martes, 28 de noviembre de 2017

MIDORI: EN LA CUMBRE DEL VIRTUOSISMO

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires; Director: Enrique Arturo Diemecke. Solísta: MIdori (Violín). Programa: Obras de Chavez, Bernstein y Villa-Lobos. Teatro Colón, 23 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 Antes del Comienzo, Enrique Arturo Diemecke se dirigió a la concurrencia para anunciar que el Concierto estaba dedicado a los cuarenta y cuatro tripulantes del A.R.A. “San Juán” y a sus Familias, como una manera  de estar junto a Ellos y en la esperanza de que aun  puedan ser hallados con Vida. En prueba de ello solicitó un minuto de aplausos, los que de manera sostenida por parte de todos prorrumpieron en todo el ámbito de la sala y que tal vez hallan sido escuchados por Familiares y Allegados a través de la transmisión radial.  Al momento de escribir la presente crónica, se esperaba con ansiedad el inicio de los trabajos de rescate por parte de los equipos enviados por la Federación Rusa,  la  que se sumaba de esta forma a la imponente ayuda internacional que Ntro. País está recibiendo por estas horas. Hago extensivo mi voto por la pronta aparición del navío y por el buen destino de los cuarenta y cuatro compatriotas allí atrapados.

  Esta velada compuesta por obras emblemáticas de creadores de Ntra.America toda, tuvo epicentro en la actuación de Midori, la exquisita y aun joven violinista Japonesa, a varios años de su ultima presencia entre Ntros y de la mano de la Obra mas emblemática de su repertorio como es la “Serenata a Partir del Simposio de Platón” de Leonard Bernstein, incluída en el programa en representación del extremo norte del continente. Diemecke recordó al Público que Midori fue solista de esta obra a los doce años de edad, dirigida por el mismo Bernstein al  frente de la New York Philarmonic y que en dos oportunidades durante esa velada debió intercambiar instrumento con el Concertino (Tratándose de esa Orquesta, entiendo que se trataría de Glenn Dickterow) ante la rotura de cuerdas de ambos violines empleados durante la interpretación, hecho que por si solo motivó figurar en la tapa del “New York Times” La obra, dividida en cinco movimientos en los que (tomando e lrelato histórico) se retrata a los mas famosos comensales que Platón recibiera en su banquete para tratar un determinado tema. Asi aparecen Fedro, Pausanias, Aristófanes, Erixímaco, Agatón, Sócrates y Alcibíaddes. Su estructura es basiamente tonal, las descripciones de cada personaje  son trazadas en cada fragmento acorde  con la personalidad que la historia y los historiadores han descripto a cada uno de ellos   Para Fedro un “Lento”. Pausanias es motivo de un “Allegro”. Aristófanes es descripto en un “Allegretto”, Erixímaco en un “Presto”. Agatón mediante un “Adagio” .Sócrates en un “Molto Tenuto” y Alcibíades en un “Allgro Molto Vivace”. La música transita por diferentes carriles. En una gran parte aparecen detalles característicos del Bernstein de esa época que harán eclosión en la partitura de “West Side Story”. Pero por otra parte surgen influencias de Mahler y Shostakovich, dos de los músicos cuyas obras fueran dirigidas por “Lenny” en innumerables ocasiones alcanzando cumbres interpretativas a mi juicio aún no superadas (sobre todo en el primero de ellos). Midori hizo gala de un exquisito refinamiento y una técnica insuperable. No sería descabellado decir que hoy por hoy es la máxima interprete de la obra, y lo mas importante es que pudimos apreciarla en la plentud de sus medios (muy abundantes por cierto), acompañada de manera magistral por Diemecke y la Orquesta y con especial lucimiento de Carlos Nozzi en el solo de violonchelo y del Concertino Delmir Lulja en su breve aparicón solista. La gigantesca y merecida ovación trajo como consecuencia una imponente versión del Preludio de la Partita en Mi mayor de Bach que sacudió a la concurrencia.

  Antes y después hubieron dos trabajos de formidables creadores americanos. Hablar de la Sinfonía Nº 2 “India” de Carlos Chavez es hacer referencia a una colorida pintura de Mexico, sus tradiciones y su rica y formidable cultura. Y justamente Diemecke expresó como pocas veces este concepto con una versión plena de colorido, sonido y formidable empaste. Y para el cierre, se escuchó, tal vez por vez primera la Sinfonía Nº 4  “La Victoria” del Brasileño Heitor Villa-Lobos. Cada vez que van apareciendo en los atriles los trabajos de este inmenso creador es renovar la admiración y el asombro ante la belleza de su música, Esta página de 1919 está dedicada al triunfo de los “Aliados” de entonces y la lógica finalización por ello de la Primera Guerra Mundial. Mientras  en Nrra. Tierra Gilardo Gilardi lo hacía con un “Requiem” a la memoria de los caídos sin importar el bando, Villa-Lobos lo efectuó para los ganadores con una página de contornos algo ampulosos y una frondosa orquestación. Ello levó a que en algunos momentos los bronces y la percusión extinguieran por completo el sonido de la cuerda, no pudiendo apreciarse (al menos desde mi posición el la sala, Fila Nº 6) parte de ese discurso orquestal, no obstante ello  la labor fue ampliamente satisfactoria y así lo ratificó una vez mas el aplauso del soberano.


Donato Decina

lunes, 20 de noviembre de 2017

APUNTANDO SABIAMENTE HACIA EL FUTURO

Orquesta Sinfónica Nacional: Concierto final de la Capacitación para Jóvenes Directores de Orquesta, dictado por los Maestros Pedro Ignacio Calderón y Hadrian Avila Arzuza. Programa: Sinfonía Nº 5 en Do sostenido menor de Gustav Mahler. Directores : Natalia  Salinas (Primera Parte), Edson de Toledo Piza (Filho) (Segunda Parte) y Javier Mas (Tercera Parte). CCK-Sala Sinfónica, 17 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

  A comienzos del corriente año cuando se anunció la programación de la Sinfónica Nacional, tomamos conocimiento de esta actividad de capacitación para Jóvenes Directores de Orquesta. También el hecho de que se abordaría un repertorio compuesto por obras de Gustav Mahler y que los dictantes del mismo serían Pedro Ignacio Calderón (Director Emérito de la Sinfónica) y Hadrian Avila Arzuza (Titular de la Sinfónica de Córdoba).

  Una vez mas, antes del comienzo se escuchó la palabra de la violonchelista María Eugenia Castro Tarchini manifestando que aun no se registran avances en el diálogo con las autoridades del Ministerio de Cultura de la Nación para la solución de problemas existentes en la Orquesta. Estos son, Concursos para la efectivización de cargos vacantes. Pago y puesta al día de los contratos de músicos que transitoriamente cubren esas vacantes, los que en muchos casos registran muchos meses de atraso. Pago de los contratos adeudados a Directores de Orquesta invitados (algunos de los cuales provienen de la gestión anterior que culminó hace casi dos años) y que aún así por respecto al Director Emérito de la Orquesta, su Asistente en el curso, los participantes del mismo y el Público asistente, ofrecerían el concierto vistiendo ropas de calle como en las últimas ocasiones.

  Ingresaron luego los Maestros Calderón y Avila Arzuza, tomando el primero la palabra para explicar las características del curso, el hecho de que en una primera instancia se hicieran las practicas con versión a dos pianos, los que fueron conducidos por las Pianistas Irene  Amerio y Paula Peluso, a quienes agradeció calurosamente tanto como a la Orquesta Sinfónica Nacional por su compromiso con esta actividad. Luego explicó de manera suscinta y sencilla para el público la obra, manifestando que se la interpretaría tal como marcó Mahler en la partitura, es decir, una primera parte con los dos movimientos iniciales (Marcha Fúnebre y Tormentoso), la central (Scherzo) y la final (Adagietto y Allegro  Giocoso), explicando los detalles de cada uno de ellos.

  Apareció entonces la Joven Natalia Salinas para conducir la primera parte. Tuvo presencia y gestos muy precisos, con una Sinfónica magníficamente ajustada y comprometida desde el vamos con la interpretación, sin fisuras y con especial lucimiento durante todo el primer movimiento de la Trompeta solista con magnificas intervenciones.  El “Tormentoso” que cierra esta primera parte tuvo una estupenda intervención de los bronces y aquí cabe consignar que la acústica de la Sala Sinfónica del CCK juega a favor de ellos por sobe el resto del orgánico. Sin embargo (y esto ocurrió durante toda la noche) cuando los mismos no tenían intervención el resto lucía a pleno, se percibieron absolutamente todas las familias de instrumentos con una transparencia total y ello puso de manifiesto el ajuste alcanzado.

  Para la segunda parte (Scherzo), se hizo cargo de la conducción el Brasileño Edson de Toledo Piza (Filho.) Es uno de los tramos mas difíciles de la partitura, con fuerte dominio de los valses sean estos los típicos vieneses o los “Ländler” de la campiña Austríaca. Es una bisagra. Aquí Mahler marca una renovación, despidiéndose del clima de sus primeras cuatro obras (en donde los elementos folcklóricos de la campiña tienen especial preponderancia) para emplear una escritura de mayor universalidad. Toledo Piza logró estupendas respuestas del sector de los cornos, con el solista luciendo a pleno en sus dos decisivas intervenciones dentro de este movimiento. En cuanto a la respuesta del orgánico completo, tuvo momentos de absoluta intensidad, canto pleno y muy buen empaste. Si bien en un pequeño pasaje hubo un pequeño desacople, no afecta el resultado final de la intervención del conductor Brasileño.

  La tercera y muy decisiva parte fue confiada a Javier Mas, titular de la Sinfónica de Tres de Febrero, trompetista de la Filarmónica de Buenos Aires y Pianista. Lleva tal vez mas experiencia que sus otros dos colegas, hace con frecuencia repertorio de cámara y en lo personal tuve la oportunidad de apreciarlo conduciendo de manera excelente y con un conjunto reducido la versión de “El Barbero de Sevilla” de Rossini para el Ensamble Lírico Orquestal que Uds. podrán hallar en este blog. Le cupo los fragmentos de mayor vuelo poético. Hablar del Adagietto ya es una redundancia. Tal vez sea la página mas conocida de Mahler, ya sea como pieza individual, como fragmento de Ballet y por supuesto como parte de esta sinfonía. Hubo “tempi” muy justo, ajuste, canto de buen vuelo. A mi juicio puedo señalar que no enlazó la última nota de este fragmento casi cuando ya se extingue con la primera del último a cargo del corno que es la misma y que revelan unidad de criterio. Aun así y también mas allá de un desacople de bronces en un pasaje, su  labor fue de excelencia y tampoco este percance desmerece en modo alguno su trabajo, el que en la coda final fue brillante, rematando de manera contundente la entrega que estos tres jóvenes Directores ofrecieron.

  Con los aplausos sostenidos de la concurrencia, salieron los tres acompañados por sus profesores. Y aquí Calderón retomó la palabra para felicitar a los interpretes y a la Orquesta, y decirle a esta que “A Mahler ya lo tienen en caja”. No podía ser menos ya que justamente fue Calderón quien introdujo de lleno a la Sinfónica en este repertorio, como lo hiciera desde 1969 con la Filarmónica   Que generosamente a sus ochenta y tres años y con total sabiduría transmita su experiencia a los jóvenes y lo haga acompañado de otra joven figura (Avila Arzuza), con una formación diferente a la de El, pero que evidentemente también compartió en plenitud esta labor (no olvidar que surgió a Ntro. Conocimiento en el recordado curso de Charles Dutoit en el Colón junto a Gustavo Dudamel y a Alondra de la Parra, interpretando en el final de ese curso “Petrouchka” de Stravinsky en la Sala del Colón al frente de la Filarmónica), hace a que debamos aprovechar a pleno esta circunstancia para reiterar esta experiencia y sembrar para cosechar nuevos talentos futuros que la música clásica ya reclama.



Donato Decina
UN INTERPRETE EXTRAORDINARIO

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Decimoquinto Concierto de Abono, Director: Carlos Prazeres. Solista: Peter Donohoe (Piano), María Constanza Leone (Voz solista integrante del Coro de Niños del Teatro Colón), Coro de Niños del Teatro Colón, Director: César Bustamante. Programa: Obras de Tchaickovsky y Vaughan Williams. Teatro Colón, 16 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION. MUY BUENO.

  Este concierto estaba programado bajo la  Dirección de Enrique Arturo Diemecke, al llegar la gacetilla del Colón (Una semana antes de la fecha) nos anoticiamos que Carlos Prazeres, un joven conductor Brasileño,  titular de la Sinfónica de Bahía, sería quien conduciría a la Filarmónica. Y realmente para El constituyó un desafío en sí mismo, ya que lo haría con un programa pautado de antemano, sin posibilidad de modificación, el que incluía además un estreno Argentino de una Sinfonía de uno de los mas grandes compositores Ingleses de los últimos sesenta años.

  La sesión comenzó con la presencia del Pianista Inglés Peter Donohoe, quien retornó al escenario del Colón después de tres años para abordar el Segundo Concierto para Piano y Orquesta de Tchaickovsky. Obra de mayor canto, desarrollo y de amplias exposiciones tanto para el Solista como para la Orquesta, la que luego de cada ocasión en que se la escucha se comprende el porque no se la programa mas asiduamente (tanto como al Concierto Nº3) y también poner en su justa dimensión al Concierto Nº 1 , el que ante los otros dos es una obra decididamente gigantesca. Donohoe posee extraordinaria musicalidad , seguridad, toque brillante y muy preciso y tuvo pleno entendimiento con la Orquesta. Prazeres logró de la misma muy buena respuesta con pasajes de sonido pleno y brillante. Fue una muy buena versión tras lo cual Donohoe retribuyó generosamente los aplausos con dos bises también de Tchaickovsky: un movimiento de sonata y un pasaje de “Las Estaciones”.

  La obra de fondo elegida fue la primera audición Argentina de la Sinfonía N 7 “Antártica” de Ralph Vaughan Williams. Obra en la que el compositor empleó material que compusiera para la Banda Sonora del film “Scott of the Antarctic”, el que narra las dramáticas vicisitudes por las que atravesó la expedición que Robert Scott encabezó hacia el Polo Sur en 1911 a través del continente Antártico, compitiendo con otra similar encabezada por el Noruego Roald Amundsen (la que finalmente sería la que arribó al Polo Sur en Primer Lugar).  Scott y sus hombres (luego de que se anoticiaran en ser los segundos en alcanzar el objetivo), cometieron errores llamativamente groseros en la planificación, las que se agravaron durante la travesía de regreso de manera dramática, a tal punto de que todos los integrantes de la expedición murieron en ese trayecto. Estamos entonces ante una obra programática, la que describe desde las ansias por el comienzo, la descripción de la inmensidad del inhóspito territorio que deberán atravesar, las especies animales que lo habitan (Ballenas y Pingüinos),  los problemas que van acentuándose durante la travesía y el drama final con su trágico desenlace.

  La orquestación que Vaughan Williams empleó en este trabajo, concebido para banda sonora en 1948  y transformado en Sinfonía en 1952/53, para que Sir John Barbirolli lo estrene ese mismo año al frente de la Halle de Manchester, es amplísima. Emplea los instrumentos de la Orquesta tradicional, mas una nutrida batería de percusión, la que incluye  campanas, máquina de viento, glockenspiel, vibráfono y los otros instrumentos usuales, órgano y voces femeninas con una vocalista principal. Me voy a detener en este punto, para señalar que para estos pasajes se empleó al Coro de Niños del Teatro Colón muy bien preparados por César Bustamante que realizó en forma magnífica su labor, sobresaliendo la Niña María Constanza Leone como solista, muy segura en lo suyo. Pero como ocurriera en la última ocasión en que se interpretó “Los Planetas” del también Británico Gustav Holst, son obras consignadas a voces femeninas. No se entiende el porque no se convoca a otras agrupaciones vocales para la cobertura de estos pasajes. Se sabe bien (y desde hace años), que el Coro Estable solo ensaya en sus horarios en que prepara ópera y que para hacerlo en Conciertos sinfónicos junto a la Filarmónica (en donde se ensaya en otro horario) lo hace solamente si se lo considera como horas extras, obviamente con pago adicional. Emplear al Coro de Niños, significa un altísimo riesgo tanto por el hecho de exponerlos en obras que no están originalmente escritas para sus registros vocales, como tambien que en caso de no ser satisfactoria la intervención resiente el producto final ofrecido . En “Los Planetas” se notó esa falencia, dado que no solo incluye voces infantiles, sino que lleva también voces femeninas. Aquí, Bustamante y, obviamente, el Director Prazeres , trabajaron de modo tal  que esa carencia no se notó por completo. Si bien la escritura musical de Vaughan Williams se asemeja en mucho a la de Holst (lo que no significa de ninguna manera de que haya plagio), aquí hubo margen para que se adapte mas para la intervención de voces infantiles.

  Como expresé anteriormente, hay música descriptiva y también para cada movimiento citas de escritores, pasajes bíblicos y del propio Robert Scott para ejemplificar cada pasaje, los que a elección del Director se podrán recitar o leer antes de cada uno de ellos. Aquí no ocurrió. Prazeres logró extraerle a la Filarmónica un sonido brillante, intenso, el que se fue tornando oscuro, como corresponde, con el transcurrir de la partitura. Sin embargo, a mi entender, no alcanzó la intensidad dramática que el final de la obra tiene, por lo que la versión fue correcta pero carente del “Plus” que ese final exige.

  Esperemos que en nuevas oportunidades se presenten las versiones tal como marcan los compositores y sin improvisar.



Donato Decina
CON ABSOLUTA INTELIGENCIA

 Teatro Colón, Abono Verde 2017: Recital de Denyce Graves (Mezzosoprano), acompañada por Laura Ward (Piano). Programa: Obras de Vaughan Williams, Quilter, Falla, Bizet, Cilea, Gershwin y Spirituals Tradicionales. Teatro Colón, 15 de Noviembre de 2017

NUESTRA OPINION: MUY BUENO
  El Colón culminó su abono verde con el recital de la Mezzosoprano Denyce Graves, quien reemplazó a la anunciada Jessye Norman, quien comunicó la cancelación de su concierto (y de la totalidad de su proyectada gira) debido a un problema de salud. Graves se presentó acompañada por la pianista Laura Ward, quien se reveló como una excelente acompañante, que tiene el “tempi” justo para cada obra que se aborda, deja respirar al interprete  y le da el pié y el clima adecuado para la interpretación.

  Hasta último momento el programa presentado sufrió alteraciones. El definitivo se conoció por vía mail, no estaba impreso en el programa de mano y no hubo anuncio por micrófono a la concurrencia, previo al inicio, de la conformación final. Se inició con “Let Beauty Aware” segunda de las nueve “Canciones de Viaje” de Ralph Vaughan Williams, el gran compsoitor Inglés, que nos mostró a una Graves que posee plenamente el esmalte de su voz e inteligencia absoluta para el canto.  Continuó con tres canciones del también Ingles Roger Quilter  “Fair House of Joy” (de las 7  canciones “Elisabethianas” del Op. 12), “Now Sleeps de Crimson Petals” (de las “3 Canciones” del Op. 3) y del mismo ciclo, la anunciada originalmente “Love’s Philosophy”, las que fueron incrementando el voltaje de la velada  y en las que surgieron los primeros aplausos sostenidos. Aquí ya se la pudo apreciar, como dije anteriormente, cantando con inteligencia, con emisión segura, manejo del fiato y regulando por completo la respiración.  Continuó luego con las “Siete Canciones Populares Españolas” de Don Manuel de Falla, vertidas en un correcto castellano e inclusive permitiéndose deslizarle a la concurrencia algunos guiños alusivos al texto de cada canción que arrancaron sonrisas al público y concluir la primera parte con la “Habanera” de Carmen de Bizet en donde la calidad estuvo plenamente vigente y la categoría de la interpretación estuvo fuera de toda discusión, recordándonos el porque fue una de las grandes interpretes del personaje a finales del siglo pasado y comienzos del presente, como en el Colón junto a Neil Shicoff, conformando una pareja protagónica de las mas grandes que se hayan visto en Ntro escenario.

  La segunda parte tuvo comienzo con una extraordinaria versión de “Acerba Volutta” de “Adriana Lecovreur” de Cilea en donde hubo desde una fuerte presencia escénica hasta un magnífico decir. Una inteligente selección de canciones de George Gershwin, algunas en arreglos de John Conahan, continuaron el recital “The Man I Love” con un final con un “You” señalando a un espectador al mejor estilo Frank Sinatra, Summertime (de Porgy and Bess, adaptada por Conahan a registro de mezzo y en tiempo de jazz) y tres canciones absolutamente hiladas entre sí: “Someone to watch over” (estupendamente dicha) “Embraceable You” y “Somebody Loves Me”, que ratificaron la calidad interpretativa de Graves. Y Finalmente cuatro Spirituals tradicionales Norteamericanos en arreglos de Marvin Mills los dos primeros, Moses Hogan y Hall Johnson los dos últimos y fueron. “Every Time I Feel The Spirit”, “Swing Low, Sweet Chariot”, “Deep River” y “Witness”, en todos ellos entonó magistralmente, reflejó la esencia de la música norteamericana, y mas aún, ratificó el porque las voces de raíz “afro” son las mas reconocidas en este repertorio.

  Cuatro generosos bises redondearon una noche magnífica. “ Mon Coeur souvre a ta voix” de “Sansón y Dalila” de Saint-Saëns (magníficamente interpretada), “Canto Negro” de Xavier Montsalvage, “I bought me a Cat” de Copland y un cierre impresionante con “Oh Sussanah” de Foster, que mostraron a una Graves mas vigente que nunca.


Donato Decina
REPERTORIO FRANCES CON INTERPRETACIONES DE ALTO VUELO

Nuova Harmonía, temporada 2017. Presentación del Dúo de Pianos conformado por Marcela Roggeri y François Chaplin. En programa: Obras de Saint-Saëns, Poulenc, Milhaud, Debussy, Ravel y Satie. Teatro Coliseo, 14 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

 En una velada que tuvo todos los ingredientes del impresionismo francés de comienzos de siglo, la Argentina Marcela Roggeri y el Francés François Chaplin se prodigaron en la interpretación e hicieron las delicias del público que francamente satisfecho con todo lo escuchado se retiró de la sala del Coliseo. La velada titulada “Paris les Annés Folles, le Boeuf sur Le Toit”, símbolo de la bohemia parisina de los años de las décadas del diez y el veinte del pasado siglo, de la composición de Darius Milhaud de la década del treinta del mismo siglo inspirada en una visita a Brasil, que fue usada para denominar de esa forma a un restaurant de París que aún hoy existe y fuera reducto de la “Bohemia” y las obras que marcaron un rumbo y una época de la música.

 Y para el comienzo Saint-Saëns y su “Danza Macabra” en una versión vibrante, plena de intensidad. Comienzo ideal para luego abordar una serie de composiciones de Francis Poulenc: “Elégie”, ” L’embarquement pour Cythère”, “Capriccio (d’après Le Bal masqué)” que tuvieron, colorido, calidez, cohesión y empatía de los dos interpretes. A Poulenc se volvió en la segunda parte con el vals “Les chemines de l’amour” el  que tuvo el necesario aire melancólico que la página contiene en uno de los momentos de mayor voltaje emotivo de la noche. En el centro de la pimera parte se ubicó el mencionado trabajo de Milhaud, el que fue recreado con el exacto toque “Brasileiro”, luciendo a pleno todos los detalles que el compositor incluyó de la música popular brasileña y cerrar con una estupenda versión del “Preludio a la Siesta de un Fauno” de Debussy, vivo, intenso, para acometer del mismo compositor y en el inicio mismo de la segunda  parte con la versión a dos pianos de la “Petite Suite”, llena de color, con momentos de gran virtuosismo por parte de ambos pianistas. Una sentida versión de “Pavana Para Una Infanta Difunta” de Ravel con su  atmósfera de melancolía tuvo su contrapeso con una arrolladora versión de “Je te Veux” de Erik Satie, pleno de alegría y para el final una intensa versión de “La Valse” de Ravel con un final tal vez demasiado apresurado, pero que de ninguna manera desmerece todo lo expuesto por ambos interpretes, los que se prodigaron absolutamente, tuvieron plena conexión, y desplegaron técnica formidable.

  Hubo dos obras fuera de programa, el célebre vals “Las Hojas Muertas” y una obra de Norbert Glansberg, co-autor de Padam-Padam  (célebre éxito de Edith Piaf), que no hicieron mas que redondear una noche y un trabajo estupendos.


Donato Decina

sábado, 18 de noviembre de 2017



COLORIDA, POETICA Y BIEN INTERPRETADA

Teatro Colón, temporada 2017, Opera: “Russalka”, Opera en tres actos. Música: Antonin Dvorak, Libreto: Jaroslav Kvapil, basado en los cuentos de Jaromir Erben y Bozena Nemcova. Interpretes: Ana María Martínez (Russalka), Dimitry Golovnin (Príncipe), Ante Jerkunica (Vodnik), Elisabeth Canis (Jezibaba), Marina Silva (La Princesa Extranjera), Oriana Favaro-Rocío Giordano-Rocío Arbizu (Ninfas del Bosque), Sebastián Sorrarain (Guardabosque/Mayordomo), Cecilia Pastawski (Niño de la Cocina), Fermín Prieto (Voz del Cazador),Franco Cadelago (Acompañante de Jezibaba). Escenografía: Jorge Ballina. Vestuario: Eloise Kazan, Iluminación: Víctor Zapatero, Coreografía General y del Acompañante de Jezibaba (Basada la Primera en el Original de Carlos Carrillo): Franco Cadelago. Coro Estable del Teatro Colón: Director: Miguel Martínez. Orquesta Estable del Teatro Colón, Dirección: Julian Kuerti. Dirección Escénica: Enrique Singer. Producción del Teatro de Bellas Artes de México. Teatro Colón, Función del 10 de Noviembre de 2017.




NUESTRA OPINION: MUY BUENO

  Y después de 109 años, el Colón comenzó a saldar su cuenta pendiente con Dvorak. Lo hizo trayendo a escena “Russalka”, el título mas famoso (y ambicioso) del genial creador Bohemio, luego de que  “Buenos Aires Lírica” tuviera el honor de ofrecerlo por vez primera en el Teatro Avenida, tras varios intentos infructuosos realizados por el “Off Colón” (De los cuales en uno fui testigo directo. La exhorbitancia solicitada en concepto de arrendamiento del material Orquestal impidió tal objetivo, para el cuál estaba apalabrado como conductor el extinto Reynaldo Zemba, acaso el máximo especialista en Dvorak que hubo en Ntro. Medio). Esta vez Ntro. Máximo escenario lo logró con un convenio dejado por la gestión Loperfido por el cuál se trajo la producción que Enrique Singer (Realizador Mexicano) montó para el Teatro de Bellas Artes de la Capital Azteca.

  Y vayamos entonces a esa realización visual. Clásica. Excelentemente Iluminada. Adaptada al escenario del Colón dada la mayor boca de escenario y profundidad del mismo pero en donde todos los elementos estuvieron en su lugar. La historia de esta “Sirena” que quiere ser humana y poder amar, pero que termina despojada de su condición, para terminar regresando repudiada sin poder retornar a su forma original, fue plasmada con nobles recursos. El Bosque, marcado por superficies coloridas. El agua y la profundidad del lago, resaltadas por un cerramiento que subía y bajaba según las circunstancias dando el deseado efecto de la profundidad del lecho. Del mismo modo en que las Ninfas entraban dentro de este marco suspendidas en el aire mediante arneses que permitían visualizarlas con un efecto de estar nadando. El palacio del príncipe en el segundo acto, marcado por cercos y escalinatas convenientemente distribuidos y de ahí la muy buena ubicación de los interpretes en la escena. Y finalmente la muy buena resolución del acto final (y la escena final de la obra) con el príncipe entregado a la muerte por amor con sugerente marcación, realizada con muy buen gusto. Todo esto conlleva a que Ntro. Público reciba de muy buena manera la puesta y en su gran mayoría la considere como uno de los mejores espectáculos visuales del año. En lo personal, prefiero una mayor imaginación y creatividad, pero no dejo de reconocer, ni quitar mérito alguno, a que el espectáculo tuvo categoría, con momentos decididamente poéticos en cuanto a efectos lumínicos desarrollados por Jorge Ballina que realzaron la escena por completo. Otro tanto le cabe a la realización de vestuario, a cargo de Eloise Kazan, absolutamente de Epoca y a tono con la escena. Y para redondear la labor, una muy adecuada coreografía del segundo acto a cargo de Franco Cadelago, basada en el original Mexicano de Carlos Carrillo que patentizo el clima de burla al que es sometida la protagonista vista su condición de habitante de los bosques (casi una salvaje), la que además no emite ningún sonido, quebrando este asfixiante silencio  la aparición de su progenitor con el que mantiene un desesperado diálogo, mas la personal, dando vida al asistente de Jezibaba, la hechicera que resaltó mas la acción de ese personaje.

  En lo que respecta a los aspectos musicales, Julian Kuerti, Joven Conductor Canadiense, realizó una concertación muy buena, con un  rendimiento superlativo del orgánico orquestal. El lenguaje musical del Dvorak de esa época quedó expuesto sobremanera alcanzando el pleno colorido que la orquestación contiene. La comunicación con el palco escénico fue plena, por lo que la resolución del trabajo fue sencillamente estupenda. El Coro fue convenientemente preparado por Miguel Martínez, desarrollando sus intervenciones con plena justeza.

  Y finalmente lo vocal. Ana María Martínez fue una conveniente protagonista. Emitió correctamente, tuvo expresividad y expuso oficio y autoridad escénica para transmitir las ansias, angustias y todo el drama con el que la obra se cierra. Dimitry Golovnin es un buen tenor Ruso que tiene una formación ideal para roles eslavos. Dueño de un  portentoso caudal vocal, sin embargo adoleció de una falta de refinamiento para algunos pasajes como el de la escena final. Empero, su desempeño fue muy correcto. Ante Jerkunica  como Vodnik, Padre de la Protagonista, fue la Voz de esta presentación. Autoridad escénica, caudal amplio que corre por toda la sala, técnica impecable. Ojalá podamos contar con El en nuevos títulos. Elisabeth Canis (Jezibaba del estreno Argentino), volvió a lucir con este personaje, mostrando buena actuación y compensando con sobrado oficio algún déficit vocal. Marina Silva fue la Voz femenina, arrasando con su interpretación de la princesa extranjera (También como en el estreno en el Avenida), extrayéndole todo el jugo posible a su parte y ganándose la merecidísima segunda ovación de la noche detrás de la del bajo Jerkunica. Oriana Favaro, Rocío Giordano y Rocío Arbizu lucieron a pleno como las Ninfas del Bosque cumplimentándose absolutamente entre ellas y realizando un excelente trabajo actoral. Un simpático desempeño tuvieron tanto Sebsatián Sorrrain tanto como el Guardabosque  como en el rol de Mayordomo de Palacio y Cecilia Pastawski como el Niño de la Cocina (en este caso su escena frente a Vodnik y Jezibaba fue de especial lucimiento) y por último, Fermín Prieto como la Voz del Cazador ( la que en esta puesta aparece en escena) sacó provecho absoluto para esta breve intervención.

  Dvorak realizó muchos otros trabajos para la ópera algunos de los cuales poseen mucho valor, esperemos que no tengamos que pasar mas de un siglo para poder apreciarlos

Donato Decina.



miércoles, 15 de noviembre de 2017

UNA VERSION IMPONENTE

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Decimocuarto concierto de abono, Director: Vladimir Verbitsky. Solistas: Cuarteto Gianneo. Luís Roggero-Sebastián Masci (Violines), Julio Domínguez (Viola), Matías Villafañe (Violonchelo). Programa: Obras de José María Castro,  Eugene Ysaÿe y Dimitri Shostakovich. Teatro Colón, 09 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

  El decimocuarto concierto de Abono de la Filarmónica nos mostró la reposición siempre bienvenida de una obra argentina, con el aditamento de mostrar la rara disposición de cuarteto solista y orquesta de cuerdas. Otra obra, en este caso de un reconocidísimo creador cuyos trabajos fueron fundamentalmente compuestos para Violín (que en este caso también reconoce la misma disposición que la obra anterior) y el cierre en el año del centenario de la Revolución Rusa, una obra del último gran sinfonista de la historia, descriptivo del que acaso haya sido el movimiento anticipatorio del advenimiento del Comunísmo en Rusia. Originalmente consignada a otro Director, finalmente la elección para la conducción de la velada recayó en Vladimir Verbitsky, veterano conductor Ruso, alumno del gran Yevgeny Mravinsky, con titularidades ocupadas en la Filarmónica Eslovaca, la Victorian Symphony de Melbourne (Australia) (Paradojas del destino, ese cargo fue ocupado entre 1952 y 1956 por Juan José Castro [Hermano de José María autor de la primera obra que se escuchó en esta sesión]) y que desde hace cuarenta años ocupa el Podio de la Filarmónica de Voronezh (Rusia) y también desde hace veinticinco lo hace en el de la Orquesta Sinfónica de Australia Occidental.   Para las obras iniciales se contó con el concurso del Cuarteto Gianneo, verdaderos especialistas en obras de cámara Argentinas, que también incluyen en el repertorio obras de los grandes creadores de la música.

  Precisamente el inicio (invirtiendo el Orden originalmente consignado), fue con  “Preludio y Toccata” del año 1949 compuesto por José María Castro. Obra de carácter Neo-Clásica que muestra un amplio desarrollo y momentos de intensa reflexión. Aquí el conjunto solista se acopló a la cuerda de la Filarmónica, pero la conjunción de ambas fuerzas no mostró todo lo que son capaces de brindar. En cambio en “Harmonies du Soir”, del Op. 31 de Eugene Ysaÿe, hubo mayor compenetración, mejores respuestas individuales de todos los integrantes del conjunto solista y la cuerda de la Filarmónica lució a pleno.  Esto fue decisivo para que el conjunto se luciera en un bis argentino “Gato al Estilo Popular” de Emilio Napolitano, con todo el color del Folcklore Argentino, arrancando la justiciera ovación de la concurrencia.

  El Cierre mostró una imponente versión de la Sinfonía Nº 11 en Sol mayor, Op. 103 “El Año 1905” de Dimitri Shostakovich. Obra descriptiva del asalto al Palacio de Invierno del Zar, primer movimiento de masas que anticipó en 12 años a la Revolución Comunista y que por cierto quedó grabada en la historia en el filme “El Acorazado Potemkin” de Serguei Einsenstein (famosa escena del cochecito de bebé cayendo por las escalinatas incluida en el filme y que a posteriori fue rememorada por muchos cineastas como Brian de Palma en su “Los Intocables”). Aquí Verbitsky hizo gala de su aprendizaje con Mravinsky, amigo dilecto de Shostakovich quien estreno varias de las quince sinfonías del gran genio Ruso. El ajuste, la tersura de las cuerdas, la justeza en bronces y vientos y la cuidada y ajustadísima percusión fueron las aristas salientes de una versión cuya tensión no decayó en momento alguno y cuyo remate lo fue con esa apoteosis final con el llamado de campana que sacudió por completo al auditorio. Sín dudas Verbitsky se hizo merecedor a una nueva invitación, la ganó con creces.



Donato Decina

martes, 14 de noviembre de 2017

DEMASIADO POCO

“Nuova Harmonia 2017”, Presentación de la Bucarest Symphony Orchestra, Director: Benoit Fromanger. Solistas: Joanna Wos (Soprano),  Tadeuz Szlenkier (Tenor). Programa. Obras de Enesco, Bellini, Puccini, Verdi y Tchaickovsky. Teatro Coliseo, 06 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: REGULAR.

  Si realmente cabe un elogio, sería a los representantes de artistas y (fundamentalmente) a quienes lograron insertar a los dos interpretes vocales Polacos en el marco de una gira de segundo circuito sudamericano de una Orquesta Sinfónica Rumana. Solo de esta manera puede entenderse el que se les haya dado cabida a dos voces que podrán (según rezan sus respectivos currículums) haber transitado años atrás escenarios de una cierta importancia, pero la realidad que ambos evidencian nos dice que hace ya un tiempo bastante extenso que las actuaciones de ambos se centran en la misma Polonia y en circuitos de tercer y cuarto nivel en la Europa del Este. En cuanto a la Gira en sí (luego de haber rastreado en la página oficial de la propia Orquesta), el centro de la misma ha sido justamente este concierto ya que antes y después lo han hecho en escenarios de menor importancia (Arraial D’Ajuda [Brasil], lugar de Turismo, la sala CorpArtes de Santiago de Chile y el Teatro Nacional de Lima [Que no es el Municipal, la sala lírica de mayor importancia]) y la Orquesta por sí sola actuó al día siguiente en “El Círculo” Rosarino (Envidio sanamente a Ntros. Compatriotas de allí el que hayan podido escuchar solo al conjunto Orquestal). El programa ofrecido, como muy bien lo desglosó mi Colega y Secretario General de la Asociación de Críticos Musicales de Argentina Carlos Ernesto Ure, debemos encararlo entre lo eminentemente sinfónico (Que fue bueno con picos de relevancia) y lo vocal. Si extraemos la “Rapsodia Rumana Nº 1” de Georges Enesco, que por supuesto debe estar presente en los atriles como representación de Rumania ante el mundo, el resto de la programación se asemejó mas al de una velada estival para público masivo que para  un abono de la talla de “Nuova Harmonia”. La parte vocal se compuso de arias, duetos y fragmentos absolutamente trillados (“Norma”, Tosca”, “La Boheme”, “La Traviata”, “Rigoletto”,  del que se excluyó “Parigi O Cara” de “La Traviata” sin que se informara al público. La constante de ambas voces fue, falta absoluta de matices, de fraseo, de interpretación. Todo fue vertido de igual manera desde la zona central de la voz hacia las notas altas, y en este punto, la Soprano Wos evidenció un vibrato que resultó muy molesto y el tenor Szlenkier notas peligrosamente cercanas al quiebre , el que finalmente se produjo en un pasaje de “Addio Fiorito assi” de “Madama Butterfly”. Desconexiones absolutas, como hacer individualmente los fragmentos de “La Boheme” desde “Che Gelida Mannina” hasta el final del acto, en donde los interpretes entraban y salían cuando la lógica era permanecer ambos de principio a fin, a tal punto que el ingreso conjunto para la interpretación de “O soave fanciulla” se demoró de tal manera que el Director Fromanger (que permaneció en todo momento en el podio) se dio vuelta hacia el público con un gesto de ir a buscarlos fuera de escena, lo que me hizo recordar al plantón de Angela Georghiu a Jonas kaufmann en la “Tosca” de Viena. Solo le faltó decir “Non abbiamo Voci”. Y el ingreso de ambos trajo la indicación de la Soprano a su compañero de donde se debía ubicar en el escenario, casi en un acto de “divísmo”. También fue evidente los visibles gestos de molestia del Conductor Francés  durante pasajes de esta actuación. Se lo percibió incómodo a tal punto que al término de la intervención formal de ambos cantantes en el concierto, los despidió en la puerta de la campana acústica y regresó de inmediato al podio sin salir del escenario.

  Lo mejor fueron, sin duda, los momentos puramente orquestales en donde se vió a una Orquesta Europea de muy buen sonido mate, con una exposición sumamente colorida de la mencionada Rapsodia de Enesco, una buena pintura de los fragmentos seleccionados que conformaron la  Suite de “Cascanueces”  que cerró la velada y, por sobre todo, la muy sentida versión de la Obertura de la querida “Innombrable” Verdiana, el punto mas alto de la noche, que el Director, previo a interpretarla, dedicó a Ntros. Cinco compatriotas Rosarinos muertos en el ataque de New York.

  El “bonus track”, con las dos voces nuevamente en escena, fue el Brindis de “La Traviata” tras lo cual Fromanger cerró la partitura de modo enérgico( al igual que para dejar la batuta en al atril) y, tras una nueva salida al escenario para retribuir los aplausos, ordenar “retirada”. Saque cada cual sus conclusiones.


Donato Decina



DIGNISIMO BROCHE DE ORO

Mozarteum Argentino, Temporada 2017, Concierto de cierre: Actuación de la “Capella Mediterránea” y el “Choeur de Chambre de Namur”, Director: Leonardo García Alarcón. Solistas: Mariana Flores, Marisú Pavón, Lucía Martín-Cartón (Sopranos), Evelyn Ramírez Muñoz (Mezzosoprano), Fabián Schofrín (Contratenor), Valerio Contaldo (Tenor), Matteo Bellotto (bajo). Programa: Michelangelo Falvetti (1642-1687): “Il Diluvio Universale” (Cantata para voces solistas, coro y ensamble de instrumentos), Composición: ca.1682.

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

  Fue el cierre soñado. Dentro de un año en el que no decayeron ni la calidad ni las sorpresas, el Mozarteum sumó un logro mas a su frondosa serie de realizaciones, esta vez de la mano del Argentino Leonardo García Alarcón, joven y talentóso músico, formado en La Plata y que se perfeccionara en Suíza de la mano de Christianne Jacottet como clavecinísta, devenir a posteriori en “Maestro a Cembalo” y de ahí el paso final, Director de Orquesta.
 Luego de una frondosa trayectoria como instrumentista, García Alarcón formó en Ambronnay (Suíza) la “Cappella Mediterránea”  y desde el año 2010 sumó también la titularidad del “Choeur de Chambre de Namur”. con  el concurso de ambos conjuntos, el Director fue jalonando un camino de frondosas realizaciones que incluyeron presentaciones en importantísimas salas del viejo continente, la difusión de las obras de los mas representativos compositores del genero barroco y el rescate de las dos mas ambiciosas obras de  Michelangelo Falvetti, sacerdote y compositor italiano que viviera entre 1642 y 1687. Si a Fabrizio Longo (Violinista, compositor y pedagogo italiano) le cupo el redescubrimiento y rescate de este trabajo y un “Nabucco” que sería muy importante poderlo escuchar en vivo en una nueva visita del Director y las agrupaciones, a Este último le cupo el honor de la exhumación y grabación del trabajo.
  Se trata de una cantata con una breve “Sinfonía” a modo de introducción y cuatro partes a saber “In cielo”, “In terra”, “Il Diluvio” e “In l’arca di Noé”. Basada en el relato del Libro del Génesis, las partes solistas fueron asignadas a Contralto (“La Justicia Divina”), Soprano 1 (Rad, Esposa de Noé), Tenor (Noé), Bajo (Dios), Contratenor o contralto (La Muerte), Soprano 2 (Naturaleza Humana), Soprano 3 (El Agua).  Al coro le cabe una labor muy importante. Tiene momentos de representación de los cuatro elementos, también como coro a tres y como coro a cinco. La narración  va desde la proximidad de la tormenta, describe la misma, la implacable ira de Dios y su castigo, el ahogo de los seres humanos en la medida en que el diluvio se acentúa, la victoria de la muerte, el nuevo pacto de Dios con la especie humana y la proximidad del arribo a tierra firme.

  El tratamiento musical incluye un conjunto de instrumentos parte de los cuales son los mas usuales pero  también resulta enriquecedor el aporte que efectúan los Cornetos y los trombones antiguos,  mas una interesante selección de instrumentos de percusión entre los que se incluyen pandero, algunos realizados en arcilla y un tambor de época, casi un derbake (instrumento utilizado en la música árabe fundamentalmente en las danzas).
    En ningún momento la obra decae en intensidad, es de una razonable duración (Una hora y veinte minutos) y tiene fragmentos de sublime belleza (Dúos entre Noe y su Esposa, los fragmentos de la Justicia Divina , el momento de la presencia de Dios, los fragmentos de la muerte (Llamativamente cierra su participación en un rítmo de Tarantella de tratamiento verdaderamente fascinante) y el coro de cierre que evoca la aparición de una paloma portando en su pico un ramo de olivo, símbolo de paz.

  Siete voces magníficas dieron vida a los roles, dentro de los debutantes absolutos el Bajo Matteo Bellotto como Dios, con soberbio caudal y magnífica presencia. La española Lucía Martín-Cartón como la Naturaleza Humana, por sobre todo en los fragmentos dramáticos, el tenor Matteo Bellotto, un estupendo protagonista y la Soprano Argentina Mariana Flores de descollante actuación como Rad la esposa de Noé la que debe ser tenida en cuenta por el Colón para repertorio Barroco.  Y Ntros, interpretes mas conocidos fueron: la Chilena Evelyn Ramírez de estupendo desempeño como l A Justicia Divina. Marisú Pavón como el agua con estupenda voz y el Contratenor Fabián Schofrin a quien hace mucho tiempo no escuchaba y que evidencio un formidable crecimiento para descollar con creces en el rol de La Muerte, único de los interpretes vocales caracterizados.

  El Coeur de Chambre de Namur es un formidable instrumento. Posse solido ajuste y  esta integrado por valiosos interpretes. La cappella, con el agregado de Manfredo Kramer como Concertino es una afiatada agrupación de música antigua hecha a imagen y semejanza de Leonardo García Alarcón que le extrae hasta el último detalle y justamente es el Director el responsable esta magnífica revelación, tal vez preámbulo de nuevas y deseadas visitas. .


Donato Decina

domingo, 5 de noviembre de 2017

EN EL OLIMPO


“Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea del Complejo Teatral de Buenos Aires”, Concierto Nº  3, Presentación del Ensamble InterContemporain (París, Francia). Programa: Obras de Boulez, Lazkano, Schoeller y Grisey. CCK-Sala Sinfónica, 03 de Noviembre de 2017.

NUESTRA OPINION: EXCELENTE (+)

  Una hora y veinte minutos en el Olimpo de la música. Decididamente no cabe otro calificativo para la impresionante experiencia vivida en la Sala Sinfónica del CCK. Y el Ensamble InterContemporain fue el vehículo que posibilitó llegar a ese destino. En primer lugar honor a la programación del ciclo de este año y saludar la presencia de Diego Fischerman  como Director del Ciclo a partir de la presente temporada. La vuelta de la fantástica agrupación Gala creada por Pierre Boulez en su inolvidable paso por el IRCAM de París, nos trajo para esta ocasión un programa integrado por cuatro obras de notables creadores desde la segunda mitad del siglo pasado hasta el presente, logrando en cada versión que el oyente quede con la sensación de haber llegado al fondo de cada trabajo, manteniendo siempre la tensión y el interés y que el resultado final sea el del pleno goce auditivo y haber asistido a una experiencia formidable.

  Esta sesión (la número tres del presente ciclo), denominada “Vórtice del Tiempo”, se inició con un trabajo de Pierre Boulez de 1969: “Improvise-pour le Dr. K”, dedicada al Dr. Kalmus, amigo del compositor,  lleva Piano y Cuatro Instrumentistas. Tiene interesante desarrollo, tras un comienzo con un tema bien hilvanado los músicos desarrollan la improvisación y el piano ejerce la función de columna vertebral del conjunto. Y puedo decir también que ejerció las veces de preludio a la siguiente obra presentada, Errobi2, Para Piano y Flauta y Clarinete bajos, que explora diferentes sonoridades y explota a pleno las posibilidades técnicas de los instrumentos que se utilizan y de los interpretes de los mismos. Tanto Emmanuelle Ophêle en Flauta Baja, como Alain Billard en Clarinete Bajo demostraron tener esos atributos expresados por mí en el párrafo anterior y una espectacular cobertura para ámbos desde el piano de Dimitri Vassilakis, el histórico pianista del grupo.

   Tuvimos luego oportunidad de escuchar de Phillip Schoeller “Madrigal” para Cuarteto con Piano en donde Diego Tosi en Violín, Odile Auboin en Viola y Eric-María Couturier en Violonchelo se sumaron a Vassilakis en el piano, y desarrollaron un trabajo muy interesante de búsqueda de la sonoridad, breve conciso y contundente.

  Pero lo fuerte fue la versión que todos los interpretes desarrollaron de “Vortex Temporum” de Gerard Grisey, obra de un cuerpo y  una densidad de tal magnitud que no le deja respiro al oyente y no otorga concesión alguna. Y aquí varios detalles, comienza con la exposición de un tema inicial que da paso a una larga exposición de Piano preparado, para una nueva sección a cargo de los instrumentistas que desembocará en la reaparición del primer tema, el que expuesto a fondo cerrará el trabajo. Fue sencillamente descollante. La calidad incuestionable de todos los interpretes hizo que la obra tuviese la tensión adecuada, que se llegara al fondo de la misma y que un impresionante Vassilakis entregara absolutamente todo, desde su impresionante técnica, su capacidad para la interpretación del piano preparado y la consustanciación con este tipo de repertorio. Una increíble noche y una experiencia gratificante.


Donato Decina