sábado, 6 de noviembre de 2021

 

MARCA REGISTRADA

 

Festival Konex 2021 de Música Clásica “Tchaickovsky y la Escuela Rusa”. Presentación de la “Camerata Bariloche” (Violín Concertino y Guía: Elías Gurevich): Programa: Obras de Tchaickovsky, Tchaickovsky (Arr. David Bellisomi), Rachmaninoff  (Arr. David Bellisomi) y  Rimsky-Korsakov (Arr. David Bellisomi). Ciudad Cultural Konex (Bs. As.), 04 de Noviembre de 2021.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

 

  Solo la maravillosa tenacidad de Luís Ovsejevich (Presidente de la Fundación Konex) logra ajustar la gran sala de la Ciudad Cultural de la entidad que preside a los protocolos COVID en vigencia para aforo total y así poder realizar una nueva edición del Festival de Música Clásica tras un año y medio de obligado silencio. Y en esta edición, la programación consagra en su centro a Tchaickovsky con todo lo que el peso de ese noble apellido significa. Si a ello le sumamos la selección de partituras de coetáneos de este gigante (algunos tan imponentes como El) y de otros que tomaron la antorcha y supieron también mantenerla en alto habla bien a las claras de la programación comprometida a ofrecer al público, característica esta que se mantiene inalterable a lo largo de todas las ediciones de este festival.

 

  La ocasión también me permitió volver a apreciar a la Camerata Bariloche en concierto luego de sus apariciones  en la Sala del Teatro Colón. Es ello también motivo de alegría por saber que hay continuidad  en sus presentaciones (algo que se mantuvo en pandemia ya que fue el conjunto que hizo “punta” grabando para “Streaming” en la Usina del Arte con las aperturas parciales de la Primavera 2020). Hoy nuevamente la agrupación se presentó con el Maestro Elías Gurevich como Concertino y Guía y desarrolló un programa de obras conocidas pero algunas de ellas vertidas a través de muy interesantes arreglos del Maestro David Bellisomi, el que también es violinista integrante el conjunto.

 

  Ya en la apertura pudimos conocer el arreglo que el Mtro. Bellisomi efectuó de la Gran Polonesa que abre el tercer acto de la Opera “Eugene Onieguin”. No fue tarea sencilla reemplazar la imponente orquestación y el brillo que contiene esta partitura de Tchaickovsky. Sin embargo las cuerdas suplen a los demás integrantes de la orquesta (fundamentalmente a la familia de vientos) con intervenciones corpóreas y por ello la Camerata lució un sonido muy homogéneo. Ojalá se pueda apreciar nuevamente esta transcripción y que no quede únicamente en este concierto.

 

La velada continuó con una versión de Orquesta de Cuerdas del Andante Cantábile que pertenece al Cuarteto de Cuerdas señalado como Nº 1 del Op. 11. Aquí la Camerata ofreció una versión intensa, intima, en donde logró captar de inmediato el interés del auditorio. Los motivos rusos que Tchaickovsky expone en esta página fueron transmitidos de tal forma por la Bariloche que llevan a manifestar que aquí tuvimos el primer pico de excelencia de la noche.

 

  Sobrevinieron luego dos muy interesantes transcripciones de David Bellisomi, las que a mi entender fueron aún mayores en calidad a la primera: “Vocalise” de Serguei Rachmaninoff  con toda su romántica expresividad en donde el arreglo no sacrifica en nada el fondo de la página y una sorprendente versión de “Capricho Español” de Nikolai Rimsky-Korsakov el último y más importante de los arreglos que  Bellisomi realizó para esta presentación en donde en muchos pasajes la Camerata sonó como una Orquesta completa y en donde en el resto de la obra el conjunto con el consabido oficio de quienes lo integran dio vida a una versión por demás interesante.

 

  Tras una breve pausa que los músicos tomaron como necesario respiro ante el fragor de las obras que integraron el programa, la Bariloche acometió uno de sus “caballitos de batalla” el que no fue otro que la “Serenata para Cuerdas”, op.48 del gran genio ruso, vertida con el sello de calidad “Camerata Bariloche”. Apasionada del primer al último compás, con mayor epicentro en los pasajes centrales en donde tanto el Vals como la Elegía fueron vertidos con absoluto sentimiento y en la que se cuidó todo desde el primer al último detalle. El final tuvo el brillo característico del mejor Tchaickovsky, aun en una página para reducido conjunto de cuerdas y mostró a una agrupación que más allá de ir renovando sus integrantes exhibe permanentemente su “marca en el orillo”.

 

  Los aplausos de la concurrencia motivaron a los maestros a “bisar” el comienzo de “Capricho Español”. Como se sabe, estos conciertos llevan amplificación. La misma jugó una mala pasada al inicio de la Serenata en donde un micrófono se acopló produciendo un molesto chirrido que movió hasta al mismo titular de Konex a acercarse a la consola y exigir su inmediata corrección. Aun así la Camerata continuó con absoluto profesionalismo su labor y culminó de modo brillante una noche estupenda.  

 

Donato Decina

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