Esta foto es la síntesis de la invalorable e infatigable labor del Maestro Mario Benzecry como Director Fundador y Titular de la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional "Libertador General San Martín", aquí en un pasaje de "Una Vida de Héroe" de Richard Strauss.
Vibrante concierto de la Sinfónica Nacional Juvenil en el Palacio Domingo Sarmiento
UN PEQUEÑO GIGANTE AL TECLADO RODEADO DE HÉROES
Martha Graciela Cora Eliseht CORA ELISEHT
La Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil “Libertador Gral. San Martín” no para
de cosechar éxitos y elogios. El organismo sinfónico integrado por jóvenes músicos de
todo el país inició su temporada de conciertos en la Facultad de Derecho con gran
suceso de público y crítica y el pasado domingo 6 del corriente hizo lo mismo en el
Auditorio Nacional del Palacio Libertad Domingo F. Sarmiento bajo la dirección de su
titular -Mario Benzecry- con la participación del pianista Joaquín Oliva Uberuaga y la
oboísta Agustina Zalba para brindar el siguiente programa:
- “Oblivion” (versión para oboe y orquesta de cuerdas)- Astor PIAZZOLLA
(1921-1992)
- Concierto n°1 en Mi bemol mayor para piano y orquesta- Franz LISZT (1811-
1886)
- Una Vida de Héroe (Ein Heldesleben), Op.40- Richard STRAUSS (1864-1949)
Luego de la presentación de la orquesta, sus últimos logros y novedades y una
breve referencia de las obras comprendidas en el programa a cargo del maestro
Benzecry, se llevó a cabo la tradicional afinación de instrumentos -en este caso, sólo
cuerdas- y, posteriormente, Agustina Zalba -quien se desempeña como oboe solista de la
orquesta- hizo su presentación sobre el escenario en compañía del director para brindar
una muy buena versión del célebre clásico piazzoliano. Precisamente, se eligió la
transcripción para oboe por sus matices y su similitud con el violoncello, logrando un
sonido redondo del instrumento solista en la cadencia y el glissando.
De los dos conciertos para piano y orquesta compuestos por Liszt, el Concierto
para piano y orquesta n.º 1 en mi bemol mayor R 455, S.124 es el más bello y el que
más dificultades presenta para el solista. En la partitura, Liszt lo catalogó
como concerto symphonique, ya que no posee la estructura de un concierto clásico
dividido en 3 movimientos, sino que los mismos (Allegro maestoso/ Quasi adagio/
Allegretto vivace- Allegro animato/ Allegro marziale animato) se ejecutan sin
interrupción – de manera atccca-, donde existe un solo de triángulo que marca la
transición hacia los dos últimos, motivo por el cual también se lo conoce como “el
concierto del triángulo”. Dedicado al compositor y pianista Henry Litolff, fue
compuesto en 1849, pero su estreno recién se produjo seis años más tarde en Febrero de
1855, con el compositor al piano y Héctor Berlioz en el podio. Independientemente de
la maestría de Mario Benzecry al frente de la orquesta, Joaquín Oliva Ubereaga es un
pianista con mayúsculas. Tiene sólo 15 años, pero una digitación, pulsación y precisión
asombrosas, además de una memoria prodigiosa. Se mostró muy seguro y firme desde
los primeros compases del movimiento inicial y supo resolver perfectamente las
cadencias, arpegios, glissandi y los característicos trinos de este concierto. Dentro de
los solistas instrumentales, se destacaron la flautista, el clarinetista y la percusionista
que estuvo a cargo del mencionado solo de triángulo, logrando un maravilloso
contrapunto con el pianista. Luego de las brillantes coda y recapitulación finales, el
público se puso unánimemente de pie para ovacionar a los intérpretes. Que una
recuerde, sólo se vivió algo similar en el Auditorio Nacional en 2023 durante el
concierto inaugural de temporada de la Sinfónica Nacional bajo la dirección de Mariano
Chiacchiarini, con participación del pianista Antonio Formaro tras la interpretación del
Concierto n°2 para piano y orquesta de Saint- Saëns. Esto motivó al solista a ofrecer
una vibrante y precisa versión de La Campanella de Liszt, donde Oliva Ubereaga volvió
a brillar y deleitar al público.
Una vida de héroe (Ein Heldesleben), Op.40 de Richard Strauss representa el
inicio del ciclo de poemas sinfónicos en su etapa de madurez como compositor. Posee
una estructura sinfónica de sonata con rondó dividida en 6 partes con títulos
descriptivos: El Héroe (introducido al unísono por los violoncellos, las violas y los
cornos en Mi bemol mayor, que recuerda a la apertura de la Heroica de Beethoven), Los
adversarios del Héroe, (efecto logrado mediante una serie de chillidos, gruñidos
cromáticos y atonales en madera y metales), La compañera del Héroe (representada por
un solo de violín), El campo de batalla del héroe, (introducido por la percusión y
seguido por la trompeta en ¾, llamando a la batalla hasta que el protagonista vence con
una majestuosa fanfarria en 4/4), Las obras de paz del Héroe (con reminiscencias de
otros poemas sinfónicos del autor, como Till Eulenspiegel y Don Quijote) y La retirada
del mundo y consumación, que se ejecutan sin interrupción. Lleva una poderosa
orquestación (maderas por 4, flautín, corno inglés, contrafagot, 2 clarinetes en Si bemol,
1 en Mi bemol y clarinete bajo), 8 trompas, 5 trompetas, 3 trombones, 1 tuba tenor en Si
bemol, tuba, 2 arpas, cuerdas y abundante percusión), motivo por el cual es muy difícil
de interpretar -incluso, la fanfarria lleva orquesta fuera de escena-. Según comentarios
del maestro Benzecry, la obra constituye una representación del compositor que refleja
su personalidad: él es el Héroe de su poema, la compañera, su esposa y los adversarios,
los críticos – magistralmente representados en contrapunto entre el violín y los cornos-y
Las Obras del Héroe, sus propias composiciones. Se estrenó en 1899 en Frankfurt con
la presencia del propio Strauss en el podio. La presente versión de este difícil y
complejo poema sinfónico sonó de manera brillante y vibrante. Es una pena que se
desconozcan los nombres de los principales solistas instrumentales debido a la ausencia
de programas de mano -o, en su defecto, de un código QR-, porque es injusto no
mencionarlos en la presente crónica.
El éxito y la excelencia son constantes que parecen acompañar a la Orquesta
Sinfónica Nacional Juvenil “Libertador Gral. San Martín”. Tras su primera gira
internacional a Japón realizada el año pasado con motivo de su 30° aniversario, el
organismo sinfónico sigue cosechando logros y triunfos. Debido a que la Secretaría de
Cultura de la Nación pasó a depender directamente de Presidencia de la Nación, la
orquesta pasó a depender de la Dirección de Cultura -sita en el Palacio Libertad
Domingo F. Sarmiento- y últimamente, posee su sede dentro de dicho centro cultural.
Una excelente noticia para comenzar el año, que parece ser muy próspero y prometedor
para la orquesta que mejor ha representado al país en el exterior y que continúa en la
senda de la perfección.
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