MARCA REGISTRADA
Festival
Konex 2021 de Música Clásica “Tchaickovsky y la Escuela Rusa”. Presentación de
la “Camerata Bariloche” (Violín Concertino y Guía: Elías Gurevich): Programa:
Obras de Tchaickovsky, Tchaickovsky (Arr. David
Bellisomi), Rachmaninoff (Arr. David
Bellisomi) y Rimsky-Korsakov (Arr. David
Bellisomi). Ciudad Cultural Konex (Bs. As.), 04 de Noviembre de 2021.
NUESTRA
OPINION: MUY BUENO
Solo la
maravillosa tenacidad de Luís Ovsejevich (Presidente de la Fundación Konex)
logra ajustar la gran sala de la Ciudad Cultural de la entidad que preside a
los protocolos COVID en vigencia para aforo total y así poder realizar una
nueva edición del Festival de Música Clásica tras un año y medio de obligado
silencio. Y en esta edición, la programación consagra en su centro a
Tchaickovsky con todo lo que el peso de ese noble apellido significa. Si a ello
le sumamos la selección de partituras de coetáneos de este gigante (algunos tan
imponentes como El) y de otros que tomaron la antorcha y supieron también
mantenerla en alto habla bien a las claras de la programación comprometida a
ofrecer al público, característica esta que se mantiene inalterable a lo largo
de todas las ediciones de este festival.
La ocasión también me permitió volver a
apreciar a la Camerata Bariloche en concierto luego de sus apariciones en la Sala del Teatro Colón. Es ello también motivo
de alegría por saber que hay continuidad
en sus presentaciones (algo que se mantuvo en pandemia ya que fue el
conjunto que hizo “punta” grabando para “Streaming” en la Usina del Arte con
las aperturas parciales de la Primavera 2020). Hoy nuevamente la agrupación se presentó
con el Maestro Elías Gurevich como Concertino y Guía y desarrolló un programa
de obras conocidas pero algunas de ellas vertidas a través de muy interesantes
arreglos del Maestro David Bellisomi, el que también es violinista integrante
el conjunto.
Ya en la apertura pudimos conocer el arreglo
que el Mtro. Bellisomi efectuó de la Gran Polonesa que abre el tercer acto de
la Opera “Eugene Onieguin”. No fue tarea sencilla reemplazar la imponente
orquestación y el brillo que contiene esta partitura de Tchaickovsky. Sin
embargo las cuerdas suplen a los demás integrantes de la orquesta
(fundamentalmente a la familia de vientos) con intervenciones corpóreas y por
ello la Camerata lució un sonido muy homogéneo. Ojalá se pueda apreciar nuevamente
esta transcripción y que no quede únicamente en este concierto.
La velada
continuó con una versión de Orquesta de Cuerdas del Andante Cantábile que
pertenece al Cuarteto de Cuerdas señalado como Nº 1 del Op. 11. Aquí la
Camerata ofreció una versión intensa, intima, en donde logró captar de
inmediato el interés del auditorio. Los motivos rusos que Tchaickovsky expone
en esta página fueron transmitidos de tal forma por la Bariloche que llevan a
manifestar que aquí tuvimos el primer pico de excelencia de la noche.
Sobrevinieron luego dos muy interesantes
transcripciones de David Bellisomi, las que a mi entender fueron aún mayores en
calidad a la primera: “Vocalise” de Serguei Rachmaninoff con toda su romántica expresividad en donde
el arreglo no sacrifica en nada el fondo de la página y una sorprendente
versión de “Capricho Español” de Nikolai Rimsky-Korsakov el último y más importante
de los arreglos que Bellisomi realizó
para esta presentación en donde en muchos pasajes la Camerata sonó como una
Orquesta completa y en donde en el resto de la obra el conjunto con el consabido
oficio de quienes lo integran dio vida a una versión por demás interesante.
Tras una breve pausa que los músicos tomaron
como necesario respiro ante el fragor de las obras que integraron el programa,
la Bariloche acometió uno de sus “caballitos de batalla” el que no fue otro que
la “Serenata para Cuerdas”, op.48 del gran genio ruso, vertida con el sello de
calidad “Camerata Bariloche”. Apasionada del primer al último compás, con mayor
epicentro en los pasajes centrales en donde tanto el Vals como la Elegía fueron
vertidos con absoluto sentimiento y en la que se cuidó todo desde el primer al
último detalle. El final tuvo el brillo característico del mejor Tchaickovsky,
aun en una página para reducido conjunto de cuerdas y mostró a una agrupación
que más allá de ir renovando sus integrantes exhibe permanentemente su “marca
en el orillo”.
Los aplausos de la concurrencia motivaron a
los maestros a “bisar” el comienzo de “Capricho Español”. Como se sabe, estos
conciertos llevan amplificación. La misma jugó una mala pasada al inicio de la
Serenata en donde un micrófono se acopló produciendo un molesto chirrido que
movió hasta al mismo titular de Konex a acercarse a la consola y exigir su
inmediata corrección. Aun así la Camerata continuó con absoluto profesionalismo
su labor y culminó de modo brillante una noche estupenda.
Donato Decina
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