Muy buen recital de “ÓPERA EN
ZAPATILLAS” a cargo de la Orquesta Académica
LA
PINTA ES LO DE MENOS
Martha
CORA ELISEHT
Además
de las carreras de Canto y Danza, el Instituto Superior de Arte del Teatro
Colón (ISATC) ha incorporado la carrera de Dirección Musical de Ópera, lo que
permite a jóvenes directores de orquesta poder perfeccionarse en dicho género.
Para ello y, dentro del Ciclo de Abono de la Orquesta Académica del ISATC, se
presentó un proyecto denominado “ÓPERA EN ZAPATILLAS” para acercar a los
grandes compositores del género tanto a las nuevas generaciones de cantantes
líricos como de directores de orquesta. La propuesta tuvo lugar el pasado
sábado 18 del corriente bajo la dirección de Carlos Vieu al frente de la
mencionada agrupación sinfónica, donde participaron los siguientes artistas:
-
Perfeccionamiento de la
Carrera de Canto: Rocío Giordano y Ana Sampedro (sopranos), Daniela
Prado (mezzosoprano), Lautaro Chaparro y Vasilii Korsar (tenores)
-
Alumnos invitados del
2° ciclo de la Carrera de Canto: Alejo Álvarez Castillo (barítono) y
Sebastián Barboza (bajo).
-
Asistencia de Dirección Musical: Gian Piero
Luque, Javier Müller, María Clara Marco Fernández (alumnos de
especialización en Dirección Musical de Ópera)
-
Maestra acompañante de
Ensayos: Tamara Benítez (piano)
Acorde
al título de la iniciativa, la consigna fue que todos los artistas usaran
zapatillas. ¿Por qué?... Porque es el calzado que habitualmente usan los
jóvenes y con el cual, se identifican -independientemente que, hoy en día, sea
el más popular y el más usado por la mayoría de la gente-. Carlos Vieu se
dirigió al público no sólo para explicar el proyecto, sino también para
destacar el trabajo de los músicos de la Académica, de los cantantes y de los
jóvenes directores, que hicieron su debut en el Colón para ejecutar el
siguiente programa:
-
“NORMA”- Vincenzo
BELLINI (1801-1835)
-
Sinfonía
-
“Meco all’altar di
Venere” (1° Acto)
-
“Mira, o Norma” (2°
acto)
-
“Una furtiva lacrima”-
(“EL ELIXIR DE AMOR”)- Gaetano DONIZETTI
(1797-1848)
-
“Bella figlia
dell’amore” (“RIGOLETTO”)- Giuseppe VERDI
(1813-1901)
-
“Comme autre fois”
(“LOS PESCADORES DE PERLAS”)- Georges BIZET (1838-1875)
-
“CARMEN”-
Georges BIZET:
-
Interludio (1°
acto)
-
“Aragonesa”
(interludio- 4° Acto)
-
“Je dis, que rien ne
m’epouvante” (3° Acto)
-
“Chanson bohème” (2°
Acto)
-
“Chi mi frena en tal
momento” (sexteto de “LUCÍA DI LAMMERMOOR”)- Gaetano
DONIZETTI (1797-1848)
Desde
los primeros acordes de la Sinfonía de NORMA, la Académica sonó
muy pareja, poniendo garra y entusiasmo para que la obra de Bellini sonara
perfecta. El tenor kirguistaní Vasilii Korsar se encuentra realizando su
Maestría en Canto Lírico y posee una hermosa voz, con buenos matices y color
baritonal, pero cuyo registro abarca muy bien tanto los graves como los agudos.
Se lució como Pollione bajo la dirección de Carlos Vieu, quien, posteriormente,
cedió su lugar a Gian Franco Luque para que acompañara a Rocío Giordano y
Daniela Prado en el dúo del 2° Acto entre Norma y Adalgisa. De
más está decir que son dos cantantes de excepción, de vasta trayectoria y que
una ha tenido oportunidad de escucharlas en numerosas ocasiones interpretando
roles protagónicos. En el caso particular de Daniela Prado, cantó ese rol en la
representación ofrecida en el Teatro Empire el 21 de Octubre pasado y volvió a
demostrarlo sobre el escenario del Colón, brindando junto a Rocío Giordano una notable
versión del mencionado dúo. Por su parte, Gian Franco Luque resultó ser un muy
buen director, que supo brindar un perfecto acompañamiento.
A
diferencia de su colega, Leandro Chaparro es un tenor más lírico, cuya voz posee
buen esmalte y ofreció una versión de muy buen gusto de la celebérrima romanza
de Nemorino (Una furtiva lacrima). También se lució como el Duque de
Mantua junto a Daniela Prado (Maddalena), Ana Sampedro (Gilda) y
Alejo Álvarez Castillo en el rol protagónico para brindar una muy buena versión
del célebre cuarteto de RIGOLETTO. El barítono también posee un gran
caudal de voz y sonó muy bien, al igual que la mezzosoprano. Sin embargo, una
la apreció mejor a Ana Sampedro en el repertorio francés que en el italiano. El
aria de Leila (Comme auttre fois) no es tan frecuentada como otras arias
del repertorio para soprano ligera y lo hizo perfectamente bien bajo la
soberbia dirección musical de Javier Müller. De ahí en más, la Académica volvió
a demostrar su enjundia bajo la dirección de Vieu en los archiconocidos
interludios orquestales de CARMEN, que continuó con una magistral
interpretación de Rocío Giordano de la cavatina de Micaela (“Je
dis, que rien ne m’épouvante”). Ha cantado este rol en varias oportunidades
y volvió a lucirse. Seguidamente, María Clara Marco Fernández tomó la batuta
para acompañar a las tres cantantes en una excelente versión de Chanson
bohème, donde Daniela Prado sobresalió en el rol protagónico. El
acompañamiento a cargo de Ana Sampedro (Mercedes) y Rocío Giordano (Frasquita)
fue óptimo e instaron a la gente a batir palmas durante el crescendo orquestal.
El
recital cerró con una muy buena versión del sexteto de LUCÍA DI LAMMERMOOR
(“Che mi frena in tal momento”), donde el bajo Sebastián Barboza se sumó al
resto del elenco. Si bien es un rol secundario, se lo apreció muy bien, seguro
y firme, al igual que al resto del elenco. Una versión muy equilibrada, con
buen desempeño de todas las voces, donde Ana Sampedro brilló en el agudo final.
Tras los aplausos, la mayoría del público ovacionó a los artistas poniéndose de
pie y Carlos Vieu aprovechó la oportunidad para brindar el celebérrimo Brindisi
de LA TRAVIATA para que todos los cantantes pudieran lucirse,
mientras que los directores pedían palmas y que el público hiciera el coro. Fue
muy divertido y se los apreció a todos muy contentos tras el logro realizado.
Resultó
un tanto cómico haber apreciado a los artistas en zapatillas (En el caso
particular de las damas, debidamente escondidas bajo los vestidos largos). Sea
como fuere y, parafraseando aquel famoso tema de Juan Eduardo y Juan Marcelo,
la pinta es lo de menos ante tamaña cantidad de talento. Un maravilloso
semillero de jóvenes artistas para demostrar que la ópera sigue firme y
continuará teniendo futuro.
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