Gran concierto en el CCK festejando
el 55° aniversario del Coro Polifónico Nacional
UN
CONCIERTO MAGNÍFICO Y UN SENTIDO HOMENAJE
Martha
CORA ELISEHT
El
Coro Polifónico Nacional es uno de los mejores del país. Ha sido premiado en
numerosas oportunidades y representa el ámbito donde cantan la mayoría de los
artistas convocados para interpretar roles protagónicos tanto en el Teatro Colón,
el Teatro Argentino de La Plata como en las producciones independientes de
ópera y recitales. El pasado miércoles 8 del corriente se llevó a cabo un
concierto en la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner con motivo del
festejo de los 55 años de existencia de la mencionada agrupación, con la
participación de los siguientes músicos invitados: Sebastián Aschenbach (órgano),
María Eugenia Castro y Diego Sánchez (violoncellos). La dirección
musical estuvo a cargo del maestro Hernán Sánchez Arteaga y el programa estuvo
integrado por las siguientes obras:
-
Singet dem Herr nein
Neues Lied” (Canten al Señor un nuevo canto), BWV 225- Johann
S. BACH (1685-1750)
-
Solistas:
Laura DELOGU (soprano)
Verónica CANAVES (contralto)
Ricardo GONZÁLEZ DORREGO (tenor)
Clodomiro FORN y PUIG (bajo)
-
Drei geistliche Lieder
(Tres canciones espirituales), Op.96-
Félix MENDELSSOHN
BARTHOLDY (1809-1847)
-
Solista: María Luisa
MERINO RONDA (mezzosoprano)
-
Misa brevis- Zoltan
KODÁLY (1882-1967)
-
Solistas:
Kyrie: Laura PENCHI,
Raquel WEINHOLD y Vanesa TOMAS
(sopranos)
Qui tollis peccata: Milagros
SEIJÓ (contralto), Maico HSIAO (tenor) y
Martín
CALTABIANO (bajo)
Una
vez que los coreutas hicieron su presentación sobre el escenario, el maestro
Antonio Domeneghini -actual Director del Coro- hizo su presentación y dedicó el
concierto a su colega Roberto Saccente, quien fuera no sólo director de la
agrupación, sino también el que más tiempo lo dirigió. Lo invitó a pasar al
escenario, donde no sólo recibió el aplauso de los coreutas y del numeroso
público presente, sino además un diploma de honor y un ramo de flores. A sus 94
jóvenes años, Saccente se encuentra perfectamente lúcido y con un envidiable
aspecto físico. Laura Saccente dirigió unas palabras de agradecimiento al
público en nombre del Coro y sus integrantes.
Tras
finalizar la ceremonia, Hernán Sánchez Arteaga hizo su presentación en escena
junto a los músicos y brindó una breve reseña de las obras. También dedicó la
obra de Bach a Robertro Saccente -quien fuera su maestro en Dirección Coral en
el Conservatorio “Alberto Ginastera” de Morón-, que consistió en un motete en
forma de canon a cuatro voces. La obra de Bach sonó magnífica merced a
la excelente labor de Sebastián Aschenbach a cargo del órgano Kreis del
CCK, mientras que los cellistas ofrecieron un excelente acompañamiento en los
graves. El cuarteto vocal sonó muy bien y equilibrado, destacándose la voz del
tenor Ricardo González Dorrego. Si bien se lo escuchó algo apagado al bajo
Clodomiro Forn y Puig en los graves al principio, posteriormente se afianzó y
dejó lucir su voz junto al resto del cuarteto solista.
La
obra de Mendelssohn consiste en tres himnos, cuyas melodías se escuchan hasta
la actualidad en las iglesias protestantes (Drei geistiche Lieder, Tres
cantos espirituales) y fueron compuestos para órgano, coro y mezzosoprano
solista. María Luisa Merino Ronda tuvo una excelente labor y se llevó los
laureles merced a los matices vocales y su excelente línea de canto. El
acompañamiento de órgano fue perfecto, al igual que el del Coro, que no canta de
manera conjunta con la solista, sino que lo hace por separado. La obra cierra
con un poderoso canon a 4 voces (bajos/ tenores/ contraltos/ sopranos)
tras la intervención de la solista.
Zoltan
Kodály compuso su Misa brevis entre los años 1940 y 1944 -coincidente
con la invasión por parte de las tropas nazis a Hungría durante la Segunda
Guerra Mundial, mientras caían las bombas sobre Budapest-. En esta ocasión y acorde al protocolo
sanitario vigente, se renovaron los coreutas; es decir, la mitad del Coro cantó
las dos primeras obras y la Misa brevis, la otra mitad. La obra abre con
un poderoso crescendo a cargo del órgano en tono menor, oscuro y
lúgubre, dando esa sensación de incertidumbre acorde al contexto histórico en
el que fue compuesta. Tras una melodía suave, se vuelve al crescendo inicial
para dar paso al coro en el Kyrie, donde el trío de sopranos integrado
por Vanesa Tomas, Raquel Weinhold y Laura Penchi ofreció una bellísima versión,
destacándose la voz de esta última por sobre el resto. En el Gloria, luego
de la impactante intervención de Maico Hsiao continúa una melodía vibrante en
tono mayor. En esta ocasión no se tocó el Credo, sino que se pasó
directamente al Qui tollis peccata mundo (Tú, que quitas los pecados del
mundo), donde tuvo una destacada actuación la contralto Milagros Seijó en
los pasajes dramáticos, secundada por el bajo Martín Caltabiano y por el tenor
Maico Hsiao. Tras una breve intervención del órgano, el Coro se lució en el
exultante Santo. Tanto este pasaje como el Benedictus poseen
reminiscencias de Carl Orff y en el Hossana in excelsis (Hossna en las
alturas) remeda a Júpiter en LOS PLANETAS de Holst. Hubo un
perfecto equilibrio sonoro entre el Coro y el órgano en esta parte, mientras
que en el Agnus Dei aparece un canon a 4 voces (bajos/ tenor
solista/ tenores/ contralto solista/ sopranos). La obra culmina con un
final brillante por parte del Coro y del órgano in crescendo (Ora nobis
pacem), donde el trío de sopranos volvió a destacarse una vez más. Una
verdadera ovación de aplausos coronó la ejecución magistral de esta obra, tan
poco frecuentemente representada y tan maravillosa.
En
síntesis: no pudo haberse elegido un mejor repertorio para celebrar esta
auténtica fiesta, coincidente con el aniversario del Polifónico. ¡Salud! ¡Por
muchos años más de buena música y éxitos!
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