Impecable actuación del Cuarteto Soldi en el Salón Dorado del Colón
LA IMPORTANCIA DE UN ILUSTRE APELLIDO
Martha CORA ELISEHT
Fundado en Marzo de 2021, el Cuarteto Soldi es uno de los mejores del país y se
destaca por la calidad de sus integrantes y la excelencia en sus interpretaciones. Desde
su fundación, la agrupación integrada por Freddy Varela Montero, Tatiana Glava
(violines), Adrián Felizia (viola) y Gloria Pankaeva (violoncello) se ha presentado en los
escenarios más importantes del país (Ciclo de Cámara del Centro Cultural Kirchner,
Templo Libertad, entre otros) y el pasado miércoles 14 del corriente, dentro del ciclo de
Cámara en el Salón Dorado del Teatro Colón, donde ofreció el siguiente programa:
- Cuarteto n°11 en Fa menor, Op.95 “Serioso”- Ludwig vn BEETHOVEN (1770-
.1827)
- Cuarteto para cuerdas n°12 en Do menor, “Quartettsatz”, D.703- Franz
SCHUBERT (1797-1828)
- Cuarteto en Re mayor, Op.44, n°1- Félix MENDELSSOHN BARTHOLDY
(1809-1847)
Ante una nutrida concurrencia que se dio cita esa tarde, pudo apreciarse una muy
buena afinación de instrumentos previamente al inicio del concierto con el mencionado
cuarteto de Beethoven, compuesto entre 1810 y 1811 y dedicado al violoncelista
Nikolaus Zmesskall von Domanovecz, quien fuera testigo del amor -no correspondido-
de Beethoven por Therese Malfatti, hija de su médico personal, motivo por el cual se le
adjudicó el mote de “Quartetto serioso”. Consta de 4 movimientos (Allegro con brío,
en Fa menor/ Allegretto ma non troppo, Re mayor/ Allegro assai vivace ma serioso, Fa
menor/ Larghetto espressivo (Fa menor)- Allegro agitato (fa mayor), que fueron
interpretados con una perfecta marcación de tempi. El virtuosismo de sus integrantes
quedó demostrado con una interpretación de gran jerarquía en los solos de cada uno de
los instrumentos en el Allegro con brío inicial y, al mismo tiempo, logrando lo que se
denomina “el quinto elemento”; es decir, el sonido característico del cuarteto, que fue
sumamente compacto. Excelente la apertura de Gloria Pankaeva al inicio del 2°
movimiento (Larghetto espressivo) y, posteriormente, el acompañamiento por parte del
resto, al igual que el solo de viola a cargo de Adrián Felizia, el canon y una perfecta
ejecución en los trinos y trémolo por parte de Freddy Varela Montero. El 2° y 3°
movimientos se ejecutaron sin interrupción (attaca), donde cada uno de los integrantes
del Soldi tuvieron una interpretación de excelencia en todas y cada una de las
variaciones instrumentales- sobre todo, el fraseo de Tatiana Glava y Adrián Felizia en el
Allegro agitato final, que contrasta con el Larghetto espressivo del mismo movimiento-.
La interpretación se vio coronada por un sinfín de aplausos, al igual que en el Cuarteto
para cuerdas n°12 en Do menor, D.703 de Schubert. Se trata de un movimiento de un
cuarteto (Allegro assai) escrito en forma de sonata en 1820, pero que nunca llegó a
completarse. Sólo escribió 41 compases del siguiente movimiento (Andante) antes de
abandonar la obra. Su estreno póstumo tuvo lugar en Viena en 1867 -a casi 40 años de la
muerte del compositor- y sólo dura 9 minutos, donde el primer violín posee unos
bellísimos pasajes de digitación y fraseo, mientras el resto de las cuerdas lleva la
melodía mediante numerosos contrapuntos en trémolo. A su vez, permite el lucimiento
de la viola en un hermoso solo en contrapunto con el violín. El Soldi tuvo un excelente
desempeño, con grandes actuaciones de Freddy Varela Montero y Adrián Felizia. Tras
la interpretación del Quartettsatz, el público respondió con numerosos aplausos y
vítores.
Para cerrar el concierto, el cuarteto eligió una de sus especialidades: el Cuarteto en
Re mayor, Op.44 n°1 de Mendelssohn, que ha interpretado en numerosas ocasiones. La
serie Op.44 abarca 3 cuartetos para cuerdas compuestos entre 1837 y 1838, dedicados al
príncipe de Suecia y que forman parte del denominado “período medio” del compositor.
Sin embargo, la numeración no se corresponde con el orden cronológico en el cual
fueron compuestos. De hecho, el n°1 fue el último en componerse y estrenarse en 1839,
pero como era el predilecto de Mendelssohn, lo colocó en primer lugar. También posee
4 movimientos (Molto allegro vivace/ Menuetto un poco allegro/ Andante espressivo
con moto/Presto con brío) y el cuarteto demostró una impecable precisión en la entrada
al unísono del 1° movimiento, donde Adrián Felizia se lució con una magnífica
cadencia en viola. Posteriormente, el violín y el cello llevan la melodía, mientras el
resto acompaña en trémolo. Las cadencias y contrapuntos del 2° movimiento sonaron
estupendas, al igual que la del primero y segundo violines en el 3° movimiento -
impecable actuación de Freddy Varela Montero y Tatiana Glava, respectivamente-. El
final consiste en un saltarello presto muy bien ejecutado al unísono desde los compases
iniciales, cuya melodía -por momentos- remeda al movimiento inicial de la sinfonía n°4
(“Italiana”) del mismo compositor. Posteriormente, cada instrumento posee sus solos
antes de desembocar en un canon a 4 voces y una impresionante fuga, que sonó
sumamente precisa y con gran virtuosismo. El público respondió unánimemente con
sostenidos aplausos y vítores.
“Pintor de melodías” era el apodo con el que se lo conocía al gran artista plástico
Raúl Soldi (1905-1994), quien -entre otras obras- pintó la cúpula del Teatro Colón y los
frescos de la capilla Santa Ana de Glew. Justamente, se eligió su apellido para dar
nombre al cuarteto, hecho que fuera reconocido en Marzo de 2021 por la Fundación
homónima. Un concierto magnífico, donde sus integrantes -pertenecientes a la Orquesta
Estable y, en el caso de Gloria Pankaeva, a la Filarmónica- se lucieron en su propia
casa. Si don Raúl viviera, hubiera dado su beneplácito y su aprobación.
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