miércoles, 15 de noviembre de 2017

UNA VERSION IMPONENTE

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Decimocuarto concierto de abono, Director: Vladimir Verbitsky. Solistas: Cuarteto Gianneo. Luís Roggero-Sebastián Masci (Violines), Julio Domínguez (Viola), Matías Villafañe (Violonchelo). Programa: Obras de José María Castro,  Eugene Ysaÿe y Dimitri Shostakovich. Teatro Colón, 09 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

  El decimocuarto concierto de Abono de la Filarmónica nos mostró la reposición siempre bienvenida de una obra argentina, con el aditamento de mostrar la rara disposición de cuarteto solista y orquesta de cuerdas. Otra obra, en este caso de un reconocidísimo creador cuyos trabajos fueron fundamentalmente compuestos para Violín (que en este caso también reconoce la misma disposición que la obra anterior) y el cierre en el año del centenario de la Revolución Rusa, una obra del último gran sinfonista de la historia, descriptivo del que acaso haya sido el movimiento anticipatorio del advenimiento del Comunísmo en Rusia. Originalmente consignada a otro Director, finalmente la elección para la conducción de la velada recayó en Vladimir Verbitsky, veterano conductor Ruso, alumno del gran Yevgeny Mravinsky, con titularidades ocupadas en la Filarmónica Eslovaca, la Victorian Symphony de Melbourne (Australia) (Paradojas del destino, ese cargo fue ocupado entre 1952 y 1956 por Juan José Castro [Hermano de José María autor de la primera obra que se escuchó en esta sesión]) y que desde hace cuarenta años ocupa el Podio de la Filarmónica de Voronezh (Rusia) y también desde hace veinticinco lo hace en el de la Orquesta Sinfónica de Australia Occidental.   Para las obras iniciales se contó con el concurso del Cuarteto Gianneo, verdaderos especialistas en obras de cámara Argentinas, que también incluyen en el repertorio obras de los grandes creadores de la música.

  Precisamente el inicio (invirtiendo el Orden originalmente consignado), fue con  “Preludio y Toccata” del año 1949 compuesto por José María Castro. Obra de carácter Neo-Clásica que muestra un amplio desarrollo y momentos de intensa reflexión. Aquí el conjunto solista se acopló a la cuerda de la Filarmónica, pero la conjunción de ambas fuerzas no mostró todo lo que son capaces de brindar. En cambio en “Harmonies du Soir”, del Op. 31 de Eugene Ysaÿe, hubo mayor compenetración, mejores respuestas individuales de todos los integrantes del conjunto solista y la cuerda de la Filarmónica lució a pleno.  Esto fue decisivo para que el conjunto se luciera en un bis argentino “Gato al Estilo Popular” de Emilio Napolitano, con todo el color del Folcklore Argentino, arrancando la justiciera ovación de la concurrencia.

  El Cierre mostró una imponente versión de la Sinfonía Nº 11 en Sol mayor, Op. 103 “El Año 1905” de Dimitri Shostakovich. Obra descriptiva del asalto al Palacio de Invierno del Zar, primer movimiento de masas que anticipó en 12 años a la Revolución Comunista y que por cierto quedó grabada en la historia en el filme “El Acorazado Potemkin” de Serguei Einsenstein (famosa escena del cochecito de bebé cayendo por las escalinatas incluida en el filme y que a posteriori fue rememorada por muchos cineastas como Brian de Palma en su “Los Intocables”). Aquí Verbitsky hizo gala de su aprendizaje con Mravinsky, amigo dilecto de Shostakovich quien estreno varias de las quince sinfonías del gran genio Ruso. El ajuste, la tersura de las cuerdas, la justeza en bronces y vientos y la cuidada y ajustadísima percusión fueron las aristas salientes de una versión cuya tensión no decayó en momento alguno y cuyo remate lo fue con esa apoteosis final con el llamado de campana que sacudió por completo al auditorio. Sín dudas Verbitsky se hizo merecedor a una nueva invitación, la ganó con creces.



Donato Decina

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