Excelente comienzo del Ciclo de
Ópera de Cámara del Teatro Colón en el Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza
UN MERECIDO Y HONORABLE
TRIUNFO
Durante este fin de semana tuvo lugar la
presentación del ciclo de Ópera de Cámara del Teatro Colón el pasado domingo 29
del corriente en el Teatro 25 de Mayo, sito en el barrio porteño de Villa
Urquiza, donde se representó el primero de los tres títulos comprendidos en el
mencionado Ciclo: “El Triunfo del Honor”,
de Alessandro Scarlatti, en homenaje a los 300 años de su estreno, ocurrido en
Nápoles en 1718. El Ciclo se completará con otros dos títulos: “Piedade”, del compositor brasileño Joao
Ripper, y “Powder her Face”, de
Thomas Adés, que tendrán lugar en los meses de Agosto/ Septiembre y Diciembre
del corriente año, respectivamente.
El elenco estuvo integrado por los siguientes
cantantes: Victoria Gaeta (Riccardo Albenori),
Evelyn Ramírez (Leonora), Mariano
Gladic (Capitán Bombarda), Josué
Miranda (Cornelia), Flavio Oliver (Erminio), Sofía Di Benedetto (Doralice), Pablo Urban (Flaminio) y Cecilia Pastawski (Rosina). Participaron los figurantes
Clara Hecker y Mateo de Urquiza, quienes tuvieron una destacada actuación como
asistentes en los cambios de escenografía y maquillaje, a medida que
transcurría la ópera. La dirección musical estuvo a cargo de Iñaki Encina Oyón
con el Ensamble Barroco, usando instrumentos de época. El clavecinista Manuel
de Olazo realizó una minuciosa revisión de la partitura original y la dirección
escénica estuvo a cargo de Violeta Zamudio, bajo la dirección general de
Marcelo Lombardero, con escenografía de Carmen Auzmendi y vestuario de Gonzalo
Giacchino.
La ópera consiste en una comedia en tres actos, pero
sólo hubo un intervalo para permitir los cambios de escenografía y vestuario.
Durante la primera parte de la obra, se utilizó un vestuario común, más acorde
a la época actual, donde se emplearon ciertos recursos alusivos al donjuanismo
del protagonista (Riccardo),
destinados a destacar sus atributos sexuales. Pudieron haber chocado a parte
del público presente, pero fueron oportunos y empleados correctamente (opinión
estrictamente personal), al igual que unos putti
utilizados en un cambio de escena. Pero luego del intervalo, se empleó un
vestuario de época que fue magnífico (los roles femeninos, con pelucas y
miriñaques, realizados con los mismos estampados que se utilizaron durante el
primer acto), mientras que los roles masculinos utilizaron pelucas, calzas,
levitas, medias blancas y zapatos con grandes hebillas. La recreación de época
estuvo perfecta y despertó gran admiración por parte del público presente.
En líneas generales, los niveles de canto y
actuación fueron excelentes, al igual que la dirección orquestal y el desempeño
de los músicos. Desde este año, el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón
(ISA) ha creado la especialización en música antigua, dentro del marco de la
Academia Orquestal. Los instrumentos antiguos ya fueron utilizados para
representar obras de este tipo (ej: “L’Incoronazione
de Poppea”, de Monteverdi, representada el año pasado) y, afortunadamente,
esto permitirá que, en un futuro no muy
lejano, puedan seguirse haciendo este tipo de obras.
Si bien todos los cantantes estuvieron estupendos,
Victoria Gaeta tuvo un destacadísimo papel interpretando un rol masculino, con
una actuación espléndida y un excelente nivel de canto. Se desempeñó con
absoluta soltura sobre el escenario, destacándose en las escenas de seducción.
Lo mismo puede decirse de Josué Miranda en el rol de Cornelia, donde, además de estar vestido de mujer, debió mostrar
sus piernas en el primer acto. Junto a Pablo Urban formaron un dúo estupendo,
donde las escenas cómicas hicieron reír al público. Excelentes el contratenor
español Flavio Oliver (Erminio) y la contralto chilena Evelyn
Ramírez (Leonora), quien representó
las escenas dramáticas. Sin dudas, fue la revelación de la noche: excelente
color de voz, dramatismo, interpretación y equilibrio vocal. En cuanto al resto
del elenco, Cecilia Pastawski realizó una magnífica Rosina y demostró ser una gran intérprete de roles barrocos (cantó
el rol de Poppea el año pasado en la
citada ópera de Monteverdi). Y Mariano Gladic también se destacó en el rol de Bombarda (compañero de aventuras de Riccardo, quien se enamora de Rosina), al igual que la joven soprano
Sofía Di Benedetto, interpretando a Doralice,
quien se queda con Erminio al final
de la obra.
Finalmente, la ópera culmina con un final feliz,
donde Riccardo se queda con Leonora, tras arrepentirse de sus
pecados. El honor y el auténtico amor triunfan sobre la seducción, y, en este
caso particular, ha sido un triunfo muy honorable y meritorio, tal como lo
expresa el título de esta nota. Y es maravilloso que, a través de esta
iniciativa del ISA y a este auténtico semillero de cantantes jóvenes, se puedan
representar más títulos de esta índole en el futuro. Son auténticas joyas que
merecen ser rescatadas del olvido.
Martha CORA ELISEHT
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