Original combinación de cine y recital de piano en
Nuova Harmonía
CON ACENTO Y ESTILO FRANCÉS
MÁS TALENTO ARGENTINO
Martha CORA ELISEHT
El pasado martes 2 de Julio hubo una
innovación dentro del Ciclo de Abono de Nuova Harmonía en el Teatro Coliseo: el
estreno del film Beethoven: Last Sonatas,
con la participación del pianista francés Alexandre Tharaud y la dirección
del argentino Mariano Nante para continuar con un recital de piano a cargo del
mencionado músico galo.
Alexandre Tharaud es uno de los mejores
pianistas de la actualidad, con un repertorio que abarca tanto música de
cámara- en colaboración permanente con el cellista Jean- Guihen Queyras- como
repertorio sinfónico clásico y contemporáneo. Ha visitado la Argentina en más
de una ocasión y, precisamente durante su visita al país en 2007 ofreció un
magnífico recital compuesto por obras de Maurice Ravel (1875-1937). Allí tomó
contacto con el director de cine argentino Mariano Nante, quien asistió a dicho
concierto en calidad de espectador. En 2018, el productor y director de cine
francés Pïerre- Martin Juban citó a este joven realizador vernáculo para filmar
una película con Alexandre Tharaud, a propósito de su nuevo disco con la
interpretación de las dos últimas Sonatas para piano de Ludwig Van Beethoven
(1770-1827). Así nació el film que se proyectó durante el recital del consabido
pianista, en calidad de estreno.
No es la primera vez que Mariano Nante ofrece un film donde el
piano es el protagonista. Su ópera prima –La
Calle de los Pianistas- se estrenó en el Teatro Colón en 2015 en el marco
del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) durante la función
de clausura del mismo. Y se convirtió en un éxito rotundo en la Argentina y el
mundo, donde ganó- entre otros premios- el Cóndor
de la Asociación de Críticos Cinematográficos y el Premio Sur de la Academia Nacional de Cine al mejor documental del
año. A partir de dicho film, el teatro Coliseo lo sumó para proyectos en común
donde se ofrece la asociación cine/ piano, tal como el Concierto para piano e Imágenes ofrecido durante el Ciclo de Nuova
Harmonía en 2018, con la participación de Karin Lechner y Natasha Binder, con
puesta en escena de Leonardo Kreimer. Por lo tanto, se aprovechó el recital de
Alexandre Tharaud como marco para el estreno de su nueva película, que cuenta
con la producción del mencionado Pierre- Martin Juban, la dirección de
fotografía del prestigioso cineasta griego Yorgos Arvanitis, la dirección
artística de Aurora Vullierme y montaje de Andrés Pepe Estrada.
La película se desarrolla en dos
castillos diferentes: Crèvecoeur en Brie
y Bois du Rocher, donde la cámara muestra al pianista avanzando hacia una de
las habitaciones principales, que cuenta con un magnífico Steinway –con un teclado lustroso y una pátina de suciedad sobre su
caja, dando la sensación que hacía mucho tiempo que nadie lo tocaba- como único
mobiliario. Ambos han ostentado un lujoso pasado por la riqueza de sus frescos – deslucidos y
desvencejados- y por la ornamentación típica de la Belle Époque: una chimenea francesa (arrancada de su sitio),
ventanales amplios y cortinados largos. El piano se ubica en tres ambientes
diferentes, mientras el movimiento de la cámara conduce a las diferentes
habitaciones donde se desarrolla el concierto mediante una sucesión de planos:
los generales y los primerísimos primeros planos, que muestran las manos del
pianista y los gestos del mismo. No es casual que se hayan elegido para la
realización del film, ya que representan el correlato visual del Beethoven
tardío. Se interpretan las Sonatas n° 31,
Op. 110 y n° 32, Op. 111, donde
Tharaud demuestra su pasión, su ductilidad y su magistral interpretación del trino que forma parte de la arietta final que cierra no sólo la
mencionada Sonata, sino además, todo
un ciclo. Al término del film, tanto Mariano Nante como Alexandre Tharaud
salieron a saludar al público, Lamentablemente, hubo un desacople entre imagen
y sonido en un determinado momento del film debido a un problema técnico, que
causó un delay. Eso no impidió
disfrutar de una fotografía estupenda y de un producto de altísima calidad
visual.
Luego del intervalo, comenzó el
recital de piano propiamente dicho con la Sonata
para piano n° 30, Op. 109 de Beethoven, que abre con dos temas contrastantes
(Vivace ma non troppo y Adagio espresivo) para desembocar luego
en un Prestissimo, donde se destacan elementos de técnica
pianística característicos del crescendo
beethoveniano. Su último movimiento (Gesangvalt
mit innigster Empfindung- Cantando con el sentimiento más profundo) es una
maravillosa combinación de cadencias típicas del genio de Bonn. La
interpretación de Tharaud fue muy buena,
destacándose por su excelente manejo de los tempi,
los silencios y su particular temperamento. A continuación, interpretó la Sonatina de Ravel, caracterizada por los típicos acordes del gran
maestro del impresionismo francés: cromatismo y escalas diatónicas, que brindan
los matices característicos de sus obras durante los tres movimientos en que se
desarrolla la misma (Moderado/ Movimiento
de Minué/ Animado). No hay que olvidar que Tharaud tiene grabada la obra
integral para piano de Ravel y es un especialista en la materia hasta tal
punto, que ofreció como obra final una transcripción para piano de La Valse hecha por él mismo, que fue
ejecutada de manera sublime, con un perfecto manejo de tempi y acorde a las especificaciones de la partitura. El público
estalló en aplausos hacia el final del concierto.
Luego del recital, ofreció dos bises: un Vals de Chopin y una Sonata de
Scarlatti en tono menor, donde hizo alarde de su técnica y pulsación. Fue una
noche para todos los gustos, donde la música y el cine se unieron en una
amalgama de imagen y sonido, para plasmar el siguiente mensaje: cuando todo parece
estar perdido y en ruinas, la belleza de la música es capaz de superar todos
los obstáculos y emerger de la destrucción, brindando al espíritu humano la
fuerza necesaria para resistir ante tanto mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario