LOS ULTIMOS
QUINCE MINUTOS REDONDEARON UNA INTERESANTE TEMPORADA
Buenos Aires
Lírica, Temporada 2017: “Ba-ta-clan”, “Chinada” musical en un acto. Música de
Jacques Offenbach, Libreto de Ludovic Halévy. Interpretes: Josué Miranda
(Fé-ni-han), Agustín Gomez (Ké-ki-ka-ko), Sergio Carlevaris (Ko-ko-ri-ko),
Ximena Farías (Fé-an-nich-ton), Natalia Alberó-Jorgelina Manauta-Sergio
Vittadini-Juan Feico (Conspiradores).
Diseño de Escenografía: Matías Otalora. Diseño de Vestuario: Denise
Massri-Mercedes Nastri. Diseño de Iluminación: Ricardo Sica. Dirección Musical
e Instrumentación: Juan Casasbellas. Puesta en Escena: Ignacio-González
Cano. Teatro Picadero, 16 de Octubre de
2017.
NUESTRA OPINION:
BUENO.
Y comenzaron los cierres de
temporada. Así comenzamos a darnos cuenta que la corriente temporada va
transcurriendo a velocidad inusitada. Y el primer cierre le cupo a Buenos Aires
Lírica que en el ámbito del Teatro Picadero ya probado sobradamente con
espectáculos fuera y ahora dentro de su abono presentó una fuerte apuesta como
es el virtual estreno entre Ntros. (no
exsite registro alguno que certifique que haya ocurrido anteriormente) de
“Ba-ta-clan” de Jacques Offenbach con libreto de Ludovic Halevy, obra de 1855
con la que formalmente se inauguró la Sala Bouffes Parisiens.
Son muy
interesantes las notas al programa que aporta Claudio Ratier en lo que hace al
contexto de la composición de este trabajo. Los antecedentes previos. La labor
del compositor en pos de lograr una sala en donde poder presentar no solo sus
trabajos sino también los de noveles compositores Franceses. También la reseña de que una vez logrado ese
objetivo, se le impusieron estrictas condiciones laborales. Ellas (someramente)
fueron: Pantomimas y Arlequinadas de Cinco Personajes. Escenas Cómicas o
Dialogadas con Dos o Tres Personajes. Escamoteo, Fantasmagoría, Sombras
Chinescas . Canciones con uno o dos Ejecutante con o sin Trajes. El 29 de Diciembre de 1855 tuvo lugar el
estreno. La obra contiene todas las formulaciones que Offenbach empleó en sus
trabajos. El sarcasmo, el humor ácido e irreverente. La satirización de
situaciones de época, ridiculizando a políticos, músicos y celebridades por
igual . La burla al género operístico de los cuales el “Bel Canto” y Meyerbeer
en particular son los destinatarios principales, ya sea por citas musicales o
referencias de los diálogos entre los personajes. También la lucha de un
“Pueblo Originario” (China) contra el Expansionísmo Colonial (Francia y la
Conquista de Indochina, luego Siam y hoy Vietnam). El libreto trata de
diferentes cantantes, músicos, vestuaristas y puestistas de ópera que fueron
tomados de rehenes por Fé-ni-han emperador del supuesto imperio de Che-i-noor
(para no decir abiertamente que es China). De ahí un Director de Orquesta se
convertirá en su “Sosía”. Un vestuarista que será convertido en funcionario
(Ke-ki-ka-ko), una soprano que es forzada a convertirse en doncella
(Fé-an-nich-ton). Un “Regisseur” que conspirará contra el supuesto emperador
con el nombre de Ko-ko-ri-ko, junto a cuatro personas que resultan ser cuatro
coreutas de una Compañía Lírica y que buscan desatar las ataduras y retornar a
Francia. Todos tienen en común el viajar en gira, los barcos en los que
realizan la travesía encallan y son capturados y tomados de rehenes. Una música
los une y es el “Ba-ta-clan”, onomatopeya que refiere a “rataplán”, marcha,
ataque y escape. Las máscaras irán
cayendo una a una, se reconocerán en situaciones y el escape a Francia se
logra, aunque en esta versión el “regisseur” se quedará con el trono (¿Guerra
entre la Dictadura de los Directores de Orquesta Vs. La Dictadura de los
directores de Escena?).
Dado las
condiciones que se le impusieron a
Offenbach (anteriormente especificadas), el Orgánico instrumental que debió emplear
fue muy reducido y esa partitura se
extravió, sobreviviendo una posterior para gran orquesta que aún se mantiene.
Los registros de representaciones a nivel mundial nos llevan a seis en las
últimas décadas, por lo que aumenta aun mas el interés por la oportunidad en la
que se presenta.
Al igual que
en “L’Incoronazione di Poppea” con la que Buenos Aires Lírica abrió la
temporada, en “Ba-ta-clan” se efectuó una reconstrucción lo mas ajustada
posible de la orquestación original, tarea encomendada a juan Casasbellas,
Director del Coro de la Entidad
Organizadora y Director Musical del Espectáculo. Se realizó una traducción y
adaptación en castellano de los diálogos. Si bien, Ignacio Gonzalez Cano
(Director Escénico) mencionó a quién estaba realizando la tarea en ocasión de
su visita al Estudio de “De Paraíso para Usted”, la no especificación en el
programa de mano de quién ha hecho esta labor hace que me abstenga de mencionar
al o la autora de la labor.
Entonces
entrando ya de lleno en la función que presenciamos junto a Mónica Rossi,
digamos que la traducción y adaptación de los diálogos de escena se hizo a una
época mas avanzada respecto a la del estreno. Pongo como ejemplo que en “La
Boheme” de Puccini, Illica y Giacosa (Responsables de Libreto y Versificación)
respetan al máximo el original de Murger, y en el tercer acto, Colline,
menciona haber escuchado en una cita al mas alto nivel a M. Guizot, gran
político Francés de la época, al que también se refiere Domingo Faustino
Sarmiento en sus diarios de viaje, cuando presenció un debate en el Parlamento
Francés. Hoy ese tipo de menciones,
salvo en la propia Francia, no son viables por otras latitudes, dado el
mayoritario desconocimiento de la historia universal por el común de la gente.
La traducción es mayoritariamente lineal, hasta el momento del desenredo de la
trama, cuando hace su entrada el “Regisseur” devenido en “Ko-ko-ri-ko” el
conspirador, el que es identificado como “Marcel Lombarder” y de ahí al final
logra atraer al público al que se lo pudo apreciar muy apático hasta ese
instante. Otro tanto ocurrió con la orquestación. Si bien los instrumentos base
son los empleados en reducciones orquestales, la inclusión de una batería en
lugar de varios instrumentos de percusión interpretados por un percusionista
hace que en el marco de la obra la misma no encaje. Recuerdo también cuándo en
la apertura el pasado año de la trigésima temporada de “Nuova Harmonía” con la “Capella Istropolitana” acompañando a
Angélika Kirschlager, en la parte de Opereta de esa velada sorprendió el
despliegue que llevó a cabo el percusionista del grupo que con base en el
timbal desplegó en derredor de este los demás instrumentos, prodigándose con
absoluta precisión, y sumado al ajuste y
despliegue del resto se tuvo la sensación de asistir a una función de un
pequeño teatro Vienés o del interior Austríaco. También resultó llamativa la
inclusión citas de obras de composición posterior a “Ba-ta-clan” (Gershwin por
Ejemplo). En esta ocasión, la ubicación del grupo al fondo de escenario y el
Director de espaldas a la escena y a ios cantantes llevó a que el inicio fuera
muy impreciso y que debieran pasar muchos minutos para que las cosas se
acomoden y tomen un cauce normal. La puesta tuvo un marco muy despojado, acorde
a las reducidas dimensiones del espacio. Algunos elementos oportunamente
ubicados para identificar a París, aunque una París posterior al estreno de
“Ba-ta-clan” (la Torre “Eiffel”, el “Moulin Rouge”). Un gigantesco trono
imperial con aspecto de haber sido realizado en madera y en cuyo extremo
superior del respaldo se proyectó el subtitulado, el que falló en el comienzo y
luego se lo hizo sobre un fondo amarillento solo perceptible por los que tuvieran
la vista en las mejores condiciones (al menos desde mi posición en un lateral y
dada la disposición semi-circular, típica de los picaderos que dan nombre a la
sala). La inclusión de cañas (¿Bamboo?), las que eran empuñadas por los
conspiradores que le daban forma puntiaguda en su extremo superior, como
semejando a las que empuñaban los Vietnamitas del Norte en su lucha de los
sesenta frente al ataque Norteamericano.
Las
marcaciones actorales de Ignacio
González Cano fueron correctas, aunque por momentos en los diálogos se abusó
del Argentinismo de “gritar” para lograr una situación hilarante, como así
también la caracterización de Fé-ni-han el supuesto emperador, que apareció cuán el
recordado Alberto “Negro” Olmedo haciendo “El Dictador de Costa Pobre”.La
iluminación fue muy ajustada y adecuada a la escena y el vestuario y las
caracterizaciones tuvieron una resolución impecable.
Pero hay algo
insoslayable, sin esa traslación a Ntra.
Argentina en la parte final en lo que a resolución de la obra se refiere, la
misma se hace insostenible, se le nota y mucho el paso de los años (y Siglos) y
aunque valorable el importantísimo esfuerzo de llevarla a escena y poderla
conocer, vale ese hecho (de conocerla), aunque dudo de la conveniencia de una
reposición futura.
Y por último
lo musical. Superado el desacople inicial, la labor de juan Casasbellas al
frente del conjunto instrumental tuvo corrección y
terminó teniendo adecuada conexión con los cantantes, los que se
movieron en escena, bailaron y actuaron en forma mas que efectiva. Ximena
Farías se lució en lo vocal mas que en lo actoral como la soprano devenida en
Fé-an-nich-ton la doncella. Tiene gratísimo tímbre y buenas entonación y técnica. Josué Miranda como Fé-ni-han no
alcanzó la total compenetración con el rol, sobreactuando por momentos, aunque
tuvo una correcta línea vocal. Agustín Gómez cómo Ke-ki-ka-ko (o el
vestuarista) tuvo buena voz con grato timbre y buen juego de comedia con Farías
con quién sobrelleva el mayor peso de los dúos. Natalia Alberó, Jorgelina
Manauta, Sergio Vittadini y Juan Feico (miembros del Coro de Buenos Aires
Lírica) tuvieron lucimiento como los conspiradores, mas allá de la
circunstancia señalada de los “gritos” tuvieron mucha chispa para el momento
del desenlace en donde no solo la situación de ·”esclavitud en China”, sino que
la de sueldos bajos en la ópera, las puestas, los directores y la complicidad
con la Orquesta y su Director en ese tramo lograron meter al público en el
bolsillo.
Dejo para lo
último a la figura de la función. Sergio Carlevaris. El valor mas experimentado
del elenco, que hizo gala de soltura escénica, desparpajo, presencia vocal y
extraordinaria línea de canto para trazar a Ko-ko-ri-ko, el jefe de la
conspiración y “Regisseur. Por el los últimos quince minutos del espectáculo
cobran vida y le dan un vuelco fundamental. Y es por eso que esos minutos
cobran valor y hacen que el balance de esta temporada de Buenos Aires Lírica cierre
de manera mas que satisfactoria y nos hagan aguardar con expectativa la
temporada futura.
Donato Decina
Pues a mi no me gustó nada, y el público fue bastante indiferente. Uno saca abnono a una temporada de ópera, y esto parecía un concert de colegio totalmente alejado de la ópera. Esto de buscar nuevos públicos (lombardero) hará que pierdan a los operómanos.
ResponderEliminar