Por segunda vez consecutiva, “LÍRICA EN EL PATIO” en
el Centro Cultural KONEX
OTRA NOCHE REPLETA DE
ESTRELLAS
Martha CORA ELISEHT
La temporada veraniega de
espectáculos de lírica y música clásica en Buenos Aires no para de crecer y
afortunadamente, la actividad privada sigue abriendo sus puertas para que los
artistas puedan tener cabida. En este caso y por segunda vez consecutiva, el
pasado jueves 25 del corriente se ofreció una nueva edición de “LÍRICA EN EL
PATIO” en el Centro Cultural KONEX con el mismo grupo de intérpretes
pertenecientes a Cantantes Líricos Asociados de la República Argentina (CLARA)
integrado por el bajo Hernán Iturralde, el barítono Leonardo Estévez, el tenor
Duilio Smirglia, la mezzosoprano Alejandra Malvino –presidente de la mencionada
institución- y las sopranos Jacquelina Livieri, Fabiola Massino, Daniela
Tabernig, Marina Silva y Oriana Favaro, acompañados al piano por el maestro
Ezequiel Fautario.
Iban a participar también del
espectáculo el tenor Darío Schmunck y el pianista Matías Chapiro, quienes
debieron suspender su participación a último momento por motivos personales.
Sin embargo, no le restó mérito, sino todo lo contrario. Se eligió un
repertorio totalmente diferente del de la primera representación más el
consabido “Menú a la Carta”votado por
el público. Sólo el final tuvo un común denominador con la primera función: “Lippen schweigen” de LA VIUDA ALEGRE de Franz Léhar –a cargo
de Duilio Smirglia y Marina Silva- y la escena final del 2° Acto de EL
MURCIÉLAGO de Johann Strauss (“Brüderlein,
Bruderlein uns Schwesterlein”). Y no podía faltar “O SOLE MÍO” a cargo de toda la compañía en calidad de bis, ya que la fecha coincidió con el
148° aniversario del nacimiento de Enrico Caruso.
Como siempre, se cumplió con el protocolo
sanitario y las medidas de distanciamiento social en vigencia y al igual que en
la otra ocasión, contó con una magnífica producción de video donde se
anunciaron las obras, los compositores y sus respectivos intérpretes. Ezequiel
Fautario abrió el juego interpretando la Obertura
de RIGOLETTO para luego dar paso
a Leonardo Estévez y Jacquelina Livieri como padre e hija en el duetto “Parla, siam soli…..Ciel, dammi coraggio” del 2° Acto, tras
la deshonra de Gilda por parte del Duque de Mantua. Ambos orecieron una muy
buena interpretación, donde Livieri se destacó por su candidez e inocencia
–requisitos fundamentales para dicho rol- , mientras que Estévez descolló
posteriormente en el Aria della Vendetta.
A continuación, el cuarteto formado
por Daniela Tabernig (Mimí), Duilio
Smirglia (Rodolfo), Jacquelina
Livieri (Musetta) y Hernán Iturralde (Marcello) interpretaron la escena del 3° Acto de LA BOHÈME (“Dunque é propio finita”), logrando un muy buen equilibrio
vocal. El dúo compuesto por Iturralde y Livieri hizo de las suyas sobre el
escenario del KONEX en una muy buena actuación –hay que recordar que la soprano
rosarina interpretó este rol en el Colón
en 2018 y se lució oportunamente-. Seguidamente, Marina Silva y Oriana Favaro
cantaron “Prendiró quel brunettino” de
COSI FAN TUTTE. Este duetto es un auténtico desafío en materia
de coloratura y técnica vocal y lo supieron interpretar admirablemente. Y le
siguieron la dupla formada por Alejandra Malvino y Daniela Tabernig en “Scuoti quella fronda di cilegio” del 2°
Acto de MADAME BUTTEFLY, quienes
asimismo brindaron una interpretación exquisita. Ezequiel Fautario es un
profundo conocedor de la obra y experto en la partitura pucciniana, que supo
dar el marco necesario para que estas dos grandes artistas brillaran sobre el
escenario.
Después de esta primera parte, los
caballeros anunciaron el tan ansiado Menú
elegido por el público. La entrada estuvo compuesta por tres arias muy
conocidas: “O mío babbino caro” (GIANNI
SCHICCHI, a cargo de Marina Silva); “Júrame”
(bolero) por Duilio Smirglia y “Ebben,
n’andró lontana” (LA WALLY, de Catalani) por Jacquelina Livieri. El
repertorio no pudo haber sido mejor elegido y les sentó de perlas a todos y
cada uno de los intérpretes. Obviamente, la canción romántica es ideal para un
tenor, mientras que ambas sopranos brindaron una bellísima interpretación de
sus arias. El plato principal fue un auténtico tour de force para las cantantes: “Prés les ramparts de Seville” (CARMEN), donde Alejandra Malvino hizo gala de su maestría en el
repertorio francés, encarnando a la gitana con una gran sensualidad. Daniela
Tabernig descolló en “Vissi d’arte”
(TOSCA), pero la revelación fue la magistral interpretación de “O luce di quell’anima” de LINDA DE CHAMONIX (Donizetti), a cargo
de Fabiola Massino. La soprano tucumana eligió una de las arias más difíciles
del repertorio del bel canto y lo
hizo con total soltura y gracia en escena, lo que le valió la ovación del
público. Los postres no podían ser mejores en calidad: una bella interpretación
de “A vuchella” de Francesco Tosti
por Leonardo Estévez, la magistral versión de “Summetime” (PORGY & BESS) por Oriana Favaro -que le puso el
alma a la consabida aria de Gershwin, destacándose como intérprete de jazz y
blues- y por último, una interpretación sublime de la Canción de la Estrella Vespertina (“O du mein holder Abendstern”)
de TANNHÄUSER a cargo de Hernán
Iturralde. El bajo- barítono es un experto en el repertorio alemán y se lució
con creces como Wolfram von Eschenbach.
La tercera parte del concierto se
abrió con el quinteto de CARMEN (“Nous
avons in tête un affiare”) –que formó parte del concierto anterior- con los
mismos intérpretes (Alejandra Malvino, Duilio Smirglia, Leonardo Estévez,
Fabiola Massino y Daniela Tabernig) para seguir con “Aspetto a dir chi m’ami” de DON
PASQUALE, a cargo de Fabiola Massino y Hernán Iturralde. La soprano
sorprendió por la potencia de su voz sin micrófono –fuera de escena- mientras
el bajo ofreció una excelente versión de este simpático personaje. Fue el
último duetto antes del final
–champagne y brindis mediante- a cargo de toda la compañía-.
No faltaron los agradecimientos, así
como tampoco los aplausos; especialmente, a Ezequiel Fautario, quien tuvo que
tocar no sólo su parte, sino también la de su colega –lo cual fue muy bien
celebrado y doblemente meritorio-. Bien merecido lo tienen las auténticas
estrellas, que brillaron sobre el escenario del KONEX en una hermosa noche de
luna llena. Y que pese a los contratiempos y ausencias de último momento, todo
salió perfecto. La profesionalidad y talento de nuestros artistas lo hicieron
posible.
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