DEMASIADO
POCO
“Nuova Harmonia
2017”, Presentación de la Bucarest Symphony Orchestra, Director: Benoit
Fromanger. Solistas: Joanna Wos (Soprano),
Tadeuz Szlenkier (Tenor). Programa. Obras de Enesco, Bellini, Puccini,
Verdi y Tchaickovsky. Teatro Coliseo, 06 de Noviembre de 2017.
NUESTRA
OPINION: REGULAR.
Si realmente cabe un elogio, sería a los
representantes de artistas y (fundamentalmente) a quienes lograron insertar a
los dos interpretes vocales Polacos en el marco de una gira de segundo circuito
sudamericano de una Orquesta Sinfónica Rumana. Solo de esta manera puede
entenderse el que se les haya dado cabida a dos voces que podrán (según rezan
sus respectivos currículums) haber transitado años atrás escenarios de una
cierta importancia, pero la realidad que ambos evidencian nos dice que hace ya
un tiempo bastante extenso que las actuaciones de ambos se centran en la misma
Polonia y en circuitos de tercer y cuarto nivel en la Europa del Este. En
cuanto a la Gira en sí (luego de haber rastreado en la página oficial de la
propia Orquesta), el centro de la misma ha sido justamente este concierto ya
que antes y después lo han hecho en escenarios de menor importancia (Arraial
D’Ajuda [Brasil], lugar de Turismo, la sala CorpArtes de Santiago de Chile y el
Teatro Nacional de Lima [Que no es el Municipal, la sala lírica de mayor
importancia]) y la Orquesta por sí sola actuó al día siguiente en “El Círculo”
Rosarino (Envidio sanamente a Ntros. Compatriotas de allí el que hayan podido
escuchar solo al conjunto Orquestal). El programa ofrecido, como muy bien lo
desglosó mi Colega y Secretario General de la Asociación de Críticos Musicales
de Argentina Carlos Ernesto Ure, debemos encararlo entre lo eminentemente
sinfónico (Que fue bueno con picos de relevancia) y lo vocal. Si extraemos la
“Rapsodia Rumana Nº 1” de Georges Enesco, que por supuesto debe estar presente
en los atriles como representación de Rumania ante el mundo, el resto de la programación
se asemejó mas al de una velada estival para público masivo que para un abono de la talla de “Nuova Harmonia”. La
parte vocal se compuso de arias, duetos y fragmentos absolutamente trillados
(“Norma”, Tosca”, “La Boheme”, “La Traviata”, “Rigoletto”, del que se excluyó “Parigi O Cara” de “La
Traviata” sin que se informara al público. La constante de ambas voces fue,
falta absoluta de matices, de fraseo, de interpretación. Todo fue vertido de
igual manera desde la zona central de la voz hacia las notas altas, y en este
punto, la Soprano Wos evidenció un vibrato que resultó muy molesto y el tenor
Szlenkier notas peligrosamente cercanas al quiebre , el que finalmente se
produjo en un pasaje de “Addio Fiorito assi” de “Madama Butterfly”.
Desconexiones absolutas, como hacer individualmente los fragmentos de “La Boheme”
desde “Che Gelida Mannina” hasta el final del acto, en donde los interpretes
entraban y salían cuando la lógica era permanecer ambos de principio a fin, a
tal punto que el ingreso conjunto para la interpretación de “O soave fanciulla”
se demoró de tal manera que el Director Fromanger (que permaneció en todo
momento en el podio) se dio vuelta hacia el público con un gesto de ir a
buscarlos fuera de escena, lo que me hizo recordar al plantón de Angela
Georghiu a Jonas kaufmann en la “Tosca” de Viena. Solo le faltó decir “Non
abbiamo Voci”. Y el ingreso de ambos trajo la indicación de la Soprano a su
compañero de donde se debía ubicar en el escenario, casi en un acto de
“divísmo”. También fue evidente los visibles gestos de molestia del Conductor
Francés durante pasajes de esta
actuación. Se lo percibió incómodo a tal punto que al término de la
intervención formal de ambos cantantes en el concierto, los despidió en la
puerta de la campana acústica y regresó de inmediato al podio sin salir del
escenario.
Lo mejor
fueron, sin duda, los momentos puramente orquestales en donde se vió a una
Orquesta Europea de muy buen sonido mate, con una exposición sumamente colorida
de la mencionada Rapsodia de Enesco, una buena pintura de los fragmentos
seleccionados que conformaron la Suite
de “Cascanueces” que cerró la velada y,
por sobre todo, la muy sentida versión de la Obertura de la querida
“Innombrable” Verdiana, el punto mas alto de la noche, que el Director, previo
a interpretarla, dedicó a Ntros. Cinco compatriotas Rosarinos muertos en el
ataque de New York.
El “bonus
track”, con las dos voces nuevamente en escena, fue el Brindis de “La Traviata”
tras lo cual Fromanger cerró la partitura de modo enérgico( al igual que para
dejar la batuta en al atril) y, tras una nueva salida al escenario para
retribuir los aplausos, ordenar “retirada”. Saque cada cual sus conclusiones.
Donato Decina
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