SIEMPRE HAY UNA
PRIMERA VEZ
Teatro
Argentino de La Plata, temporada 2023. Opera: “Falstaff” Comedia en Tres actos
y seis escenas con música de Giuseppe Verdi y Libreto de Arrigo Boito, basada en “Las Alegres Comadres
de Windsor” de William Shakespeare. Elenco: Héctor Guedes (Sir John Falstaff),
Juan Salvador Trupia y Rodriguez (Ford), Virginia Tola (Alice Ford), Rocío
Arbizu (Meg Page), Eugenia Fuente (Mrs. Quickly), Ana Sofía Romagnoli
(Nanetta), Santiago Martínez (Fenton), Sergio Spina (Dr. Cajus), Lautaro
Chaparro (Bardolfo), Víctor Castells (Pistola), Miguel Rausch (Actor: Posadero),
Luís Caballero (Actor: Paje de Fastaff), Coro Estable del Teatro Argentino de
La Plata (Preparador: Santiago Cano), Orquesta Estable del Teatro Argentino de
La Plata, Figurantes de escena. Escenografía y Vestuario: Jorge Ferrari,
Iluminación: Gonzalo Córdova, Coreografía: Marina Svartzman. Dirección Musical:
Diego Censabella Farré. Dirección de Escena: Rubén Szuchmacher. Sala Alberto
Ginastera, función del 15 de Octubre de 2023, última del espectáculo, de la
temporada lírica y del homenaje del Teatro Argentino al 210º aniversario del
nacimiento de Giuseppe Verdi. Título representado por primera vez en el Teatro
Argentino a lo largo de sus 132 años de existencia.
NUESTRA OPINION: BUENO.
Y después de
132 años de historia el queridísimo “Pancione” llego a la Sala Ginastera del
primer coliseo bonaerense y lo hizo de la mano de una puesta renovada de Rubén
Szuchmacher , en la que podrá estarse o no de acuerdo con la estética empleada,
pero de la que no puede dudarse que se ha mantenido fiel a la línea argumental
hasta el último centímetro. Una simple disposición de tabiques fue dando vida a
cada espacio. Aún con colorido más aproximado a la época actual, la posada es
la posada. La casa Ford tiene sus biombos, su ventanal y el canasto de la ropa
femenina usada y el bosque es el bosque. Si hay algo que debo reconocer a
Ntros. realizadores escénicos, aún en la innovación, es que se está viendo el
título tal como lo plantean los compositores y sus libretistas. En cambio la mayoría de los
productos importados de famosos directores de escena responden a las ideas del
puestista sin importarles las indicaciones de la mismísima partitura.
La
acción ha sido situada en este caso en el período de finales de los años 60 y
comienzos de los 70 del pasado siglo. Estética multicolor casi “psicodélica”
dada la forma en que cada tabique fue revestido, alguno de ellos con telas
diferentes en cada cara para poder ser
empleados en las correspondientes escenas. Los cambios de ambientación se
hicieron mayoritariamente a telón abierto y es esa funcionalidad la que
permitió que el espectáculo sea ofrecido con un solo intervalo entre el
segundo y tercer acto. Ropas de colorido
estridente en el protagonista, contrastando con las de tipo “guerrillero” que
se divisan en sus sirvientes Bardolfo y Pistola. Fulgurante traje para el Dr.
Cajus. Vestimenta más formal en Ford que derivará en un vestuario típico de bajo fondo cuando
va a ver al protagonista haciéndose llamar Fontana. Trajes para jóvenes de
época con solapas anchas para Fenton y una formidable realización de vestuario
para el elenco femenino, acorde a la elevada posición de los Ford y las amigas.
Aquí la realización de Jorge Ferrari no escatimó en el empleo de materiales
textiles de alto valor. El propio Ferrari es quién diseñó los tabiques y
dispuso el colorido empleado y Gonzalo Córdova el autor de una iluminación muy
efectiva, que resaltó dicho colorido y el movimiento escénico.
Rubén Szuchmacher logró que cada personaje
rinda al máximo escénicamente, hubo acción en todo el escenario. No hubo bache
alguno, la trama se mantuvo activa todo el tiempo y extrajo de cada intérprete
vocal lo mejor de cada uno de ellos en la actuación.
Entrando ya de lleno en la faz musical,
Héctor Guedes dio lo mejor de sí para la caracterización del protagonista,
compensando muchas veces con oficio en lo actoral. Tuvo presencia, soltura
escénica y llegó a algunas notas casi con registro tenoril. Fue efectivo. Aun
cuando en algunas notas agudas no tuvo mayor extensión, Juan Salvador Trupia y
Rodriguez fue un buen intérprete de Ford. Con sólida presencia escénica logró
transmitir las atribulaciones que le deparaba la supuesta infidelidad de su
esposa en el célebre monólogo. Virginia Tola aportó buena figura para Alice Ford
resolviendo con oficio sus partes vocales. Rocío Arbizu aportó gracia,
desparpajo y buena voz para Meg Page. Eugenia Fuente se movió con soltura
escénica y correcta voz como Mrs. Quickly. Sergio Spina aportó histrionismo y
solidez vocal en la composición del Dr. Cajus. Simpáticos en escena tanto
Lautaro Chaparro como Bardolfo y Víctor Castells como Pistola. En cuanto a la joven pareja que conforman Nanetta y Fenton,
es la primera vez que escucho a Ana Sofía Romagnoli. Es una voz joven, fresca,
correctamente timbrada y tiene buena presencia vocal. A mi entender debe
perfeccionar un poco más su emisión en el registro más agudo. Santiago Martínez
como Fenton fue de lejos el mejor de la función. Grata y solvente línea de
canto , muy buena escena. Ya habíamos podido apreciarlo en ocasión de su
protagónico en “Candide” de Bernstein bajo la tutela escénica de Szuchmacher y
no cabe duda del entendimiento con el Director escénico. Bien ajustado el Coro Estable, preparado por Santiago Cano, en la
fuga final.
En cuanto a las coreografías de Marina
Svartzman, fue muy eficaz en la escena del bosque en donde las integrantes del
Cuerpo de Baile Platense (Quienes además venían de hacer “Giselle”) se movieron
con soltura, gracia y expresividad. En otros momentos hubo tendencia a adoptar
movimientos de ritmos populares tan vistos hoy en muchísimas puestas, lo que ya
casi es rutinario.
La Orquesta Estable lució magnífica en las
manos de Diego Censabella Farré. Hubo, brillo, agilidad, precisión en las entradas
y mucha atención sobre el palco escénico.
En esta primera incursión de Falstaff por La
Plata tuvimos correctas voces, una sólida Orquesta, momentos de brillo en la
danza y una propuesta visual solvente, aun cuando es lógico que muchos
disientan. Después de seis años hubo temporada lírica, probablemente breve,
pero sumamente bienvenida.
Donato Decina
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