UNA ESTUPENDA NOCHE CON
EL BARROCO
Ciclo Musical
“Orfeo en Barracas”, temporada 2023. Actuación del Ensamble “Tempo Barroco”,
Director: Fabrizio Zanella. Solistas:
Pablo Saraví-Fabrizio Zanella (Violines), María Carranza (Soprano), Matías
Tomasetto (Tenor). Programa: Obras de Zipoli, Falconieri, Frescobaldi,
Monteverdi y Corelli. Templo de Santa Felicitas, 09 de Diciembre de 2023.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO
Al tomar conocimiento de que a una escasa semana
de haberse retirado de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Pablo Saraví se
presentaría como invitado dentro del ciclo “Orfeo en Barracas” que se
desarrolla en el templo de Santa Felicitas (el actual, no el Escondido) junto
al ensamble “Tempo Barroco” que dirige el violinista Fabrizio Zanella, la
atracción fue inmediata. Máxime si se tiene en cuenta de que se trata de una agrupación
que emplea instrumentos construidos a la usanza de la época de ese estilo, que
incluye en sus filas a notables exponentes del mismo como los hermanos Manuel y
Miguel de Olaso (en órgano y archilaud respectivamente) Hernán Cuadrado (en
viola da gamba) y Gabriel Said (en percusión) y sumados a todos ellos las voces
de María Carranza (soprano) y Matías Tomasetto (Tenor). El programa ofrecido
incluyó obras que abarcaron desde el período inicial hasta llegar casi al
desemboque del período tardío por lo que se denominó “Música Instrumental y
Vocal en la Italia del 1600”.
Tras las palabras de bienvenida del Padre Carlos
Pereira, quien lució parte de sus hábitos que había empleado en la misa que
había tenido lugar previo al concierto, los Maestros ingresaron a la nave
central del templo antes de la escalinata del altar y con una introducción del Director del
conjunto, Fabrizio Zanella, quien de modo conciso explicó las obras a
escucharse, el conjunto, con el propio
Zanella y Pablo Saraví como solistas, abordó la sonata a dos violines y bajo
continuo de Domenico Zipoli. A lo largo de sus cuatro movimientos pudo
apreciarse el refinamiento del grupo y
la alta calidad interpretativa de ambos solistas quienes se prodigaron
en toda la obra y arrancaron del público los primeros aplausos cerrados de la
noche.
Seguidamente, el conjunto pasó al momento musical
más extenso del concierto en donde se interpretaron una interesante selección de
páginas de Andrea Falconieri, músico napolitano que vivió en el llamado “Reino
de Nápoles y las Dos Sicilias” en tiempos de la dominación española. La Integraron: “L’Eróica” (Sinfonía [hoy se la
denominaría “Obertura”]) de extenso desarrollo, “La Gioiosa” (Fantasía), “La
Mirándola” (Canzona), “Allemanda detta la Ciriculia”, “Gallarda a tre”, “Sinfonía
Seconda”, “Bella Lisarda” y “La Mala Spina”. En dichas páginas puede percibirse
una clara influencia del estilo español que caló hondo en las composiciones de
esa época. El conjunto aportó instantes de muy alta calidad, tanto por el
soporte brindado por los hermanos de Olaso desde sus respectivos instrumentos
como por la sólida participación de Hernán Cuadrado en Viola da Gamba, la reiteración de las buenas intervenciones de la dupla
Zanella-Saraví y sumado a todo ello los delicados momentos que desde la
percusión aportó Gabriel Said, fundamentalmente en las dos danzas de cierre que
de inmediato cautivaron al público, el que tributó una muy cálida y justificada
ovación a los intérpretes.
Entrando en el momento reservado a la voz y
el ensamble, descubrimos en María Carranza a una muy delicada voz de gratísimo
timbre para abordar “Se l’aura spira tutta vezzosa” de Girólamo Frescobaldi uno
de los compositores fundamentales del barroco. El sobrio aporte instrumental
llevó a que esta interpretación fuera estupenda en todo el sentido, tras lo cual
llegó el turno del tenor Matías Tomasetto para aportar su muy buena voz en el
celebérrimo “Se dolce il tormento” de Claudio Monteverdi, padre de lo que hoy
conocemos como ópera. Ambas voces desarrollaron junto al ensamble una muy buena
versión de “Amor, che deggio far?” del propio Monteverdi, gratísima en la
escucha en otro de los instantes más logrados del concierto.
Retornando a lo puramente instrumental se
volvió a Falconieri con unas danzas rápidas estupendamente vertidas que hicieron
el deleite del público, tras lo cual el Mtro. Zanella invitó a Pablo Saraví a
que asumiera la dirección del grupo para abordar la Sonata para dos violines y
bajo continuo de Arcangelo Corelli en donde Saraví dio rienda suelta a su
apasionamiento por el género, secundado de manera estupenda por Zanella como el
segundo violín, llegando aquí sin dudas al momento más alto de la velada.
Hubo lugar para bises. Con al aporte del
Violinista Javier Weintraub, invitado por el ensamble en otros conciertos de
este ciclo, se tuvo el gusto de escuchar una magnífica versión del célebre “Canon”
de Pachelbel y luego, ante el pedido (casi ruego) del Padre Pereira y en donde
Matías Tomasetto se sumó, ahora como percusionista, otra danza rápida que
enfervorizó al público constituyéndose así en el broche de oro de una dignísima
velada.
Donato Decina
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