sábado, 20 de septiembre de 2025

 Muy buena presentación de la Filarmónica de Qatar en el Teatro Colón


DOS NACIONES TAN LEJANAS HERMANADAS POR LA


MÚSICA


Martha CORA ELISEHT


Como parte de la celebración de diálogo cultural Argentina- Qatar 2025, el

pasado miércoles 17 del corriente hizo su debut en el Teatro Colón la Orquesta

Filarmónica de Qatar bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke en un concierto

formado por obras de compositores de ambas naciones con entrada libre y gratuita

dentro de la iniciativa Años de Cultura, que cuenta con la presidencia de Su Excelencia

-Jequesa Al Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani- y que crea los espacios donde

tienen lugar este tipo de encuentros.

Fundada en 2007 por iniciativa de Su Alteza -Jequesa Moza bint Nasser-, la

orquesta está compuesta por músicos de más de 28 diferentes nacionalidades y se

transformó en uno de los principales conjuntos proveniente de los países árabes y su

repertorio combina música proveniente de la región con obras del repertorio universal,

dando una impronta internacional a sus presentaciones. Se presentó en La Scala de

Milán, en el Royal Albert Hall de Londres y en el Teatro Colón, donde actuó como

solista el bandoneonista Víctor Hugo Villena para ofrecer el siguiente programa:

- Obertura tanguera- Esteban BENZECRY (1970)

- Pangea

- Borealis- Dana AL FARDAN (1985)

- Concierto “Aconcagua” para bandoneón y orquesta- Astor PIAZZOLLA

(1921-1992)

- Variaciones concertantes- Alberto GINASTERA (1916-1983)

- Four Seasons

- Spirit of Maqam- Nasser SAHIM (1979)

Debido a la ausencia de programas de mano, Enrique Arturo Diemecke hizo su

reaparición triunfal sobre el escenario del Colón con sus consabidos gestos de

presentación e hizo no sólo una presentación de la orquesta y sus integrantes, sino

también comentarios alusivos a las obras comprendidas en el programa.

Compuesta por encargo de la entidad de Coros y Orquestas Juveniles de México en

1993, la Obertura tanguera de Esteban Benzecry constituye un homenaje a la memoria

de Astor Piazzolla, fallecido el año anterior. Utiliza giros melódicos y rítmicos propios

del tango en su expresión más moderna. Se estrenó en 1995 en México por la

Fue escrito en 1993 tras un encargo de la entidad de Coros y orquestas juveniles de

México. Su estreno se llevó a cabo dos años después por la Orquesta Sinfónica “Carlos

Chávez”, bajo la dirección de Fernando Lozano. Posee una estructura tripartita, con una

breve introducción que desemboca en un tema rápido, una sección central de tema lento

y expresivo que ejecutan las cuerdas, que van in crescendo hasta la reexposición del


tema. rápido, llegando a su clímax en el final. La orquesta brindó una muy buena

versión, que sonó como tal. Seguidamente, les tocó el turno a dos obras de Dana Al

Fardan- primera compositora de música qatarí-, quien se desempeña como embajadora

cultural de la Filarmónica de su país. Su estilo es una mezcla de clásico y

contemporáneo con influencias árabes y, asimismo, emplea instrumentos típicos de la

región como la rababa – instrumento de arco de 3 cuerdas, magníficamente ejecutado

por el primer violoncelista Hassan Moataz El Molla- y el ensamble de percusión -que

incluyó cajón, parches y derbakes- en Pangea. Tanto esta obra como Polaris fueron

muy buen recibidas por el público y sumamente aplaudidas por su línea melódica,

orquestación y matices típicos de la música qatarí.

A continuación, Víctor Hugo Villena hizo su presentación sobre el escenario del

Colón para ofrecer un clásico piazzoliano: el Concierto “Aconcagua” para bandoneón

y orquesta del compositor marplatense, compuesto para orquesta de cuerdas, arpa y

piano, que acompañan al instrumento solista. Se grabó por primera vez en el Colón en

1983, pero la versión más conocida es la de 1987 por la Saint Luke Orchestra dirigida

por Lalo Schifrin. Piazzolla lo escribió a la manera tradicional en tres movimientos:

Allegro marcato/ Moderato/ Presto, donde incluye en este último la melodía de un

tango de su autoría (El Flaco Aroldi), orquestado de manera pomposa para lograr un

poderoso final. La versión ofrecida fue magnífica, con un gran desempeño de la pianista

Sun Yeong Park y la arpista Julie Sgarro. Villena se lució en el manejo del fuelle y la

interpretación fue coronada por un Colón atiborrado de gente en los estratos superiores

por numerosos aplausos y vítores.

La segunda parte del concierto se abrió con una magnífica versión de las

Variaciones concertantes, Op.23 de Alberto Ginastera, compuestas en 1953 como un

concierto para orquesta, donde el compositor argentino permite el lucimiento de los

solistas instrumentales en las 12 variaciones que integran la obra (Tema per violoncello

ed arpa/ Interludio per corde/ Variazione giocosa per flauto/ Variazione in modo di

scherzo per clarinetto/Variazione drammatica per viola/ Variazione canonica per oboe

e fagotto/ Variazione ritmica per trombe e trombone/ Variazione in modo di moto

perpetuo per violino/ Variazione pastorale per corno/ Interludio per fiati/ Ripresa dal

tema per contrabasso/ Variazione finale in modo di rondo per orchestra). La calidad de

los solistas instrumentales de la orquesta quedó fehacientemente demostrada en virtud

de haber brindado una magnífica interpretación. Es una obra que Diemecke interpretó

en varias ocasiones como Director Titular de la Filarmónica de Buenos Aires y, por lo

tanto, su compenetración con la misma también influyó en el resultado final. Por último,

el concierto cerró con dos obras del compositor qatarí Nasser Sahim, quien se

encontraba presente en la sala y se desempeña como Subdirector Ejecutivo de la

orquesta. La primera (Four Seasons) es de estilo más europeo y posee matices que

remedan una habanera, mientras que la segunda (Spirit of Maqam) está escrita en escala

pentatónica -característica de los países árabes y de Medio Oriente- y posee bellísimos

solos de violín, que fueron ejecutados con suma precisión por Mohamed Oweda -

integrante de la fila de segundos violines- y lleva ensamble de percusión con

instrumentos locales. Tras los aplausos, no faltaron los bises: una versión para orquesta

sinfónica de tangos de Gardel y Le Pera (Por una cabeza, Volver), que hicieron delirar

al numeroso público que se dio cita esa noche.


Es la primera vez que una orquesta sinfónica proveniente de un país de origen

árabe se presenta sobre el escenario del Colón en el marco de un convenio cultural entre

ambos países y también, muy enriquecedor para un periodista especializado el poder

escuchar obras de compositores de estas naciones. En un año donde hay escasez de

orquestas sinfónicas extranjeras, bienvenido sea este tipo de iniciativa.

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