PARA CONOCERLA, ¿Y
LUEGO?
Opera de Cámara del
Teatro Colón: “La Grotta di Trofonio”, Opera en dos actos con música de Antonio
Salieri y Libreto de Giovanni Batista Casti, basada en su obra homónima. Interpretes:
Luciano Miotto (Trofonio), Walter Schuarz (Aristone), Victoria Gaeta (Dori),
Trinidad Goyeneche (Ofelia), Agustín Gomez (Artemidoro), Mariano Fernández
Bustinza (Plistene) y actores figurantes. Escenografía: Gastón Joubert,
Proyecciones: Natalio Ríos, Vestuario: Isabel Gual, Iluminación: Ruben Conde,
Orquesta Dirigida por Martín Sotelo (Continuo: Iván Rutkauskas), Puesta en
Escena: Diego Cosín. Teatro 25 de Mayo, función del 03/05/17.
NUESTRA OPINION:BUENA
No resistió el paso
del tiempo. Esa es la razón fundamental por la que solo ahora, la Opera de
Cámara del Teatro Colón (En su misión
de dar a conocer obras poco difundidas u olvidadas, lo cuál comparto plenamente),
rescata este título del antagonista de
Mozart. Después de haber tenido la fortuna de presenciar y escuchar su “Falstaff”
hace unos pocos años atrás, esta “Grotta” (musicalmente hablando) es una obra
infinitamente menor. Con todo es muy loable el esfuerzo realizado, a partir de
un enfoque “aggiornado” que Diego Cosín le imprimió a este trabajo, lo que hizo
que no se cayera en un temido naufragio. Es una comedia sencilla y sin
pretensiones, la que podrá haber entretenido al público en la época de su
estreno, pero que para hoy, salvo el remate de situaciones justamente
provocadas por esa actualización escénica, haga que las carcajadas no sean
fáciles. El argumento es sencillo, Aristone tiene por hijas a Dori y Ofelia, la
primera muy “Pizpireta”, la segunda formal y “filósofa”. Tienen en sus respectivos
novios, Artemidoro y Plistene a sus “almas Gemelas”. Una fortuita excursión de
ellos por la playa, deriva en un encuentro con Trofonio, un mago, quien vive en
una gruta allí situada. El ingresar por una de sus aberturas y el salir por la otra,
hará que luego de inhalar el vapor que se desprende de una sustancia creada por
el mago les transmute la personalidad a ambos. Uno tomará la del otro y
viceversa. Las jóvenes y el padre de ambas entraran en desesperación y los
matrimonios de ambas estarán en duda, ellos mismos no entienden de donde vienen
al asumir las nuevas personalidades, una nueva pasada por la Gruta hará que vuelvan
a la normalidad, pero para ese entonces serán las hermanas las que ahora vivan
la misma situación. Solo el Padre al encontrarse con el alquimista comprende lo
sucedido y logra del mago que haga volver las cosas a su cauce, con el
consecuente final feliz.
Diego Cosin resolvió
con recursos efectivos el movimiento escénico. Pudo extraer lo mejor de la
actuación de los interpretes, moverlos de manera inteligente por el escenario y
hacer que el espectáculo transcurra de la manera mas ágil posible. Para ello contó
con una escenografía muy práctica de Gastón Joubert, apoyada también por
correctas proyecciones de fondo de Natalio Ríos (aunque debemos pedir por favor
que no se insista con la proyección del avión de propaganda de fondo, ya es
como el tercer espectáculo que lo aplica). Muy bueno y práctico el vestuario
diseñado por Isabel Gual (justo para rápidos cambios de escena).
En lo vocal, Walter
Schuarz tuvo un desempeño sobresaliente como Aristone (padre de las jovenes),
muy bien caracterizado, excelente actor y parejo vocalmente de punta a punta.
Victoria Gaeta, sacó provecho de todas sus cualidades para trazar una estupenda
Dori y llevarla mas allá de lo que la partitura realmente daba. Luciano Miotto
compuso a Trofonio de manera correcta y con sobrado oficio. Trinidad Goyeneche
tuvo mas encanto como la Filósofa que como la Pizpireta. Mariano Fernández
Bustinza sacó provecho del rol de Plistene redondeando una buena actuación y
Agustín Gómez como Artemidoro se mostró como un valor interesante al que lo deberemos
apreciar en roles de mayor valía.
El grupo orquestal
bajo la Dirección de Martín Sotelo, tuvo en Iván Rutkauskas a un excelente continuo
que dio las apoyaturas justas en cada situación, solo que a mi entender el
déficit vino por el lado de algunos “tempi” demasiado lentos, con lo que muchos
baches que la obra tiene, quedaron aun mas expuestos.
Fue interesante
conocer esta obra y saber de que se trata, pero el paso del tiempo ha hecho de
las suyas, ¿habrá alguna nueva vez?
Donato Decina
No hay comentarios:
Publicar un comentario