Nueva propuesta de “LÍRICOS A LA GORRA” en el
Shopping del Abasto
SE HACE CAMINO AL
CANTAR
Martha CORA ELISEHT
A partir de Febrero, el gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires ha auspiciado eventos y otorgado espacios públicos y semipúblicos
para que los artistas puedan actuar y que el público pueda gozar de un buen
espectáculo gratuito. Sucedió la semana pasada con “LÍRICOS A LA GORRA” en Plaza Salguero y el pasado viernes 26 del
corriente en las escalinatas del Abasto Shopping Center, donde la mencionada
agrupación brindó un espectáculo donde participaron los siguientes cantantes:
los tenores Cristian Caleb y Pablo Salci; los barítonos Gabriel Vacas y
Leonardo Menna; las sopranos Paula Alba, Marina Silva y Marcela Sotelano y las
mezzosopranos Alejandra Malvino, Maru Artaza y Cecilia Díaz, acompañados al
piano por el maestro Ezequiel Fautario.
Todos los intérpretes pertenecen a
Cantantes Líricos Asociados de la República Argentina (CLARA), cuya presidente
–Alejandra Malvino- hizo la presentación, refiriéndose a la situación que
atraviesan los cantantes líricos previamente a la pandemia y en la actualidad,
donde todavía carecen de espacios para poder desarrollar sus actividades. Acto
seguido, se dio comienzo al show mediante una gran interpretación de “Torna a Sorrento” (De Curtis), donde comenzaron los tenores,
siguieron los barítonos y luego, toda la compañía. Posteriormente, Leonardo
Menna presentó a su colega Pablo Salci, quien brindó una interpretación
magistral de “Questa o quella” de RIGOLETTO, merced a su caudalosa y
potente voz y a sus grandes agudos. Le siguió Alejandra Malvino con un aria que
se canta poco frecuentemente en los recitales: “Acerba voluntá” de ADRIANA
LÉCOUVREUR de Cilea. El personaje de la Princesa
le sentó de perlas mediante una interpretación brillante, de muy buen gusto.
Luego, Paula Alba y Leo Menna ofrecieron “La
ci darem la mano” de DON GIOVANNI. Ella
derrochó frescura y espontaneidad sobre el escenario, mientras que él, buenos
matices vocales y dotes histriónicas para dar vida al gran seductor mozartiano.
Y ya que de Mozart se trara, Gabriel Vacas dio vida a Fígaro en “Non piú andrai” (LAS
BODAS DE FÍGARO), destacándose por los matices de su voz y la composición
de su personaje.
Posteriormente se pasó al repertorio
francés, donde Cecilia Díaz tuvo a su cargo “Mon
coeur s’ouvre à ta voix” de SANSON Y
DALILA de Saint- Saëns. Es un rol con el cual debutó en el Colón tras ganar
el Concurso OPERALIA –organizado por
Plácido Dimngo- y que ha cantado en numerosas oportunidades. Y lo hizo con su
maestría y vibración de siempre. Otra agradable sorpresa fue el duettino de las Flores (“Viens, Mallika!”) de
LAKMÉ a cargo de Paula Alba y Maru
Artaza. Esta joven mezzosoprano fue una
auténtica revelación a oídos de esta cronista, ya que no sólo interpretó muy
bien su rol, sino que lo hizo con particular gracia y soltura. Por su parte,
Paula Alba también brindó una muy buena versión de tan consabida pieza. Y les
siguió Marcela Sotelano con una soberbia interpretación del aria de Adele (“Mein Herr Marquis”) de EL
MURCIÉLAGO, donde se destacó como una brillante soprano ligera de
coloratura y llegó sin dificultades al agudo final, motivo que le valió un
prolongado aplauso por parte del público.
A continuación, el espectáculo
prosiguió con dos piezas muy célebres de zarzuela: el Coro de Vareadores de LUISA
FERNANDA –a cargo de Leonardo Menna- donde el resto de los cantantes hizo
el coro y “No puede ser” de LA TABERNERA DEL PUERTO por Cristian
Caleb. Este joven tenor es una promesa, ya que no sólo sorteó sin dificultades
un aria de difícil ejecución, sino que además es sumamente popular merced a la
difusión mundial que Plácido Domingo hizo de la misma. Su interpretación fue
muy buena y se retiró sumamente aplaudido. Como no hay dos sin tres, Marina Silva demostró sus espléndidas dotes
vocales como cantante melódica con “Júrame”
de María Grever.
El final estuvo a cargo de toda la
compañía con el celebérrimo brindis de LA
TRAVIATA (“Libiamo, nel lieti calici”), donde Marina Silva y Cristian Caleb
formaron una pareja encarnando a Violetta
y Alfredo, mientras que Paula Alba y Pablo Salci, la otra. ¿Cómo no
hacerles el coro a estos grandes artistas?.... Por supuesto que hubo tiempo
para un bis con una canzonetta napolitana: “Funiculí, funiculá” a cargo de toda la
compañía. Todo el público se retiró sumamente satisfecho y las gorras se
llenaron de billetes.
Es un auténtico placer observar que
los cantantes líricos van ganando cada vez más terreno y más espacio, merced a
su esfuerzo en conjunto y al apoyo del público, que los sigue en los diferentes
ámbitos donde actúan –tanto en Buenos Aires como en el interior del país- . Si
bien todavía falta mucho para que los teatros oficiales den una respuesta, se
está marcando un camino. Como diría el poema de Antonio Machado: “Caminante, no hay camino. Se hace camino al
andar”. En este caso, se hace camino al cantar.