lunes, 22 de noviembre de 2021

 Muy buen concierto en los jardines del Museo Nacional de Arte Decorativo

 

ARGENTINA FLORECE Y A PURO TALENTO

Martha CORA ELISEHT

 

            ARGENTINA FLORECE es un proyecto cultural que se lleva a cabo en palacios y residencias con jardines en la ciudad de Buenos Aires y que cuenta con el apoyo de la Dirección Nacional de Museos. Y pese a las elevadas temperaturas que los porteños han tenido que soportar durante este fin de semana largo, el público se congregó en forma masiva en los jardines del Museo Nacional de Arte Decorativo el pasado domingo 21 del corriente para escuchar un recital de ópera, zarzuela y canciones con la presencia de los cantantes Reinaldo Samaniego (tenor), Bibiana Fischy (mezzosoprano), Mauro Espósito (barítono) y Roxana Horton (soprano) y la presencia de la maestra Julia Inés Manzitti al piano.

            El encargado de anunciar el ciclo y presentar a los artistas fue el Director de dicho museo -Arquitecto Martín Marcos-, quien agradeció la presencia del público antes de dar paso a los artistas, quienes iniciaron el recital con una versión a cuatro voces del célebre Va pensiero de NABUCCO, de Verdi. Seguidamente, Mauro Espósito tomó las riendas de la locución antes de su genial interpretación del aria de Fígaro (“Largo al factótum”) de EL BARBERO DE SEVILLA, ejecutada con suma gracia y maestría. Posteriormente, Bibiana Fischy interpretó la seguidilla de CARMEN (“Près les ramparts de Seville), acompañada por Reinaldo Samaniego como Don José. Sin embargo, no tuvo buena suerte en su interpretación del rol de la gitana, ya que caló las notas tanto al principio como al final del aria. En cambio, Samaniego no sólo se lució como Don José, sino también como Rodolfo en las dos arias de LA BOHÈME (“Oh, Mimí si piú non torna” junto a Mauro Espósito y “O soave fanciulla” junto a Roxana Horton). Se reafirma como uno de los mejores tenores en este tiempo y lo ha demostrado con creces en este repertorio. Por su parte, la soprano no sólo demostró gracia y candor en su interpretación -aunque algo opacada al final en el fuera de escena-, sino que descolló con una muy buena versión de “Pace, pace mío Dío” de LA FORZA DEL DESTINO. No sólo es un aria difícil desde el punto de vista vocal, sino que es un desafío para la soprano porque es un aria lìrica, pero con ribetes de hondo dramatismo. Y supo interpretarla muy bien, a punto tal que se vio coronada por los aplausos del público. De paso, aprovechó la ocasión para saludar a dos cantantes que se encontraban presentes: la soprano Silvia Gatti y la mezzosoprano Marina Biasotti.

            La segunda parte del concierto estuvo integrada por fragmentos de zarzuela, donde Mauro Espósito fue el encargado de abrir el bloque con un fragmento de MARAVILLAS de Federico Moreno Torroba. El barítono no sólo demostró ser un experto en la materia, sino que asimismo hizo gala de su voz. Lo mismo sucedió en el dúo de LUISA FERANADA (“En mi tierra extremeña”) junto a Bibiana Fischy. Si bien la mezzosoprano se escuchó mucho más sólida y segura respecto del aria anterior, le faltó pulir un poco más sus agudos. No obstante, cantó perfectamente bien la romanza de Rosa de LOS CLAVELES. Por su parte, Reinaldo Samaniego se lució vocal y actoralmente en la consabida romanza de LA TABERNERA DEL PUERTO (“No puede ser”) y el público estalló en aplausos al finalizar la misma. En vez de cantar un aria de zarzuela, Roxana Horton eligió la celebérrima Summertime de George Gershwin en una versión muy personal, caracterizada por variaciones de skat en los agudos. Para el final, el cuarteto eligió otro fragmento de zarzuela sumamente conocido: la Mazurka de las Sombrillas de LUISA FERNANDA. No sólo sonó muy bien, sino que demostraron la gracia, el salero y el garbo español necesarios para interpretarla. Naturalmente, el recital no hubiera sido posible sin la magnífica interpretación y acompañamiento de Julia Inés Manzitti, quien se retiró sumamente aplaudida.

            Tras finalizar el recital de manera formal, Bibiana Fischy tuvo que retirarse debido a compromisos artísticos contraídos con antelación. Mauro Espósito fue el encargado de anunciar una “travesura” musical: una versión a dos voces -para barítono y tenor- de Nessun dorma de Puccini, que sonó magistralmente. El barítono se lució en matices que son propios del tenor, mientras que Samaniego aportó su caudalosa y bella voz. Y no podía faltar el célebre brindis de LA TRAVIATA (“Libiamo nel lieti calici”) si de bises se trata, que permitió que el público hiciera el coro.

            La vuelta a la presencialidad hace que haya espectáculos para todos los gustos y  en todas partes, pero también ha sido una genialidad aprovechar los jardines de los museos para organizar recitales y conciertos al aire libre. La pandemia ha permitido desarrollar la imaginación y elaborar este tipo de proyectos, con entrada totalmente libre y gratuita y de paso, acercar la actividad que llevan a cabo los museos al público. No hay nada mejor que disfrutar de un buen concierto al aire libre y en un pródigo jardín en vísperas del día de la música

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