UNA MAGNIFICA NOCHE
DE CONCIERTO
Teatro
Colón, temporada 2024. Decimoctavo concierto de abono a cargo de la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires, Director: Fabio Mechetti. Solista: Michelle Wong
(Corno Inglés). Programa: Obras de Sibelius, Donizetti y Bruckner. 16 de
Noviembre de 2024.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE.
A punto de
culminar el ciclo 2024 al que le resta un solo concierto, y con la noticia (para
mi sorpresa y la de muchos) dé que a partir de la próxima temporada la
Directora de Orquesta griega Zoe Zeniodi será la nueva titular del organismo,
la Filarmónica de Buenos Aires contó con la grata presencia de unos de los
mejores Directores de Orquesta del Brasil, Fabio Mechetti, quién nos causó
inmejorable impresión desde su primera visita con la Filarmónica de Minas
Gerais (de la que es su titular) hace algunos años atrás y para el Mozarteum
Argentino. Se desarrolló un programa en
cuya primera parte se puso el foco en dos obras de carácter introspectiva la
primera y camarística la segunda, para luego pasar a una parte final con una
página de imponente presencia.
Con la participación solista de Michelle Wong
en corno inglés (titular de ese instrumento en la Orquesta), se ofrecieron en
la primera parte una interesantísima versión de “El Cisne de Tuonela” que
integra el ciclo “Las Leyendas de Lemminkäinen” del op. 22 de Jean Sibelius.
Obra de su etapa nacionalista, sumamente descriptiva, oscura y de fuerte connotación
dramática, en la que el Corno Inglés con su timbre de alta melancolía tiene un
rol fundamental en la página. Mechetti tomó la muy acertada decisión de hacer
participar a Wong como solista desde el vamos y esta notable intérprete se
floreó en el escenario con exquisito y transparente sonido, revelándose
portadora de una sólida técnica. Sus compañeros, con Xavier Inchausti a la
cabeza, respondieron de modo impecable a las indicaciones del maestro Mechetti,
alcanzando de este modo una versión de excelente nivel, para una página que no
se apreciaba desde hacía mucho tiempo. Esta parte culminó con una muy buena
versión del Concertino para Corno Inglés en Sol mayor de Gaetano Donizetti,
obra de juventud del gran operista italiano, quien al igual que Bellini compuso
esta obra de cámara para este infrecuente instrumento solista. Wong descolló en
la interpretación, haciendo aún más visibles sus cualidades y redondeando una
perfecta labor. Ante los sostenidos aplausos del público y la indicación del
Concertino Inchausti y del resto de sus compañeros en el escenario, la solista
con la participación de su hermano en el órgano situado en el palco avant scene,
retribuyó con una muy sentida versión para Corno Inglés
y Organo del “Ave Verum Corpus” de Mozart que cautivó a todos los que estábamos
presentes en la sala.
.
Ya en la segunda parte se ofreció una
extraordinaria versión de la la Sinfonía Nº 4 Wab 104 “Romántica” de Anton
Bruckner. En ocasión del anuncio en Febrero pasado de la presente temporada, se
dijo que se hacía como un homenaje al compositor austríaco en el bicentenario
de su nacimiento. Siendo que esta sinfonía es la más transitada de la
producción de Bruckner, y que como consecuencia de ello también fue la más
frecuentada por el anterior titular de la Orquesta, consideré que se trataba de
algo muy insuficiente dada la importancia que tomaron sus trabajos posteriores.
Debo reconocer mi error, en manos de Mechetti, la “Romántica” fue objeto de una
formidable interpretación, digna de este acontecimiento.
Esta
obra fue, sin dudas, el primer triunfo serio del compositor de Ansfelden, quien
venía de un serio fracaso con el estreno de su sinfonía Nº 3, más allá de que
Richard Wagner optó por ella para recibir la dedicatoria del compositor. Solo
alumnos suyos del conservatorio, con Mahler y Wolf a la cabeza, vieron los méritos
de la partitura y sostuvieron anímicamente a Bruckner. El contraste no pudo ser
más ostensible. Aun cuando su inseguridad le llevaba a revisar una y otra vez
sus trabajos, la “Romántica” fue aclamada por el público vienes. Tal fue su sorpresa
que al ser llamado por el célebre director Hans Richter al escenario para
recibir los aplausos del público, Bruckner atinó a ponerle en la mano un talero
(moneda austríaca vigente en aquel momento) para que Richter bebiera una
cerveza a su salud. El director hizo todo lo contrario, transformando a la
moneda en parte de un llavero que siempre guardó como recuerdo.
La versión de la Filarmónica lo tuvo todo,
empaste, estupendo sonido, brillantes respuestas de todos sus sectores,
dinámicas bien manejadas con tempi ajustadísimo en todo momento. Pequeñas
imprecisiones de los cornos en nada empañan el resultado final con la consecuente aclamación del público.
Una gran versión y un Director al que me
gustaría verlo más seguido en el podio de la Filarmónica.
Donato Decina
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