Ellina Garanca derrochando calidad y simpatía en esta nueva presentación, ahora en el marco del ciclo Aura, en el Teatro Colón. Créditos: Prensa Teatro Colón, fotografía de Juanjo Bruzza.
recital de Elina Garanĉa dentro del ciclo AURA en el Colón
TODA LA SENSUALIDAD Y EXQUISITEZ DE UNA GRAN VOZ
Martha CORA ELISEHT
Organizado por Elisa Wagner y Mariano Nante, el Ciclo AURA es una iniciativa
que reúne a grandes intérpretes de la lírica internacional mediante una serie de recitales
ofrecidos sobre el escenario del Teatro Colón. Ya se presentaron el tenor Jonathan
Tetelman y la mezzosoprano Aigul Akhmetshina y, esta vez, le tocó el turno a una de las
mayores estrellas de la lírica mundial: Elina Garanĉa, quien se presentó sobre el
escenario del Colón acompañada al piano por Malcolm Martineau el pasado lunes 20
del corriente para ofrecer el siguiente programa:
- Liebestreu, Op.3, n°1 (Con cariño)
- Geheimnis, Op.71, n°3 (El Secreto)
- O wüβt’ich doch den Weg zurück, Op.63, n°8 (¡Oh! Si supiera el camino de
regreso)
- Von ewiger Liebe, Op.43, n°1 (Del amor eterno)- Johannes BRAHMS (1833-
1897)
- “D’amour, l’ardente flamme” de LA CONDENACIÓN DE FAUSTO- Héctor
BERLIOZ (1803-1869)
- Šüpuldziesma, Op.8 (Canción de cuna para piano solo)- Jäseps VITOLS (1863-
1948)
- “Io son l’umile ancella” de ADRIANA LÉCOUVREUR- Francesco CILEA
(1866-1950)
- Sapnojums (Sueño)- Jäseps MEDIŅŠ (1877-1947)
- Sapnu tälumä (En sueños distantes)
- Man prätä stäv vël klusä nakts (Aún recuerdo aquella silenciosa noche)- Jäseps
VITOLS (1863-1948)
- “Plus grand dans son obscurité” de LA REINA DE SABA- Charles GOUNOD
(1818-1893)
- « Mon cœur s’ouvre à ta voix » de SANSÓN Y DALILA- Camille SAINT-
SAËNS (1835-1921)
- Au pays oú se fait la guerre
- L’invitation au voyage
- Extase
- Phidylé- Henri DUPARC (1848-1933)
- « Clair de lune » de la Suite bergamasque- Claude DEBUSSY (1862-1918)
- « Voi ío sapete, o mamma» de CAVALLERÍA RUSTICANA- Pietro MASCAGNI
(1863-1945)
- “Cuando está tan hondo” de EL BARQUILLERO
- “Carceleras” de LAS HIJAS DEL ZEBEDEO- Ruperto CHAPÍ (1851-1909)
- “Art is calling for me” de THE ENCHANTRESS- Víctor HERBERT (1859-
1924)
No solo el repertorio elegido por la gran mezzosoprano letona ha sido sumamente
variado abarcando arias de ópera, canciones de cámara y fragmentos de zarzuela, sino
que, por primera vez, el público argentino pudo escuchar canciones de su país de origen
y en su lengua natal, lo que representó un auténtico acierto. Por otra parte, Malcolm
Martineau ha sido un pianista acompañante de primer nivel. Dio consabidas pruebas
durante todo el desarrollo del recital y, además, se lució en sus solos (Šüpuldziesma
(Canción de cuna) de Jäseps Vitols y la celebérrima Claro de Luna de Debussy), cuyas
interpretaciones fueron magistrales.
En cuanto a la famosa mezzosoprano, se la pudo apreciar mucho más relajada y
compenetrada con su pianista acompañante con respecto de su debut en Bueno Aires en
2018, cuando participó de un recital con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires
dirigida por Enrique Arturo Diemecke. Sus excepcionales dotes vocales y la textura
aterciopelada de su voz quedaron demostradas desde los primeros compases de la serie
de Lieder de Brahms elegida para abrir el recital, comenzando por Liebestreu (Con
cariño) perteneciente a las Seis canciones, O p.3, siguiendo con Geheimnis (El secreto)
de sus Cinco canciones Op.71 y ¡Oh! Si tan sólo supiera el camino de regreso -cuya
letra pertenece al poeta Klaus Groth- para culminar con Von ewiger Liebe (Del amor
eterno), perteneciente a las Cuatro canciones, Op.73. Lo mismo sucedió en la segunda
parte del recital con las cuatro canciones de cámara de Henri Duparc -maravillosas
creaciones que sobrevivieron a las óperas que su autor destruyó por considerarlas
creaciones menores como consecuencia de su enfermedad mental-, que fueron
abordadas con una musicalidad exquisita, un magistral acompañamiento en piano y una
interpretación sublime. La mezzosoprano es una especialista en el repertorio francés y
quedó fehacientemente demostrado en todas las arias que abarcó: desde la celebérrima
Mon coeur s’ouvre à ta voix de SANSÓN Y DALILA a Plus grand dans son obscurité de
LA REINA DE SABA de Gounod – título que quien escribe nunca apreció en forma
completa y que sería bueno recuperar-. Pero el plato fuerte de la noche fueron las
canciones letonas de Jäzeps Vitols, uno de los compositores más representativos de
dicho país y fundador del Conservatorio Nacional. Elina Garanĉa se dirigió al público
en español para referirse a estas canciones como “un recuerdo de infancia y parte del
repertorio de mi madre, que también era cantante y que aprendí desde temprana edad”.
La primera (En sueños distantes) posee una bella línea melódica, plena de turbulencias
sobre textos de la poetisa Johanna Emilia Lizete Rosenberga, mientras que la segunda
(Aún recuerdo aquella silenciosa noche) es mucho más romántica y sensual, ya que
recuerda una noche de amor a orillas del mar. El repertorio letón se completó con una
canción de Jäseps Mediņš (Sueños), otro de los grandes compositores de música de
dicho país y que tiene como protagonista al sonido del koke – instrumento nacional de
Letonia, cuyo sonido remeda a una cítara-, con una bella línea melódica.
No faltaron las grandes arias de ópera verista italiana, comenzando por “Ió son
l’umile ancella” de ADRIANA LÉCOUVREUR de Cilea ni el aria de Santuzza (“Voi ió
sapete, o mamma”) de CAVALLERIA RUSTICANA de Mascagni, donde se pone de
manifiesto la angustia de la protagonista al revelar a Mamma Lucía que su hijo Turiddu
mantiene un amorío secreto con Lola, sino también su deshonra y el hijo que alberga en
sus entrañas. Tampoco faltaron las de zarzuela, donde Garanĉa eligió para esta ocasión
dos del compositor valenciano Ruperto Chapí: “Cuando está tan hondo” de EL
BARQUILLERO y la célebre “Carceleras” de LAS HIJAS DEL ZEBEDEO. Lo que
sorprendió fue el aria elegida para cerrar el recital: “Art is calling for me” del irlandés
Victor Herbert, perteneciente a la opereta THE ENCHANTRESS (LA ENCANTADORA),
compuesta en 1911 durante su estadía en Estados Unidos, que narra la historia de la
prima donna de la ópera Vivien Savary, quien es presionada por el Ministro de Guerra
de Zergovia -Ozir- para seducir al príncipe Iván. Si éste se enamora de una plebeya,
debe abdicar al trono y, por lo tanto, Ozir se transformaría en el regente de dicho país.
Pero como Vivien se enamora de Iván, le pide al malvado Ozir los papeles de abdicación
y se encarga de destruirlos. Mientras tanto, la princesa Stellina – quien desea ser artista
y no quiere saber nada de política- es quien canta esta célebre canción en tiempo de
marcha, donde la protagonista quiere ser una prima donna. La encarnó con gracia y
simpatía, lo que le valió una ovación de aplausos.
Desde ya, no faltaron los bises, comenzando por la célebre Habanera de CARMEN
(tras recibir un ramo de rosas), siguiendo con una bellísima y magistral versión de
Música proibita (Música prohibida) de Carlo Campogalliani; la infaltable O mio
babbino caro de GIANNI SCHICCHI y, luego de una pausa, un tango que cantó por
primera vez y que lo interpretó muy bien: Mi Buenos Aires querido, de Gardel. Luego
de una lluvia de aplausos y, cuando todo el mundo se estaba retirando, Elina Garanĉa y
Malcolm Martineau volvieron a presentarse sobre el escenario para despedirse con “La
Nana” de las Siete canciones españolas de Manuel de Falla. Ahí se cerró
definitivamente el recital.
A diferencia de los otros conciertos del ciclo -donde aparecieron sorpresivamente de
manera no anunciada figuras de la talla de Arturo Chacón- Cruz en el recital de
Jonathan Tetelman y Germán Alcántara en el de Aigul Akhmetshina, respectivamente-,
aquí no hubo acompañamiento ni dúos, pero tampoco hicieron falta. Se produjo el
retorno y la reaparición triunfal de una gran voz en toda su plenitud sobre el escenario
del Colón frente a un público que la ama. Ojalá que la próxima vez sea para cantar una
ópera completa con toda la sensualidad y exquisitez de su voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario