiarini en otro “Pezzo Grosso” Brahmsiano. La Sinfonía Nº 1 en Do menor,
Op. 68 en la que se mostró como un intérprete de fuste alcanzando pasajes
rayanos en la excelencia. Las cuerdas mostraron toda su tersura, los vientos en
una noche magnífica y decisivas intervenciones de los metales y el timbal,
sumados al exquisito solo de violín de José Daniel Robuschi, dieron por
resultado ésta muy buena versión que muestra a Chiacchiarini como un intérprete
en sostenido y franco crecimiento al que siempre es bienvenido poderlo volver a
escuchar.
Donato Decina
¡Te agradezco tus comentarios sobre mi obra en particular y tu dedicación a la música en general! - Juan María Solare
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