sábado, 5 de diciembre de 2020

 

Excelente transmisión por streaming de “MACBETH” desde el Metropolitan

 

PERFECTA CONJUNCIÓN ENTRE DRAMA Y BEL CANTO

Martha CORA ELISEHT

 

            De las numerosas óperas de Giuseppe Verdi basadas en obras de William Shakespeare, el Metropolitan Opera House de New York ofreció el pasado jueves 3 del corriente una transmisión por streaming de MACBETH correspondiente a 2014 que contó con puesta en escena de Adrian Noble, escenografía y vestuario de Mark Thompson, iluminación de Jean Kalman y coreografía de Sue Leston, con el siguiente reparto: Željko Lučič (Macbeth), Anna Netrebko (Lady Macbeth), René Pape (Banco), Joseph Calleja (Macduff), Noah Baetge (Malcolm), Claudia Waite (Dama de Lady Macbeth), Seth Wilkin (Heraldo), Christopher Job (Mensajero), James Courtney (Médico), Richard Bernstein (Asesino), Raymond Renault (Duncan, rey de Escocia), Moritz Linn (Fleance, hijo de Banco) y los siguientes cantantes que interpretaron las Apariciones: David Crawford (Guerrero), Ashley Emerson (Niño ensangrentado) y Morgan White (Niño coronado). La dirección orquestal estuvo a cargo de Fabio Luisi; la coral, de Donald Palumbo y la presentación, de Anita Rachelvitsvilli.

            MACBETH es la décima ópera de Verdi y la primera compuesta sobre dramas de Shakespeare con libreto original de Francesco María Piave en 1846. Su autor se refería a ella como “He aquí este Macbeth, el cual amo más que todas mis otras óperas”. Luego del suceso de ATTILA, se dedicó de lleno a la composición de MACBETH por encargo del Teatro della Pergola de Florencia –sala donde se estrenó en Marzo de 1847-  y produjo una auténtica innovación. En vez de contener los cánones de la ópera italiana de aquel entonces (recitativos, arias, números concertantes, ballet), Verdi creó un auténtico drama musical en 4 Actos, que conjuga bel canto y arias de coloratura con escenas trágicas –acorde a la obra original del dramaturgo inglés, pero con algunos cambios, como el Coro delle Streghe en vez de las Tres brujas shakesperianas y el Coro de Bardos, que refleja la victoria sobre el tirano-. Ahí es donde radica su originalidad y marca un punto de quiebre. Tuvo un suceso rotundo y fue revisada en dos oportunidades: 1847 y 1865. Si bien esta última fue un fiasco y cayó rápidamente en el olvido hasta después de la Segunda Guerra Mundial, es la que se representa actualmente.

            En la presente versión, Adrian Noble redujo los 4 Actos originales a 3 -o mejor dicho, sólo hubo dos intervalos: entre el 1° y 2° Actos y entre el 2° al 3°-  con una puesta en escena ágil, logrando los numerosos cambios de escena mediante paneles o bajada de telón. También se emplearon figurantes para trasladar los diferentes elementos (mesas, manteles y sillas) y lámparas que descendían del techo para iluminar las escenas en palacio. El efecto de representar el sonambulismo de Lady Macbeth dando pasos a medida que se iban colocando las sillas estuvo muy bien logrado, al igual que las burbujas iluminadas por una luz verde fosforescente –dentro de las cuales estaban las apariciones de la gente que Macbeth mandó a asesinar oportunamente-. Las mismas emergían desde el piso mediante efecto humo o descendían desde el techo a medida que el Coro de Brujas se reunía en el bosque para leer el oráculo. El vestuario creado por Mark Thompson para esta ocasión fue moderno, pero con colores simbólicos (negro para Macbeth, verde militar para Banco, Malcolm y Macduff) y negro con cuello rojo para el rey Duncan; gris para Lady Macbeth y para el momento de la coronación de su esposo, rojo). Ambos lucirán camisa blanca manchada de sangre una vez cometido el asesinato de Duncan, al igual que Banco cuando aparece como un espectro ante Macbeth tras ser asesinado. Para la coronación, tanto el Coro como el ballet lucen frac y vestidos largos de gala, mientras que las Brujas y los campesinos, colores oscuros y austeros. Los asesinos aparecen vestidos de negro y las huestes de Malcolm y Macduff, verde militar, mientras que el médico usa delantal blanco. El claroscuro en materia de iluminación hizo el resto. 

            Un enérgico y temperamental Fabio Luisi dirigió de manera impecable a la Orquesta Estable de la institución, logrando una excelente marcación de los tempi en el característico dramatismo verdiano. Antes de comenzar cada Acto, el público lo aplaudió calurosa y enérgicamente. El director italiano no sólo es un asiduo invitado del Met, sino también un experto en Verdi y lo demostró con creces. Asimismo, Donald Palumbo realizó un magnífico trabajo con el Coro, que juega un rol trascendental en toda la ópera, ya que abre con la cavatina y cabaletta de las Brujas (Streghe) (“Che faceste?... Dite su” y   “Sallontanarono! –N’accozzeremo”), sigue con el Sexteto al final del 1° Acto (“Schiudi, inferno, la bocca ed inghiotti”) y continúa con el Coro de Sicarios en el 2° Acto (“Chi y’impose unirvi a noi?”). Posteriormente, participa en la escena de la coronación de Macbeth (“Salve, o Re”- Voi pur salvete”) y en la 1° escena del 3° Acto, donde el coro de brujas (Streghe) debe leer el oráculo (“Tre volte miagola la gatta in fregola”) y luego de las apariciones (“Fuggi, regale fantasma”). Por último, abre el 4° Acto (“Patria oppressa! Il dolce nome”), participa de la cabaletta entre Maslcolm y Macduff (“La patria tradita”) y cierra la ópera (“Vittoria” Vittoria!”).  Una labor muy destacada y una preparación magistral.

            Si bien es una ópera donde hay varios roles secundarios que son importantes, las intervenciones de los cantantes son muy breves. Por lo tanto, todos los han interpretado muy bien y vale la pena destacar el papel del tenor Noah Baetge como Malcolm, quien es el auténtico heredero al trono y por lo tanto, juega un rol trascendental pese a ser un personaje secundario. Posee dos arias que son trascendentales junto a Macduff (“La patria tradita” y “Vía le fronde e mano all’armi!”) y tuvo un muy buen desempeño vocal e histriónico.

            Dentro de los roles principales, el tenor Joseph Calleja encarnó un soberbio Macduff. El maltés se lució desde su participación en el 1° Acto (“Di destarlo per tempo il re m’impose”) y en el ya mencionado Sexteto, al igual que en el Cuarteto final del 2° Acto (“Sangue a me quell’ ombra chiede”). Pero sus arias más importantes se dan en el 4° Acto (“O figli! Figli miei!... Alla paterna mano”), donde hubo una ovación del Met luego de haber finalizado la misma. Lo mismo sucedió con la ya mencionada cabaletta junto a Malcolm. Por su parte, René Pape descolló al interpretar un Banco de antología desde su primer dúo junto a Macbeth en el 1° Acto (“Giorno non vidi mai si fiero e bello” y “Due vaticini compiuti or sono”…) y al presentir el asesinato de Duncan (“O, quale orrenda notte”). Su aria en el 2° Acto fue magistral, ya que se da cuenta que va a morir y pretende salvar a su hijo (“Studia il passo, mio figlio”… “Comme dql cel precipita”). Tras su muerte, aparece con una camisa blanca ensangrentada como el espectro que enloquece a Macbeth durante su coronación y cuando visita al Coro de Brujas para que le lean el destino. Una actuación sobresaliente, al igual que la del barítono Željko Lučič en el rol principal. Independientemente de ser otro invitado permanente del Met, se destacó de entrada en los dúos y cavatinas anteriormente mencionados, al igual que junto a Lady Macbeth, quien lo seduce para tramar su funesto plan (“Sappia, la mia sposa”; “Fatal, mia donna! Un murmure”…”Allor questa voce m’intesi nel petto” y la cabaletta “Vieni altrove! Ogni sospetto”). Una actuación estupenda, donde el croata brilló sobre el escenario luego de cometer su crimen mostrando sus manos teñidas de sangre. Pero fue magistral durante el 2° Acto tras la aparición del espectro de Banco (“Tu di sangue hai brutto il volto”; “Fuggi! Fuggi, orrible fantasma!”). Lo mismo sucedió luego de las apariciones en el 3° Acto (“Finché appelli, silenti m’attrndete”) hasta que se recupera (“Ove son ió?... Svaniro!”) y se reencuentra con Lady Macbeth para tratar de matar a Macduff (“Ora di norte e di vendetta!”).  Por último, se lució en el 4° Acto (“Perfidi! All’anglo contro me v’unite!”… “Pietá, rispeto, amore”) hasta que le anuncian que su esposa está muerta tras haber enloquecido (“É morta la Regina!”). Como no podía ser de otra manera, la ovación del Met fue total tras haber finalizado la obra.

            Anna Netrebko posee una voz única: caudalosa, rica en matices, agudos insuperables y en este caso, una coloratura soberbia que le permitió alcanzar sin dificultades las exigencias de la partitura. Apareció recostada en una postura sumamente sexy luego de haber recibido una carta por parte del  Mensajero antes de su primera cavatina (“Nel di della vittoria ió l’incontrai”… “Vieni! T’affreta”) hasta el encuentro con su esposo para dar su cabaletta recostada sobre el piso (“O tutti sorgete, ministri infernali”). Sus excelsos agudos y su actuación fueron sublimes. Es muy difícil encarnar un rol tan complejo, y encima, hacerlo recostada, lo que le valió la ovación por parte del público al finalizar la misma. En el encuentro con su esposo trama su maléfico plan (“O, donna mia! Caudore!”). Se lució junto a Željko Lučič en los dúos anteriormente mencionados y al inicio del 2° Acto (“Perché mi sfuggi, e fiso”… “La luce langue… il faro spegnesi”), donde su desempeño fue estupendo. Lo mismo sucedió en el aria y brindis de la coronación (“Che ti scosta, o re mio sposo”), en los dúos ya mencionados hasta llegar a la escena del sonambulismo del 4° Acto (“Una macchiaé qui tuttora… maledetta!”), donde su escena de la locura y su obsesión por lavar sus manos teñidas de sangre fue magistral. El teatro deliraba luego de cada una de sus interpretaciones y la ovación final fue sostenida.

            Cuando se brindan versiones de una calidad excelsa como la presente, es maravilloso poder recrear un clásico de Shakespeare en versión lírica mediante una perfecta conjunción de drama y bel canto. Sólo el  genio del humilde paesano de Roncole pudo haber logrado una fusión tan perfecta con el mago de Stratford on- Avon.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario