Muy buena presentación de la Filarmónica de Qatar en el Teatro Colón
DOS NACIONES TAN LEJANAS HERMANADAS POR LA
MÚSICA
Martha CORA ELISEHT
Como parte de la celebración de diálogo cultural Argentina- Qatar 2025, el
pasado miércoles 17 del corriente hizo su debut en el Teatro Colón la Orquesta
Filarmónica de Qatar bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke en un concierto
formado por obras de compositores de ambas naciones con entrada libre y gratuita
dentro de la iniciativa Años de Cultura, que cuenta con la presidencia de Su Excelencia
-Jequesa Al Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani- y que crea los espacios donde
tienen lugar este tipo de encuentros.
Fundada en 2007 por iniciativa de Su Alteza -Jequesa Moza bint Nasser-, la
orquesta está compuesta por músicos de más de 28 diferentes nacionalidades y se
transformó en uno de los principales conjuntos proveniente de los países árabes y su
repertorio combina música proveniente de la región con obras del repertorio universal,
dando una impronta internacional a sus presentaciones. Se presentó en La Scala de
Milán, en el Royal Albert Hall de Londres y en el Teatro Colón, donde actuó como
solista el bandoneonista Víctor Hugo Villena para ofrecer el siguiente programa:
- Obertura tanguera- Esteban BENZECRY (1970)
- Pangea
- Borealis- Dana AL FARDAN (1985)
- Concierto “Aconcagua” para bandoneón y orquesta- Astor PIAZZOLLA
(1921-1992)
- Variaciones concertantes- Alberto GINASTERA (1916-1983)
- Four Seasons
- Spirit of Maqam- Nasser SAHIM (1979)
Debido a la ausencia de programas de mano, Enrique Arturo Diemecke hizo su
reaparición triunfal sobre el escenario del Colón con sus consabidos gestos de
presentación e hizo no sólo una presentación de la orquesta y sus integrantes, sino
también comentarios alusivos a las obras comprendidas en el programa.
Compuesta por encargo de la entidad de Coros y Orquestas Juveniles de México en
1993, la Obertura tanguera de Esteban Benzecry constituye un homenaje a la memoria
de Astor Piazzolla, fallecido el año anterior. Utiliza giros melódicos y rítmicos propios
del tango en su expresión más moderna. Se estrenó en 1995 en México por la
Fue escrito en 1993 tras un encargo de la entidad de Coros y orquestas juveniles de
México. Su estreno se llevó a cabo dos años después por la Orquesta Sinfónica “Carlos
Chávez”, bajo la dirección de Fernando Lozano. Posee una estructura tripartita, con una
breve introducción que desemboca en un tema rápido, una sección central de tema lento
y expresivo que ejecutan las cuerdas, que van in crescendo hasta la reexposición del
tema. rápido, llegando a su clímax en el final. La orquesta brindó una muy buena
versión, que sonó como tal. Seguidamente, les tocó el turno a dos obras de Dana Al
Fardan- primera compositora de música qatarí-, quien se desempeña como embajadora
cultural de la Filarmónica de su país. Su estilo es una mezcla de clásico y
contemporáneo con influencias árabes y, asimismo, emplea instrumentos típicos de la
región como la rababa – instrumento de arco de 3 cuerdas, magníficamente ejecutado
por el primer violoncelista Hassan Moataz El Molla- y el ensamble de percusión -que
incluyó cajón, parches y derbakes- en Pangea. Tanto esta obra como Polaris fueron
muy buen recibidas por el público y sumamente aplaudidas por su línea melódica,
orquestación y matices típicos de la música qatarí.
A continuación, Víctor Hugo Villena hizo su presentación sobre el escenario del
Colón para ofrecer un clásico piazzoliano: el Concierto “Aconcagua” para bandoneón
y orquesta del compositor marplatense, compuesto para orquesta de cuerdas, arpa y
piano, que acompañan al instrumento solista. Se grabó por primera vez en el Colón en
1983, pero la versión más conocida es la de 1987 por la Saint Luke Orchestra dirigida
por Lalo Schifrin. Piazzolla lo escribió a la manera tradicional en tres movimientos:
Allegro marcato/ Moderato/ Presto, donde incluye en este último la melodía de un
tango de su autoría (El Flaco Aroldi), orquestado de manera pomposa para lograr un
poderoso final. La versión ofrecida fue magnífica, con un gran desempeño de la pianista
Sun Yeong Park y la arpista Julie Sgarro. Villena se lució en el manejo del fuelle y la
interpretación fue coronada por un Colón atiborrado de gente en los estratos superiores
por numerosos aplausos y vítores.
La segunda parte del concierto se abrió con una magnífica versión de las
Variaciones concertantes, Op.23 de Alberto Ginastera, compuestas en 1953 como un
concierto para orquesta, donde el compositor argentino permite el lucimiento de los
solistas instrumentales en las 12 variaciones que integran la obra (Tema per violoncello
ed arpa/ Interludio per corde/ Variazione giocosa per flauto/ Variazione in modo di
scherzo per clarinetto/Variazione drammatica per viola/ Variazione canonica per oboe
e fagotto/ Variazione ritmica per trombe e trombone/ Variazione in modo di moto
perpetuo per violino/ Variazione pastorale per corno/ Interludio per fiati/ Ripresa dal
tema per contrabasso/ Variazione finale in modo di rondo per orchestra). La calidad de
los solistas instrumentales de la orquesta quedó fehacientemente demostrada en virtud
de haber brindado una magnífica interpretación. Es una obra que Diemecke interpretó
en varias ocasiones como Director Titular de la Filarmónica de Buenos Aires y, por lo
tanto, su compenetración con la misma también influyó en el resultado final. Por último,
el concierto cerró con dos obras del compositor qatarí Nasser Sahim, quien se
encontraba presente en la sala y se desempeña como Subdirector Ejecutivo de la
orquesta. La primera (Four Seasons) es de estilo más europeo y posee matices que
remedan una habanera, mientras que la segunda (Spirit of Maqam) está escrita en escala
pentatónica -característica de los países árabes y de Medio Oriente- y posee bellísimos
solos de violín, que fueron ejecutados con suma precisión por Mohamed Oweda -
integrante de la fila de segundos violines- y lleva ensamble de percusión con
instrumentos locales. Tras los aplausos, no faltaron los bises: una versión para orquesta
sinfónica de tangos de Gardel y Le Pera (Por una cabeza, Volver), que hicieron delirar
al numeroso público que se dio cita esa noche.
Es la primera vez que una orquesta sinfónica proveniente de un país de origen
árabe se presenta sobre el escenario del Colón en el marco de un convenio cultural entre
ambos países y también, muy enriquecedor para un periodista especializado el poder
escuchar obras de compositores de estas naciones. En un año donde hay escasez de
orquestas sinfónicas extranjeras, bienvenido sea este tipo de iniciativa.
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