Fotografía del Mtro. Máximo Parpagnoli por cortesía del Teatro Colón
EL MAYOR ACIERTO EN
LO QUE VA DE LA TEMPORADA
Teatro
Colón, temporada 2023. Opera: “Anna Bolena”. Tragedia Lírica en dos actos
basada en “Enrico VIII ossia Anna Bolena” de Ippolito Pindemonte y “Anna Bolena”
de Alessandro Peppoli. Música: Gaetano Donizetti. Libreto: Felice Romani. Intérpretes:
Olga Peretyatko (Anna Bolena), Alex Esposito (Enrique VIII), Daniela Barcellona
(Giovanna Seymour), Xabier Anduaga (Lord Percy), María Florencia Machado
(Smeton), Cristian De Marco (Lord Rochefort), Santiago Vidal (Hervey). Coro
Estable del Teatro Colón, Director: Miguel Martínez. Orquesta Estable del Teatro
Colón. Concepto Visual: Gabriel Caputo, Vestuario: Mercedes Nastri,
Iluminación: Rubén Conde. Directora Escénica: Marina Mora. Dirección Musical:
Iñaki Encina. Función del 25/06/23.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Desde que alrededor de 1816 comenzó a
presentar sus primeras obras, Gaetano
Donizetti obtuvo interesantes resultados artísticos pero no un reconocimiento definitivo y
consagratorio. No cabe duda que en paralelo comenzaba a destacarse por sobre El
la figura de Vincenzo Bellini, sea por sus melodías bien reconocidas o por la
solidez de las historias finalmente plasmadas con su música. Dos libros que narraban la trágica
historia de Ana Bolena fueron los disparadores para que con el concurso de
Felice Romani (Libretista nada menos que de “Norma”) cobrase vida un sólido
libreto al que Donizetti le dispondría una música tal que mantuvo en tensión al
auditorio, con un final sencillamente extraordinario y que llegó a la escena
con las mejores voces de su época. Tras
décadas de virtual desaparición de los repertorios, la formidable dupla María
Callas -Tullio Serafín la rescatarían del olvido y comenzaría así una verdadera marcha
arrolladora con las mejores voces belcantístas de los últimos 60 años, quienes
la incorporaron a sus respectivos repertorios. Más allá de algunas deserciones
de peso, el Colón encontró esta vez muy buenos reemplazos y lo que iba a ser
una “Versión de Concierto” culminó en un semi-montaje que le permitió al
público porteño reencontrarse de esta manera con este título cantado en 1970
con Elena Soulliotis como protagonista.
Fue muy interesante la resolución de la
ambientación escénica en donde encontramos un escenario dividido en la mitad
por un cortinado de finas mallas metálicas por el cuál se permitía divisar en
el fondo al Coro Estable sentado en la habitual grada que utiliza en los conciertos sinfónicos. Por
delante de la malla, tarimas dispuestas en diferentes niveles, las que iban
siendo ocupadas por los protagonistas vocales de acuerdo al desarrollo de las
escenas. Este dispositivo se completó con una muy eficaz iluminación en donde
predominó el fondo rojo, marcando de esta manera el carácter extremadamente
trágico con que acabará el conflicto. Así
saludo entonces a las muy buenas labores tanto de Rubén Conde en el formidable
desarrollo lumínico como de Gabriel Caputo en lo que se dio en llamar Concepto
Visual (cosa a la que adhiero en su totalidad). Las vestimentas empleadas, si
bien actuales, estuvieron acordes con el carácter de cada personaje. Vestido de
soirée en tonos oscuros realzados con aplicaciones en plateado para la protagonista,
traje con camisa solamente para Enrique VII, sobrio vestido negro para Giovanna
Seymour. Ambos más discretos para los Lores y Hervey y un correctísimo conjunto
sastre para Smeton, el paje, lo cual hace que resaltemos la muy buena labor de
Mercedes Nastri al respecto.
Hubo actuación y una impecable marcación
actoral y escénica de Marina Mora (entiendo que seguramente con la experiencia
de los muy buenos valores que hubo en el escenario, algo también aportaron).
Los intérpretes lograron transmitir hasta el fondo sus miserias, ambiciones,
dolores y sufrimientos. Lograron mantener la tensión en todo momento.
En lo vocal, Olga Peretyatko en el rol titular
administró sus recursos vocales con suma inteligencia. Su línea de canto es muy
grata. Tal vez no alcanza a cubrir todo el ámbito de la sala del Colón, pero su
entrega del segundo acto le permitió salir absolutamente airosa del compromiso.
Desde ”Piangete Voi?” hasta el final de la dificilísima “Coppia Iniqua” va en una espiral ascendente y convence al
público de modo rotundo. Alex Espósito fue un espectacular Enrique VIII con
garra, estupenda voz, absoluta compenetración con el rol y actuación
insuperable. No pudo haber existido un mejor debut en el Colón para Daniela
Barcellona que esta excepcional recreación de Giovanna Seymour. Momentos de una
línea de canto exquisita y una actuación formidable. Xabier Anduaga regresa al
Colón años después de su intervención en “La Italiana en Argel”. Su timbre es
ahora más oscuro, su voz ha crecido de manera notable, ganó en seguridad y ha
demostrado ser un muy buen belcantísta. Su Lord Percy, atribulado, dolido y
perdidamente enamorado fue uno de los puntos más altos de la noche, y es en
esta triada (Barcellona, Espósito, Anduaga) en la que recae el mayor peso del espectáculo
al que sostienen admirablemente. Tanto María Florencia Machado (Smeton) como
Cristian De Marco (Lord Rochefort) demostraron estar a la altura de semejante elenco
para compartir con ellos el escenario y dejar alli sus muy buenos aportes. En cambio
pareció exagerado convocar al tenor uruguayo Santiago Vidal para el rol de
Hervey, máxime cuando en Ntro. medio sobran las buenas voces para un personaje
de tan breve participación. El Coro Estable con la guía de Miguel Martínez aportó
una vez más su indiscutible solvencia.
Para el
Mtro. Iñaki Encina resulto todo un desafío asumir la concertación del
espectáculo, más aún cuando debió reemplazar a un especialista como Maurizio
Benini. Lo hizo muy correctamente, con pasajes de sumo brillo sumados a una Orquesta Estable que respondió en muy
buena forma. El afectuoso saludo dispensado por Olga Peretyatko en la llamada a
escena es prueba de que se han sentido muy cómodos todos con su labor.
Sin lugar a dudas, por el muy buen resultado
global, hemos asistido al mejor espectáculo en lo que va de la presente
temporada.
Donato Decina
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