Cierre del Festival KONEX a cargo
del Buenos Aires Ballet
FINAL
DE FIESTA CON ÓPERA Y DANZA
Martha
CORA ELISEHT
Tras
la postergación sufrida de la Gala de Ballet que habitualmente marca el cierre
del Festival KONEX -prevista para el domingo 8 del corriente-, el pasado
domingo 15 de este mes tuvo lugar dicho evento, denominado “GALA DE BALLET
EN LA ÓPERA” en el Centro Cultural KONEX con la participación del Buenos
Aires Ballet dirigido por el primer bailarín del Teatro Colón Federico
Fernández, con coreografías de Emanuel Abruzzo y Federico Fernández sobre
distintos fragmentos de óperas, que se detallan a continuación:
-
“LA FAVORITA”- Gaetano
DONIZETTI (1797-1848)
-
Bacanal de “SANSÓN Y
DALILA”- Camille SAINT- SAËNS (1835-1921)
-
Preludio de “TRISTÁN E
ISOLDA”- Richard WAGNER (1813-1883)
-
“AÍDA”- Giuseppe
VERDI (1813-1901)
-
“GUILLERMO TELL”- Gioacchino
ROSSINI (1792-1868)
-
Habanera y fragmentos
de “CARMEN”- Georges BIZET (1838-1875)
-
Danza de los siete
velos de “SALOMÉ”- Richard STRAUSS
(1864-1949)
-
“FAUSTO”- Charles
GOUNOD (1818- 1893)
-
Encore final: Noche de
Walpurgis de “FAUSTO”- Charles GOUNOD
Con
excepción de GUILLERMO TELL, cuya coreografía fue de Federico Fernández
sobre el original de August Bournonville, el resto fueron de Emanuel
Abruzzo. El elenco estuvo integrado por
los siguientes bailarines: Ayelén Sánchez, Camila Bocca, Federico Fernández,
Iara Fassi, Rocío Agüero, Lola Mujica Calvo, Milagros Niveyro, Nahuel Prozzi,
David Juárez, Sebastián Bustos, Paulo Marcilio (integrantes del Ballet Estable
del Teatro Colón) y Julieta Zabalza (bailarina invitada). La producción contó
con la producción artística de Juan Lavanga, con asistencia en escenario de
María Sol Matienzo y Emiliano Caffarelli, vestuario de Laura Sol Torresillas y
sonido e iluminación de Sebastián Viola y Luis Casella Horn. Se empleó música grabada
con algunos cortes para agilizar la función en virtud de las coreografías.
Tan
solo con un simple tejido entrelazado como telón de fondo iluminado por
diferentes colores se plamó la escenografía que permitió el lucimiento de los
artistas en escena. El primer número estuvo a cargo de Federico Fernández y
Camila Bocca, quienes derrocharon plasticidad, técnica, gracia y maestría
escénica para interpretar con una coreografía sumamente clásica -realzada por
el tutú negro y la clásica chaqueta con calzas- fragmentos de LA FAVORITA. Ella es una de las primeras figuras del Ballet
Estable del Colón y una de las habituales acompañantes de Fernández en las
funciones del Buenos Aires Ballet. Seguidamente, la célebre Bacanal de SANSÓN
Y DALILA fue interpretada por Rocío Agüero y Nahuel Prozzi, secundados por
Iara Fassi/ David Juárez y Lola Mujica Calvo/ Sebastián Bustos. Las tras
parejas deslumbraron con la sensualidad de sus movimientos, pero la pareja
protagónica se llevó los laureles. Ella es una talentosa bailarina que se
encuentra en pleno ascenso y que posee todo lo necesario para ser una étolie:
gracilidad en sus movimientos, técnica y conectividad con su pareja. Por su
parte, él es uno de los mejores bailarines de carácter que forma parte del
cuerpo de baile del Colón y que supo acompañarla a la perfección en una
coreografía destacada por las posturas eróticas para interpretarla -muy buen
acierto de Emanuel Abruzzo-. Las parejas acompañantes también se destacaron, tanto en su respectiva variación como en las
escenas de conjunto. Seguidamente, se empleó una versión con cortes del Preludio
al Acto 1| de TRISTÁN E ISOLDA, donde la pareja integrada por
Milagros Niveyro y Paulo Marcilio protagonizaron más un desencuentro amoroso
que la historia de un amor imposible signado por la tragedia. Dio la impresión
que la coreografía de Abruzzo no condecía con el drama de Wagner, pese a que
ambos son muy buenos en cuanto a técnica e interpretación. Lo mismo sucedió con
AÍDA, donde Iara Fassi hizo su presentación en escena con los acordes de
la marcha triunfal, para luego ser raptada por David Juárez y encontrarse como
esclava en la corte del faraón con los acordes de la obertura de dicha
ópera. No obstante, ambos también tuvieron una excelente actuación, aunque
hubiera sido bueno ejecutar las famosas Danzas sinfónicas del 2° Acto.
Uno
de los platos fuertes de la presente gala fue la actuación de Lola Mujica Calvo
y Sebastián Bustos con música de GUILLERMO TELL de Rossini, donde encarnaron
a una pareja de aldeanos en un juego de enamoramiento y seducción. Ella hizo
gala de gracia y maestría, donde sus entrechats estuvieron perfectos,
mientras que los de él fueron brillantes. Si a esto se le suma conexión,
empatía y plasticidad, no hace falta decir nada más. Seguidamente, se usó una
versión de la célebre Habanera -cantada por María Callas- para la
presentación de Ayelén Sánchez en el rol protagónico, acompañada por Federico
Fernández como Don José. El rol de la gitana implica un desafío para
cualquier primera bailarina en cuanto a los requerimientos en materia de actuación.
La coreografía empleada por Abruzzo tuvo todos los ingredientes necesarios para
lograr el juego de seducción y la influencia que la protagonista ejerce sobre Don
José, quien cae rendido a sus pies en la última escena. Ambos dieron
cátedra de danza y actuación sobre el escenario. Pero lo mejor de la noche fue
la interpretación de la Danza de los siete velos de SALOMÉ, donde
una Julieta Zabalza ataviada en traje de odalisca tuvo una perfecta
coordinación de movimientos, coincidentemente con los golpes de música. Bailó
con el cuerpo, la mirada y su profusa cabellera mientras iba desplegando cada
uno de los siete velos de esta célebre pieza. La coreografía incluyó elementos
de danza árabe y oriental para hacer aún más atrayente la poderosa seducción
que Salomé ejerce sobre el Tetrarca Herodes con el objetivo de
obtener la cabeza de Jochanaan. Una perfecta demostración de talento y
gracia sobre el escenario.
Como
broche de oro, toda la compañía -ataviados en trajes de gala- bailaron
diferentes fragmentos de FAUSTO, comenzando por el célebre vals del
2° Acto y siguiendo con otros números de la suite orquestal sobre dicha
ópera para desarrollar una coreografía clásica, donde no faltaron los fouettes,
developées, giros, solages y otros elementos para que todos y cada
uno de los integrantes de la compañía se lucieran sobre el escenario en una
magistral versión al compás de La Noche de Walpurgis. Y antes del saludo
final, cada uno de los bailarines hizo una variación en le anunciado encore.
Los aplausos y los vítores cundieron por doquier ante un auditorio
prácticamente lleno.
Al
terminar la función, tanto Luis Ovsejevich -presidente de la Fundación KONEX-
como Juan Lavanga se hicieron presentes, pero hubo un invitado especial: el
maestro Mario Galizzi -actual director del Ballet Estable del Colón-, quien se
hizo presente como espectador y en apoyo a los integrantes de su compañía. Un
gesto que vale la pena rescatar y tener en cuenta para cerrar una gala de
ballet que a su vez, también marcó el cierre del Festival. Un gran esfuerzo que
se repite todos los años gracias a los que apuestan al desarrollo y la difusión
de la cultura.
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