viernes, 6 de octubre de 2017

UNA POLACA BIEN TOCADA VALE MAS QUE MIL PALABRAS

Teatro Colón, Función Extraordinaria en el Teatro Coliseo. Concierto Sinfónico a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Colón, Director: Enrique Arturo Diemecke. Solista: Oleg Pishenin (Violín). Programa: Obras de Glazunov y Tchaickovsky. 28 de Setiembre de 2017.

NUESTRA OPINION: BUENO.

En otra de las actividades que el Colón programó para sus Cuerpos Estables, se llevó a cabo  en el Coliseo este Concierto Sinfónico ahora con la Estable en el escenario  y nuevamente Diemecke en el podio. Programa Ruso con el Concierto para Violín y Orquesta en La menor, Op. 82 de Glazunov con Oleg Pishenin (Uno de los Concertinos Titulares de la agrupación) como solista y la Sinfonía Nº 3 en Re menor Op. 29, “Polaca” de Tchaickovsky como obra de fondo.  A priori apareció en los papeles como un interesantísimo programa.  En el desarrollo, no todo estuvo en su lugar.

  Y el no todo le cupo plenamente al Concierto de Glazunov. Es evidente que esto se ha programado muy a último momento. Solo así se entiende como la obra tuvo un inicio tan flojo, con un sonido muy destemplado y desafinaciones muy notorias. Diemecke y la Orquesta acompañaron de la forma mas precisa posible, pero mas allá de que los interpretes se asentaron en algo, la versión alcanzó solo algún grado de discreción.  Una verdadera pena no poder apreciar en plenitud un trabajo de intrincada escritura y de pasajes de dificultad a ser resueltos por el solista, sumado a una orquestación espectacular y el característico brillo “Glazunov” para el cierre de la obra. Solo un poco de todo eso es lo que se pudo apreciar y no fue suficiente. Pishenin brindó un “Encore” acometido “al toque”, evitando que se extinguiera el aplauso de la concurrencia. Fue el célebre Tema con Variaciones de Paganini que diera lugar a las innumerables variaciones que otros compositores hicieron a partir de Ellas. Aquí hubo un mejor nivel y por lo menos se llegó a una culminación decorosa.
 
  En cuanto a la “Polaca”, discrepo con el Director en cuanto a dos cortes muy precisos que  el realiza para su interpretación. Uno en el primer movimiento con una serie de variaciones del segundo  tema, lo que se hizo en forma un tanto desprolija ya que se notó demasiado el enlace entre el corte y el comienzo de la coda final de este tiempo. El otro en el quinto y último movimiento, también en una serie de variaciones aunque algo mas acotado en cuanto a la duración respecto al primero. Lo mismo ocurrió en la versión que realizara con la Filarmónica hace dos años en el marco de la integral de sinfonías. Lo que cambió es que con la Estable consiguió el rendimiento que no tuvo en la ocasión de la integral y los cortes se hicieron mas que notorios. Y este rendimiento superlativo se produce con un orgánico (Con Pishenin ya en su puesto habitual de “Concertino” [en el Concierto la guía estuvo a cargo de Natalia Shishmonina, suplente de Concertino y Esposa del solista, no se supo el porqué de la ausencia de Freddy Varela Montero, el otro Concertino titular])  que se “prodigó” en todos los sentidos, alcanzando momentos de un muy buen colorido musical, ajuste, empaste y notable precisión.

  Por lo que pude apreciar, en ámbos casos las dos Orquestas del  Colón armaron los programas muy sobre la fecha, Filarmónica sin alcanzar su verdadero nivel tuvo una aceptable prestación, mientras que la Estable demostró en todos sus conciertos sinfónicos del año estar pidiendo “pista”para una serie de seis a  siete conciertos anuales. Su nivel está mas que garantizado.


Donato Decina

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