CON
REEMPLAZO Y DE APURO
Teatro Colón: Octavo concierto de
abono de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Cesar Iván Lara.
Solistas: Gavriel Lipkind (Violonchelo), Coro de Niños del Teatro Colón,
Director: Cesar Bustamante. Programa: Obras de Horst, Shostakovich,
Rossini/Respighi y Ravel. 12 de Julio de 2018.
NUESTRA OPINION: BUENO.
Este Concierto había sido consignado a David
del Pino Klinge (Titular de la Sinfónica de Rosario) para su Dirección.
Aparentemente una situación de “Stress” lo ha llevado a que esta semana se
conociera a través de un reportaje su decisión de desvincularse al final de la
Corriente temporada de la Sinfónica Rosarina (Cosa que se lamentará y mucho) y entre otros compromisos, renunciar
a la Dirección de Este Concierto en el Colón. Es evidente que razones de mucho
peso deben haber empujado a este gran Maestro Peruano a tomar semejantes
determinaciones. Máxime cuando la obra
de apertura de la velada “Tuhun” de Jorge Horst (oriundo de Rosario), es un
estreno mundial y le está dedicada. Hago votos para que el Maestro del Pino
Klinge pueda irse restableciendo y que no se ausente entre Ntros.
Lo cierto es que ante esta inesperada noticia
el Colón obtuvo los servicios del maestro Cesar Iván lara, oriundo de
Venezuela, hoy Director de la Filarmónica de Mendoza, quien ha oficiado como
preparador de la Sinfónica “Simón Bolívar” de su país, amén de ser titular de
otras orquestas del interior Venezolano de las cuales la Sinfónica de Mérida lo
ha nombrado Director Emérito.
Ya en el comienzo, con el referido estreno de
“Tuhun”, se notó un esfuerzo por una versión lo mas clara posible, pero en el
fondo no fue mas que eso. Lo escuchado me permitió percibir, al menos en mi
caso, que podía buscarse en algunos momentos mayor profundidad interpretativa.
Claro está que ignoro con cuanta antelación llegó el Maestro Lara para asumir
la concertación y de ahí el tiempo para preparar con la consecuente suma de
ensayos. La obra tiene un plan y este es sobre la base de palabras pronunciadas
por un Coro de Niños en Mapundungun (lengua de Pueblos Originarios), las que
son: Tuhun (Origen) y Kutral, Huayhuen, Ko y Mapu (Elementos), originan una
fuerza primigenia, la que está expuesta en música de manera contundente. Si
tenemos en cuenta que la percusión juega un rol fundamental en cuanto a
contundencia expresiva y que la Orquesta desarrolla una melodía Colorida en la
cual el compositor homenajea de ese modo a esa cultura originaria, se requiere
justamente de contundencia y expresividad. El Coro de Niños del Colón como
siempre preparado de modo eficaz por Cesar Bustamante, cumplió con el cometido
con buena pronunciación de las palabras. En cambio la Orquesta tuvo algunos
momentos de contundencia, mientras que el resto fueron solo trazos correctos.
El punto mas alto de la Noche, sin duda, sobrevino con la presencia del Violonchelista
Israelí Gavriel Lipkind, quien logró plasmar junto a la Filarmónica una
interesantísima versión del Concierto para Violonchelo y Orquesta Nº1 de
Dimitri Shostakovich. Hablar de esta obra es remitirnos al recuerdo del inmenso
“Slava” Rostropovich, amigo dilecto del Compositor y dedicatario de este
monumental trabajo, no por grandiosidad sino todo lo contrario, orquesta
reducida, visión reconcentrada, desafíos permanentes para el solista desde la
escritura intrincada y ese anagrama siempre presente con sus iniciales en
grafía germana que estará sobrevolando en toda la obra. Pese a un arranque muy frío y por momentos desafinado
de manera llamativa, Lipkind fue
asentándose y logró plasmar una versión
muy contundente, con excelente musicalidad , soberbia técnica y total entendimiento
con la Orquesta y el Director, el que aquí sí logró respuestas magníficas de la
Filarmónica.
El punto mas cuestionable de la noche fue la
decisión de suprimir la Obertura de “El Cazador Maldito” de Cesar Franck y
reemplazarla por la Suite “La Boutique Fantasque” de Ottorino Respighi, basada
en las Obras para Piano de Gioacchino Rossini, originalmente programada para el
Concierto Nº 17 entre Obras mas acordes a la naturaleza de este trabajo. Al
Igual que ocurriera en el Concierto Nº 6 a cargo de Baldur Brönnimann, en donde
entre la Obra de Sofía Gubaidulina y el Concierto para Orquesta de Lutoslavski
apareció de manera totalmente “descolgada” “El Lago Encantado” de Anatoli
Liadov, ocurre exactamente lo mismo en
colocar este trabajo simpático y tal vez “pasatista” entre dos verdaderos
“Pezzo Grosso” como el Concierto de Shostakovich y “La Valse” de Ravel. Y fue solo eso, una
versión “simpática” de un trabajo “simpático”.
El final mostró una versión de trazo
totalmente grueso de “La Valse”, que no pasará a la historia, sino que
provocará en Mí que luego de escribir esta crónica para Uds., la trate de
olvidar lo mas pronto posible.
Donato Decina
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