INNOVACION EN TODOS
LOS SENTIDOS
Inicio conjunto de la
temporada 2017 entre las Asociaciones Musicales “Nuova Harmonía” y “Buenos
Aires Lírica”: Opera: “L’Incoronazione di Poppea” de Claudio Monteverdi (homenaje
a 450 años de su Nacimiento). Interpretes: Cecilia Pastawski (Poppea), Santiago
Bürgi (Nerone), Luisa Francesconi (Ottavia), Martín Oro (Ottone), Iván García
(Séneca), Victoria Gaeta (Fortuna/Drusilla), Gloria Rojas (Arnalta), Josué
Miranda-Agustín Gomez (Soldados-Familiares-Valet-Tribunos), Mariano Fernández
Bustinza (Liberto/Littore), Adriano D’Alchimio (Amor), Rocío Arbizu
(Virtud/Damighella), Juan Pablo Labourdette (Tribuno) y grupo de actores
figurantes. Iluminación: Horacio Efrón. Vestuario: Luciana Gutman. Escenografía:
Daniel Feijoo. Orquesta “La Compañía de las Luces”. Director Musical: Marcelo
Birman. Regie: Marcelo Lombardero. Teatro Coliseo, 20 de Abril de 2017.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO
Innovación por donde
Usted lo busque. Desde la unión de dos entidades organizadoras de espectáculos
musicales clásicos que reciben cada cual los aportes de la Ley de Mecenazgo
Cultural, y que decidieron aunar
esfuerzos para homenajear a Claudio Monteverdi a cuatrocientos cincuenta años
de su nacimiento, pasando por una versión crítica sobre la que trabajaron
cuatro probados especialistas Argentinos en el género Barroco, hecha sobre la
base de las versiones del compositor para Venecia y Nápoles y llegando a una
puesta trasladada a Ntros. Días pero lo que no significó por ello resignar en
su esencia. Esto es lo mas sobresaliente de esta primera aventura conjunta entre
“Nuova Harmonía” y “Buenos Aires Lírica” con la que ambas instituciones dieron
por inauguradas sus respectivas temporadas de este año. En cuanto a la
realización escénica, una vez mas Marcelo Lombardero desarrolló una eficaz idea,
basada en la alegoría del poder, algo que recurrentemente viene sucediendo en
parte de sus últimos trabajos (Don Giovanni-Macbeth), con algo de violencia de
género (Carmen) y en la que acaso esta “Incoronazione” sea la síntesis mas
acabada de todas ellas, logrando además (A mi juicio) no recargar
innecesariamente algunas escenas (fundamentalmente las violentas). Una adecuada
iluminación de Horacio Efron, unida a una excelente escenografía de Daniel
Feijoo y un soberbio vestuario de Luciana Gutman, coadyuvaron a que el
resultado sea una magnífica labor de equipo.
Marcelo Birman, al
frente de la “Compañía de las Luces” (reforzada con profesionales de probada
jerarquía), tuvo notorio lucimiento. La concepción de la partitura fue prácticamente
prefecta. Hoy por hoy, es inconcebible pensar el barroco sin contar con un
soporte integrado por instrumentos a la usanza de época. Los trabajos de
profesionales como Harnoncourt, Christie, Jacobs, Pinnock, Curtis, Alessandrini
o grupos como “Il Giardino Armónico”, vinieron desde hace mas de cuarenta años abriéndonos
el camino y los oídos para que la
audición sea la mas aproximada posible a la época de la composición. “Tempi”
ágil, frescura, aunque sobre el final no hubiera estado de mas un poco de mayor
velocidad, lo que hubiera evitado un pequeño bache entre la despedida de Ottavia
y el Coro de Tribunos. El rendimiento de los músicos fue sobresaliente.
En lo vocal Cecilia Pastawski,
fue una Poppea adecuada tanto vocal como físicamente, con una impecable voz en
el segundo acto durante el “Fame Sposa” (en un marco de “baño de espuma” actual,
que reemplazó al histórico “de Leche”). Santiago Bürgi tuvo una actuación
descollante como un delirante y avasallador Nerone. Fue “El Poder”, aún al
límite de caer en la sobreactuación, con medios vocales sólidos y una fuerte presencia
escénica. Luisa Francesconi fue notable Ottavia, con un conmovedor “Addio Roma”.
Iván García, obtuvo el que acaso sea su mayor triunfo en la Argentina con un
Séneca decididamente descomunal, por presencia, actuación, voz cavernosa y
profunda. De lejos lo mejor de la noche. Victoria Gaeta aportó la frescura de
su voz tanto como “Fortuna” en el
prólogo como en “Drusilla”. Martín Oro fue estupendo Ottone, con notas fantásticas
y sólida presencia. Rocío Arbizu fue impecable “Virtud”. Adriano D’Alchimio fue
formidable “Amor” y Gloria Rojas tuvo un sólido y simpático desempeño como
Arnalta (Nodriza de Poppea). El resto de las voces en menores intervenciones
estuvo a la altura de las circunstancias sin desentonar en ninguno de los casos.
Fue un notable acierto conjunto de ambas instituciones,
las que se jugaron a un Barroco hecho en Argentina por especialistas de Ntro.
País y Latinoamérica y en la que afortunadamente salieron bien parados,
logrando el favor del público que con una cerrada ovación dictó su veredicto.
Donato Decina
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