viernes, 29 de septiembre de 2023

 





                                  Servicio de Prensa Teatro Colón, Fotografía de Máximo Parpagnoli



Lehar – La viuda alegre

Teatro Colon – 28/09/2023

Con una producción del Teatro del Teatro La Fenice de Venecia,

en coproducción con la Fundación del Teatro Dell’Opera di

Roma, el Teatro Colon sube a escena la magnífica obra de Franz

Lehar “La viuda alegre”.

Si algo salva a esta nueva producción de “La viuda alegre”, es el

elenco de cantantes, quienes por otra parte han debido sufrir,

como viene ocurriendo últimamente con las puestas en escena

que presenta el Teatro Colon, una escenografía abierta, al

extremo de que sus voces se pierdan con la apertura del

escenario. Con solo mencionar el caso de Carla Filipcic Holm, de

quien nadie puede poner en duda sus cualidades vocales y el

caudal de su voz, se demuestra claramente que esta tendencia

de abrir el escenario sin ningún tipo de protección acústica para

las voces, hace desmerecer las cualidades vocales de los

intérpretes.

En el caso de Filipcic Holm quien estuvo estupenda vocal y

escénicamente, apenas podía escucharse la “Canción de Vilia”,

que se cantó desde una posición lejana a la boca del escenario,

perjudicando su estupendo trabajo vocal.

Rafael Fingerlos posee una bella voz baritonal y fue muy solvente

en la interpretación del rol del Conde Danilo.

Gran trabajo del tenor Galeano Salas, a quien ya conocimos en el

Colon por su participación como Rodolfo en La Boheme del 2022.

Buena línea de canto, bella voz y facilidad en la zona aguda.

La Valencienne, de Ruth Iniesta, fue muy bien actuada y cantada

de acuerdo a las características que la reggie pretendió

imponerle a su personaje.


Rutinaria dirección del Maestro Jan Latham Koening, quien

además permitió introducir elementos impensados por Lehar en

la partitura, como un grupo musical con bandoneón y batería

incluidos para interpretar las danzas folklóricas.

En la nota publicada en el programa de mano y firmada por el

Director escénico Damiano Micheletto, este afirma que “La

embajada (donde transcurre el primer acto de la obra), es un

lugar anónimo que no inspira fantasía”. Debe ser por este

personal razonamiento, que el Sr. Micheletto traslada la acción a

un Banco; seguramente un lugar “lleno” de fantasías;

comparable a Disneyworld. Es extraño, porque después de 118

años de éxito de esta partitura, alguien viene a descubrir que

Lehar estaba equivocado en la ambientación de su obra.

De ahí en más, las vicisitudes de La viuda alegre trascurren, no

para salvar al país Pontevedro de la bancarrota, sino para salvar

al Banco Pontevedro, de la bancarrota.

Por otro lado, se convierte al personaje de Nyegus,

(originalmente, secretario de la Embajada), en una especia de

“Hada Madrina”, que con un abanico y “polvos mágicos”,

interviene en la relación de las parejas protagónicas.

En definitiva, una puesta caprichosa y por momentos ridícula que

desmerece todo el sentido, la ambientación y el glamour que La

viuda alegre, compuesta por Franz Lahar, Victor León y Leo Stein

le dieron a esta obra maravillosa y que lleva desde 1905, 118

años de éxito a pesar de estos pretendidos coautores sin talento.

Roberto Falcone


martes, 26 de septiembre de 2023






  Festival Rachmaninov, Concierto 2

.Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

.Director: Srba Dinic

.Solista: Nelson Goerner

.Teatro Coliseo, 23 de septiembre, hora 20.

Como parte del ciclo de conciertos del Festival Rachmaninov,

programado por el Teatro Colón de Buenos Aires y llevado a cabo fuera de esa

sede, en la sala del Teatro Coliseo, tuvo lugar la presentación del pianista

Nelson Goerner con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, dirigida por el

maestro Srba Dinic.

El marco para esta serie de recitales dado por el sesquicentenario del

nacimiento del gran compositor y el ochenta aniversario de su muerte, no

podría ser más apropiado para poner ante el público, en un lapso breve, gran

parte de la producción de Sergei Rachmaninov (1873, 1943), quien, sometido

al exilio y en la atmósfera de vanguardias ajenas a él, ante las que se sentía un

extraño, optó por seguir su inspiración, originada en aquello de mayor hondura

y significado para él. Produjo así, primero en su amada Ivanovka y más tarde

en medio de extenuantes giras de conciertos y etapas de su exilio, una obra tan

vasta como variada, profunda y poderosa con obras tan diferentes entre sí

como su primera sinfonía y las Vísperas para coro a capella (por citar sólo dos

de ellas).

Las circunstancias de gestación de su Concierto nro. 2, en mi menor,

opus 18 son demasiado conocidas para referirnos a ellas. Baste señalar que,

más allá de momentos de una construcción convencional, logra una bella

amalgama entre modulaciones, voces instrumentales como las del cello, la

flauta o el clarinete, con los temas del piano, como el segundo del primer

movimiento (que volverá a ser expuesto en diferentes reelaboraciones).

En el inicio, es la orquesta la que introduce, luego del sombrío comienzo

en el piano, la exposición de un primer tema marcadamente ruso, acompañado

de intensos arpegios en el piano. Ya desde el comienzo se muestra con un

equilibrio entre el virtuosismo y la frase delicada y de gran musicalidad, que es

la impronta que singulariza a la obra.

Luego del episodio donde, en el marco de la elaboración del segundo

tema, que luego, ante su aparición, se superpone con el primero (que se

presenta aumentado) en que se llega a un tutti y un Maestoso alla marcia en

que el piano y la orquesta van cruzados en lo que parece ser un pasaje de

polirritmia, el piano concluye el pasaje con una elaboración del tema. Ello

marca el comienzo de una reexposición, donde el solo de corno conduce a un

momento dulce y relajado. Fue precisamente ese solo el que presentó el

problema de un error y una entrada a destiempo.

El Adagio, con sus contrastes entre el ritmo binario y el ternario, que le

confiere una atmósfera de indeterminación, es una de las partes más hermosas

del concierto.


Las variadas inflexiones de la obra, que va de pasajes de virtuosismo a

otros de delicada musicalidad, permitieron a Nelson Goerner mostrar su

dominio sobre todos los aspectos de la obra.

El Etude tablaux nro. 5 opus 39 que interpretó como bis, con

requerimientos técnicos y estéticos muy diferentes al del concierto, donde cada

inflexión sucede a otra que es cambiante, reafirmó dicha apreciación:

Rachmaninov es un autor que Nelson Goerner asume como algo interior e

inherente a él como intérprete, algo que le es caro y significativo.


La Sinfonía nro. 2 en mi menor, opus 27 fue interpretada en la

segunda parte.

Abordada recientemente por la Orquesta de la Universidad de Lanús en

el ciclo de Grandes Conciertos de la UBA, afirmaba entones que: “Es una obra

mayor del repertorio, tanto en la complejidad de su trama musical, como en la

belleza de sus extensas líneas melódicas y en la propia extensión. A poco que

la apreciemos habremos de percibir que, por ejemplo la cuerda va de pasajes

de un piannisimo dulce y expresivo a rápidos trozos que demandan toda la

longitud del arco durante extensos períodos. En lo expresivo, el permanente

cambio de dinámicas demanda un fraseo muy sutil ya que el color orquestal

lleva la melodía de una sección a otra –toda la obra es un inmenso diálogo-

que debe seguir la frase en el mismo volumen y sensibilidad en la inflexión.

Pasajes como los arranques en el Allegro del segundo movimiento o el Allegro

vivace del cuarto son intensos, rápidos y requieren una precisión tan grande

como las inflexiones de las frases lentas”.

Elementos en sí sencillos aparecen extendidos, fragmentados, invertidos

o superpuestos en un tejido de belleza melódica y tímbrica. Además del color

que aportan las maderas, la textura se compone de la trama que llevan a cabo

las cuerdas: por momentos la línea melódica de los violines se divide en los

que llevan la melodía y los que aportan una diferente hecha de una

modificación melódica –uno de los lugares es en el desarrollo del extenso

primer movimiento –que dura unos 18 minutos-. También sucede en otros

lugares con modalidades distintas, una es la cita del motivo inicial por parte de

los segundos mientras los primeros llevan otra melodía.

Los solos imponen ya la resolución de un pasaje ya un episodio nuevo.

Un ejemplo es el solo de corno inglés que, entonando el tema inicial, conduce

a un amplio desarrollo y, más tarde, nuevamente marca el comienzo de una

reelaboración más lenta y danzante que pareciera estar en un ritmo ternario.

Baste ello como ejemplo para mencionar sus particularidades:

exigencias de fraseo, belleza tímbrica y musicalidad.

El extenso solo de clarinete del Adagio es uno de los momentos más

bellos de una sinfonía que hace precisamente eso: expresar belleza sonora, sin

casi puntos de tensión.

Se trata de una obra precisa –en lugares como el fugato del segundo

movimiento, por ejemplo- y de flexibilidad de tempos y cambios dinámicos

requiere que el maestro Dinic, con una orquesta reducida, condujo de una

manera acorde a tales exigencias, con una marcación precisa y atención a los

matices que lució, pese a la sequedad de la sala, que absorbió algo de tales


matices y produjo un sonido que, por ejemplo en la cuerda, no permitió las

gradaciones de color que muchos pasajes requerían.

Destacaron especialmente Michelle Wong (corno inglés); Mariano Rey

(clarinete), Claudio Barile (flauta), Néstor Garrote (oboe).


Eduardo Balestena

lunes, 25 de septiembre de 2023

 

CARMEN SOLIS-RUBEN FERNANDEZ AGUIRRE: MUY EFECTIVA DUPLA

 

Centro Cultural Kirchner, Temporada 2023: “Rojo Pasión”. Espectáculo compuesto por canciones y fragmentos de zarzuelas españolas. Protagonistas: Carmen Solís (Soprano)  y Rubén Fernández Aguirre (Piano). Espectáculo ofrecido en colaboración con la Embajada de España en Argentina en el marco de la presidencia española de la Unión Europea. Auditorio Nacional, 24 de Setiembre de 2023.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

 

  Un muy interesante programa lo constituyó el que ofrecieron la soprano española Carmen Solís acompañada al piano por su compatriota Rubén Fernández Aguirre. Lo interesante vino de la mano de un repertorio muy poco frecuentado, fundamentalmente por el lado de las canciones españolas casi nunca ofrecidas en recitales y que si bien los fragmentos de zarzuelas españolas son bien conocidos por el público más veterano, tampoco son incluidos en los programas tanto de recitales como conciertos. Sean bienvenidas entonces dichas inclusiones.

 

  El espectáculo llevó el título de “Rojo Pasión”. Al adentrarnos en el repertorio, nos vamos dando cuenta que una de las figuras evocadas es la de Federico García Lorca la que vaya que ha despertado pasiones tanto como dramaturgo o como en esta faceta de músico que la dupla visitante ha abordado. Incluso en Carmen Solís el vestuario que exhibió con predominio del rojo es un claro guiño no solo al nombre sino también a la estructura del espectáculo.

 

    El inicio estuvo marcado por las mencionadas canciones de texto y música del gran creador Granadino: “En el Café de Chinitas”, “Nana de Sevilla” y “De los Cuatro Muleros”. Si bien se notó en la cantante un comienzo “frío” su voz se fue acomodando con el correr de las canciones. Sabe expresar, su timbre es muy grato más allá de alguna tirantez en la zona más aguda, lo que no impide en modo alguno que sea muy segura en cada ataque.

 

    Luego fue el turno de tres creadores españoles que van de finales del siglo diecinueve hasta el siglo veinte, quienes musicalizaron textos de Lorca: Xavier Montsalvage del que se seleccionaron seis canciones para niños expuestas todas en interesante forma. Tres de Manuel García Morante en donde la voz de Solís ya lucía definitivamente asentada y culminar la parte con tres de Miquel Ortega, acaso uno de los más destacados valores actuales de la composición española, quién además tuvo el valor de no sucumbir a la tentación de componer con disonancias y mantener el estilo de la época de Lorca y sus contemporáneos. Aquí el espectáculo alcanzó uno de sus puntos más altos.

 

  La segunda parte marca la aparición en el espectáculo de la música de Don Manuel de Falla con una interesante versión de cuatro “Canciones de Juventud”. La dupla protagónica lo hizo con alta calidad.

 

  Acaso el momento más interesante haya sido el escuchar “Madre de Dios Piadosa” de la ópera “Marianela” de Jaume Pahissa (Celebre compositor que se exilió en la Argentina [aquí tuvo en Pompeyo Camps a uno de sus alumnos más reconocidos]), La obra se estrenó en 1948 en las temporadas de verano del Colón en la Rural de Palermo y nunca más retornó al escenario. Solís la interpretó con absoluta entrega.

 

  Dos romanzas de Zarzuela marcaron el final: la primera,  “No corté más que una rosa” de “La del manojo de rosas” de Pablo Sorozabal, muy bien vertida por Solís y cerrar con una bonita versión de “Tres horas antes del día” de “La Marchenera” de Don Federico Moreno Torroba.

 

   Párrafo aparte para el descollante acompañamiento de Rubén Fernández Aguirre, atento a cada detalle, conocedor de cada estilo, sonido claro y redondo desde el instrumento. Los cantantes tienen en quien apoyarse para lograr muy buenas actuaciones y tuvo su momento personal en la segunda parte al abordar en arreglo de Carlos Imaz “Pinceladas” de “El Caserío” del Mtro. Jesús Guridi.

 

  Tras el final, dos bises, no sin antes de que los artistas visitantes a través de la voz del Mtro. Fernández Aguirre agradecieran al Público, Autoridades y hasta Asociaciones Vascas tanto de Buenos Aires como de Mar del Plata (en donde el Mtro. tiene familiares allí radicados) por las atenciones y la posibilidad de realizar este espectáculo. El primero de los bises sorprendió en la elección: “Vissi d’arte” de “Tosca” que Solís lo hizo de manera muy sentida y cerrar con “Se equivocó la Paloma”, el célebre poema de Rafael Alberti musicalizado por Carlos Guastavino que siempre se muestra más vigente que nunca.

 

  Un grato momento con dos buenos intérpretes y ,si los profesionales desean tomar nota, habrá el próximo Miércoles 27 una “Master Class” del Mtro. Fernández Aguirre en el CCK sobre repertorio vocal español de canción y zarzuela. Vale la pena.

 

Donato Decina

domingo, 24 de septiembre de 2023

 

 

DOS ESTUPENDAS VERSIONES

 

Teatro Colón, temporada 2023. Ciclo “Colón en la Ciudad”. Presentación de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Srba Dinic. Solista: Nelson Goerner (Piano). “Festival Rachmaninoff 2023”  Programa: Concierto para Piano y Orquesta Nº 2 en Do menor, Op 18. Sinfonía Nº 2 en Mi menor, Op.27. Teatro Coliseo, 23 de Setiembre de 2023.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Esta segunda entrega del ciclo integral de los conciertos para piano y orquesta de Serguei Rachmaninoff ha sido, seguramente, el de mayor complejidad en la preparación  y visto el resultado final, se trató de una presentación sumamente convincente que da lugar a prepararnos para el que puede ser un imponente “broche de oro”.

 

  Esta vez el piano fue el protagonista de la primera parte del programa con el abordaje de uno de los dos conciertos más frecuentados del compositor Ruso, el célebre Nº 2 en Do menor, del op 18. Aquí el orgánico que la Filarmónica presentó fue llamativamente ajustado en cuanto a número, si bién lo hizo con sus músicos más los reemplazos aportados por integrantes de la Orquesta Estable del Colón. Nelson Goerner hizo su aparición en el escenario con pasos rápidos, firmes y seguros hacia el teclado y después de un brevísimo instante tras sentarse en el taburete, atacó con absoluta precisión y magnífica seguridad  las imponentes primeras notas de la obra. Aquí encontramos unos pequeños desfasajes entre intervenciones de la Orquesta y el trabajo del solista lo que inmediatamente se fue corrigiendo y  es así que pudo apreciarse una gloriosa intervención de Goerner en la sección central en donde el creciente “climax” da paso a la exposición del tema principal por la Orquesta subrayado por el solista en la manera en que acabo de calificarlo. El Mtro. Dinic una vez más hizo gala de su pericia y experiencia para que las cosas se acomodaran y fue así que en el segundo movimiento se escuchó gran parte de lo mejor del concierto, desde el monumental solo a cargo de Mariano Rey quien terminó estableciendo con Goerner un ida y vuelta permanente. Y aquí tal vez el momento más espectacular de la noche en donde en la previa a la reexposición final del tema principal, Goerner exhibió maestría en ese ataque pleno de digitación que sumió a la sala en un sepulcral y bienvenido silencio. Ya en el último movimiento, con diálogos fluídos entre todos se llegó a una formidable exposición de la coda que seguramente quedará por mucho tiempo suspendida en los oídos de quienes tuvimos la suerte de presenciar esta velada.  El estallido de júbilo del público, obligó a Goerner a salir al menos tres veces antes de que brindase un bis de su magnífica cosecha: el Etude/Tableaux Nº 5 del Op. 39 en donde el querido Nelson desplegó todo su talento.

 

  La parte final en esta ocasión le cupo a la Filarmónica para ofrecer una muy digna versión de la Sinfonía Nº 2 en Mi menor, Op. 27, en la que el Mtro. Dinic se empeñó en marcar la mayor cantidad de detalles posibles trabajando sobre la acústica más “seca” del Coliseo  respecto a la del Colón.  Aquí nuevamente Mariano Rey descollando en el solo del clarinete del tercer movimiento. Hubo buen empaste, buenas respuestas de todos los sectores, total consustanciación de Dinic con la obra y, nuevamente, otra notable exposición de la imponente coda final que tocó las fibras más íntimas del público. Estupendo cierre para una noche que hubiera merecido con creces que culminara con el “rugido” del Colón.

 

Donato Decina

 Impecable concierto de cámara a cargo del Trío del Este en el Salón Dorado del Colón


CÓMO ENCARAR UN REPERTORIO NO CONVENCIONAL Y DE


BUEN GUSTO


Martha CORA ELISEHT


Dentro del vastísimo campo de la música de cámara, la combinación entre violín,

piano y clarinete es una de las menos frecuentadas dentro de los programas habituales

de conciertos, ya que no se han escrito muchas obras para dicho trío de instrumentos.

Sin embargo, existe una agrupación que planteó el desafío de brindar un repertorio para

este ensamble integrado exclusivamente por compositores del siglo XX: el Trío del

Este, que se presentó el pasado sábado 23 del corriente dentro del Ciclo de Cámara del

Salón Dorado del Teatro Colón para encarar el siguiente programa:

- Suite para violín, clarinete y piano- Alexander ARIUTUNIAN (1920-2012)

- Pieza sinfónica para violín, clarinete y piano- Juan José CASTRO (1895-1968)

(Estreno mundial)

- Paráfrasis sobre la música incidental de “L’Invitation au Chateau” para violín, clarinete y piano- 

FrancisPOULENC (1899-1963)

La agrupación de cámara integrada por Sebastián Masci (violín), Matías Tchicourel

(clarinete) y Alicia Belleville (piano) se formó en 2019 con el objetivo de abordar obras

muy poco frecuentadas y no convencionales para esta formación. Lamentablemente, la

pandemia de COVID- 19 modificó los planes de estos notables músicos y, por lo tanto,

tuvieron que esperar hasta el corriente año para poder concretar su anhelo.

Ante un Salón Dorado prácticamente colmado de público y, como consecuencia de

la falta de programas de mano, Sebastián Masci hizo la presentación de la agrupación y

un breve comentario sobre las obras comprendidas en el programa provisto de un

micrófono. La primera pertenece al compositor armenio Alexander Ariutunian, cuya

obra es prácticamente desconocida por estas latitudes, pese a haber escrito obras muy

importantes para instrumentos de viento y haber ganado el Premio Stalin en 1949 por su

cantata Tierra Madre (Motherland), entre numerosos galardones. La mencionada suite

data de 1992 y está dedicada al Trío Vernier. Posee 4 movimientos: Lento/ Allegretto

giocoso/ Lento/ Sincopado, donde los movimientos lentos se caracterizan por una

inmensa profundidad sonora, mientras que los rápidos se basan en temas folklóricos

armenios. La interpretación se caracterizó por tener entradas muy precisas, con perfecta

ejecución de los glissandi y trinos por parte del clarinete y del piano, mientras que el

violín se caracterizó por pasajes de un fraseo impecable. El 1° movimiento se inicia

desde las notas graves del piano, seguido por el violín, que toma la melodía. El

glissando inicial a cargo del clarinete es de carácter oriental, con mucha influencia de la

música rusa de fines del siglo XIX -principalmente, Rachmaninov e Ippolitov- Ivanov-.

La melodía del 2° movimiento es muy alegre y ricamente elaborada, mientras que en el

3° (Lento), el violín y el clarinete ejercen un excelente contrapunto, que desemboca en

la síncopa a cargo del piano que marca el inicio del 4° movimiento. Dicha melodía


también es de corte netamente oriental y es tomada por el violín y el clarinete.

Posteriormente, se vuelve al tema del Lento inicial para culminar en una recapitulación

de la mencionada síncopa. Una obra hermosa, con muy buena línea melódica, que tuvo

una gran aceptación por parte del público y que recibió numerosos aplausos.

Con motivo de recaudar fondos para su perfeccionamiento en la Schola Cantorum

(entidad que era rival del Conservatorio de París a fines del siglo XIX y principios de

XX, de la cual han salido numerosos compositores de fama mundial), Juan José Castro

compuso en 1916 su Pieza sinfónica para violín, clarinete y piano como parte de un

concierto autobiográfico, ya que la partida de dinero destinada a su beca de

perfeccionamiento en París no llegaba a tiempo. El emblemático compositor nacional

tenía toda la intención de componer una pieza para orquesta sinfónica (de ahí su

nombre), pero finalmente, sólo quedó para dicho trío de instrumentos. Su estreno tuvo

lugar en 1919 y, posteriormente, cayó en el olvido y nunca más se volvió a interpretar.

Merced a un impecable trabajo de reconstrucción, copia y digitalización del manuscrito

original -que estaba completamente ilegible-, Matías Tchicourel la rescató de su

prolongado letargo y se incluyó en el programa. Escrita en forma sonata, es una obra de

neto corte impresionista con reminiscencias de Ravel, Debussy y Dukas -por momentos,

muy similar a La Péri- cuya apertura está a cargo del violín, seguido por el piano y el

clarinete en contrapunto. La interpretación fue magistral, con un muy buen glissandi a

cargo de Alicia Belleville y un soberbio fraseo por parte de Sebastián Masci. Por su

parte, Tchicourel ejecutó de manera brillante el glissando del clarinete. Pese a su corta

duración, es una joya del repertorio de cámara y el público la recibió muy

favorablemente, coronando su interpretación con un aplauso unánime.

L’Invitation au Chateau lleva el n°138 de la producción de Francis Poulenc y fue

compuesta en 1947 como música incidental para la comedia homónima de Jean Anouhil

donde se mezclan el humor, el drama y la reflexión sobre las realidades y las apariencias

de sus personajes y que representa una crítica irónica y sutil a la sociedad burguesa.

Pertenece a la última etapa de su obra y es de carácter tonal, con influencias de

compositores clásicos franceses como César Franck y Gabriel Fauré. De ella se ofreció una Paráfrasis sobre los temas principales. Tras una breve y rápida introducción, se sucede una compilación de melodías románticas, valses,canciones populares y ritmos como el can- can hilvanados de manera magistral. El piano y el clarinete ejecutan numerosas cadencias y trinos -muy bien logrados por

Belleville y Tchicourel, respectivamente-, mientras que el violín posee fraseo y pasajes

en cascada más algunos pizzicati, que fueron perfectamente ejecutados de la mano de

Sebastián Masci. La obra culmina con un vivace y un galop que fueron ejecutados por el

trío de manera magistral. Otra ovación por parte del público -que se puso unánimemente

de pie al finalizar el concierto- que motivó un bis: una transcripción para violín,

clarinete y piano del Preludio de las Cinco piezas para piano de Dmitri Shostakovich.

Otra interpretación excelente, donde el trío se retiró sumamente aplaudido y cuyos

integrantes se vieron muy satisfechos por su labor.

Es un gran logro contar con este tipo de agrupaciones de cámara dentro del país que,

además, están dispuestas a difundir este tipo de repertorio, prácticamente desconocido

por parte del público. La interpretación de todas las obras comprendidas en el presente

concierto no sólo ha sido de suma jerarquía, sino también de muy buen gusto


















martes, 19 de septiembre de 2023

 

 

FESTEJOS A LO GRANDE

 

El pasado Domingo 17 en el Complejo Cultural Plaza de San Martín se celebraron los primeros 100 años de vida de la Sociedad Coral Alemana de Villa Ballester. Además de ser harto merecido y de que es estupendo que las autoridades de cultura del Partido de General San Martín hayan cedido el mencionado complejo para los festejos, se aprovechó la ocasión para invitar a dirigir el concierto de celebración al maestro Mariano Chiacchiarini, oriundo de San Andrés en el mismo partido y actualmente radicado en Alemania, a quién se le entregó por su trayectoria un testimonio muy bien ganado por cierto. Y como no podía ser de otra manera, la música fue la protagonista.

 

  En primer lugar la Sociedad Alemana presentó a sus diferentes grupos de canto. La mayoría bajo la dirección del Maestro Federico de Ferrari (Anoten ese nombre), quien además es también titular del Coro de Cámara Municipal de San Martín.  Todos estos grupos presentaron un impecable ajuste y musicalidad sin fisuras.

 Inició el concierto el Coro  de Niños y Jóvenes. Pocos, pero se los escuchaba como una gran masa. Interpretaron un Gato tradicional riojano en gran estilo.

 

  Continuó con el Coral Joven, que interpretó “La Arenosa” del inolvidable “Cuchi” Leguizamón con estupendo empaste y musicalidad.

 

  Nuevamente retornó al escenario el Coro Joven, el que brindó una formidable versión de “Triunfal” de Astor Piazzolla, de la que puedo decir que no he escuchado un Piazzolla coral tan bien vertido desde la época del legendario conjunto “Buenos Aires 8”.

 

  También hizo su aporte dentro de los coros de esta Sociedad Alemana el denominado “Nagmen” en este caso a cargo del Mtro. Matías Martínez que ofreció una entusiasta versión de una obra de Josef Rheimberger, compositor muy reconocido por su prolífica obra coral, por lo que considero muy apropiada su inclusión.

 

 Tras la presentación de todas estas huestes más el aditamento del Coro de Cámara Municipal de San Martín que como anuncié líneas arriba también conduce el Mtro. De Ferrari y con el Concurso de la Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal cuyo titular es el Mtro. Luciano Falcón, los solistas vocales Yessica Fernández y Kospi Bersano (Sopranos), Mónica Nogales (Mezzosoprano), Andrés Cofre (Tenor), Antony Fagundez (Barítono), Pablo Basulado (Bajo) , el Mtro. Santiago Rosso en Piano y la Dirección de Mariano Chiacchiarini, se ofreció una muy buena versión de la “Fantasía Coral” de Beethoven en una versión plena de enjundia, con todo el sello Chiacchiarini de preparación y ajuste para una impecable versión. Buenas respuestas de los solistas vocales, pleno empaste de toda la masa coral y una magnífica intervención de Santiago Rosso en el piano, enérgica y plenamente efectiva. La Orquesta es un muy buen grupo, bien conformado y no será de extrañar que algunos de sus miembros se integren a futuro en los conjuntos juveniles nacionales de máxima calidad artística.

 

  El cierre vino de la mano del “Hallelujah” de “El Mesias” de Häendel en una muy emotiva versión que el Mtro. Chiacchiarini decidió bisar como cierre y luego salir del escenario a la carrera. El avión que lo transportaría a Europa ya estaba en la manga y no esperaba.

 

  Justo homenaje a una entidad de una de las zonas más numerosas del país, asiento de una colectividad  cuyo aporte cultural al patrimonio argentino es innegable.  A un Director al que con Justicia el Partido de San Martín lo reconoce como uno de sus hijos más dilectos y haciéndolo con lo más representativo del arte musical.

 

Donato Decina

 



Creditos: Prensa Teatro Colón Fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli 

ESPECTACULAR COMIENZO DEL FESTIVAL RACHMANINOFF

 

Teatro Colón, Ciclo Colón en la Ciudad: Concierto de apertura del Festival Rachmaninoff 2023. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Srba Dinic. Solista: Nelson Goerner (Piano). Teatro Coliseo, 16 de Setiembre de 2023.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

  No pudo existir un comienzo mejor. Ya desde el vamos con solo ver ingresar a Nelson Goerner al escenario , sentarse frente al teclado y atacar casi de inmediato con los primeros compases del Concierto Nº 1 en Fa sostenido menor Op. 1 para darse cuenta de estar presenciando un excepcional hecho artístico. Una integral así solo se recuerda con la inolvidable Elsa Puppulo hace muchos años atrás, cultora como lo era Ella de este repertorio.  Este concierto nos trajo un comienzo con las dos obras “de punta” para Piano y Orquesta, el antedicho Nº 1 y el Nº 4 en Sol menor op. 40. Entre los dos y al comienzo de la segunda parte, otra obra poco frecuentada: el poema sinfónico “La Roca”, Op. 7.

 

  Puede decirse que a lo largo de las interpretaciones Goerner construye “su versión”. Seguridad en los ataques, sonido corpóreo, tensiones sabiamente administradas, pero que cuando corresponde es también un espectacular constructor del clima como pudo percibirse en el andante del primer concierto y en el Largo del Cuarto. Obras que de manera íntegra podemos decir que fueron versiones sencillamente ejemplares. Nelson está atravesando sin dudas el mejor momento de su prolífica carrera y lo demuestra con creces en cada presentación. Junto a El, la Filarmónica que continúa en un muy buen momento, el que podemos ubicar en su inicio justamente con Goerner y Vasily Petrenko al frente en la imponente versión de la “Rapsodia sobre un Tema de Paganini” del mismo Rachmaninoff. Aquí bajo la batuta del experimentado Srba Dinic mantuvo un ida y vuelta permanente con el solista y en cuanto al Director su entendimiento con Goerner fue total. Puede decirse que pocas veces se ha visto a un solista expresar su felicidad a través de sus gestos como Goerner lo hizo al final de cada concierto. Ante la explosión de júbilo del público en el final del cuarto, Nelson retribuyó con un estupendo bis: “Lilacs” del gran compositor ruso, verdadera cereza del postre.

 

  Como quedó dicho, al comienzo de la segunda parte Dinic y la Filarmónica ofrecieron una muy buena versión del poema sinfónico “La Roca” Op. 7 con  muy buenas respuestas de todos los atriles y un enfoque que de alguna manera permite redescubirir a estas obras poco frecuentadas de Rachmaninoff. Como dije líneas arriba, no pudo haber existido un arranque mejor.

 

Donato Decina

lunes, 18 de septiembre de 2023

 

NUEVAMENTE UNA VELADA HISTÓRICA

 

Jockey Club de Buenos Aires, temporada Cultural 2023. Presidente: Dr. José María Cantilo. Presentación del Tenor Santiago Ballerini acompañado al Piano por Tomás Ballicora. Programa Canciones italianas de Bellini. Puccini y Tosti. Salón Anasagasti: 14 de Setiembre de 2023.

 

NUESTRA OPINIÓN: EXCELENTE.

 

Pocas veces se ha visto una expectativa tan grande en la que el público continuaba ingresando al Salón Anasagasti del Jockey Club de Buenos Aires entre canción y canción. Un repertorio compuesto por mayoría de títulos poco frecuentados, pocos conocidos y una tensión que fue en paulatino ascenso a lo largo de la velada.  Es que Santiago Ballerini, a escasos dos días de haber finalizado su participación en el primer elenco de “El Turco en Italia” de Rossini en la temporada oficial del Teatro Colón no esquivó el compromiso con la entidad madre del turf argentino  y con un estupendo acompañamiento de Tomás Ballicora,  se floreó a lo largo del recital en la interpretación demostrando muy buen gusto, estupenda técnica, magnífico decir y exhibió un timbre agudo que ya es robusto y sólido y un manejo encomiable desde la mezzavoce a los tonos bajos como a pocos tenores del repertorio belcantista hoy por hoy se le conoce.

 

   Y ahora a prestar atención: el repertorio incluyó: “Vaga luna, che inargenti”, “Ma rendi pur contento”,  “Bella Nice che d’amore” y “Malincolia, Ninfa Gntile” de Vincenzo Bellini. Tras la última, llovieron en el público las primeras gratas sorpresas.

 

  Tras un magnífico Intermezzo a cargo del Maestro Ballicora en donde efectuó una magnífica y sentida versión de “Folio d’Album” de Giacomo Puccini, Ballerini volvió a exhibir sus estupendas dotes en : “Sole e Amore” y  una muy contundente versión de “Morire?” dejando bien en alto al gran músico de Lucca.

 

   Ya en la parte final del recital “Formal”, el Tenor rescató cuatro canciones de Francesco Paolo Tosti a saber: “Lasciami!, Lascia ch’io respiri”, La bien conocida “L’alba separa dalla luce l’ombra” (ésta en una versión decididamente impagable)  “In van preghi”, para rematar de modo sobresaliente con “Che dici  o parola del Saggio”

  En ese momento el público, subyugado por tamaña demostración, pedía algo más y Ballerini retribuyó con creces: una magnífica recreación de “Core’ ngrato” y una brillante versión de “Musica Prohibita”. Pedirle más ya sonaba a despropósito.

 

 

Donato Decina

viernes, 15 de septiembre de 2023

 Orquesta de Cámara con sólida directora


                                                                                       Por Jaime Torres Gómez

Con éxito continúa la temporada de la Orquesta de Cámara de Chile, habiéndose

presentado últimamente junto a la destacada maestra francesa Nathalie Marin, en

un atractivo y ecléctico programa.

Con frecuentes presentaciones en Latinoamérica, esta directora no es

desconocida en Chile, recordándose gratamente su trabajo hace años con

la Sinfónica Nacional, y debutando ahora en la OCCH otra vez con gran solvencia

artística.  

Siguiendo con la tradicional itinerancia (3 presentaciones en distintas comunas de

Santiago), se asistió a la correspondiente al Teatro California, en la comuna

de Ñuñoa, sede de la agrupación y de excelente acústica, dando cuenta otra vez

de una muy buena asistencia de un numeroso y entusiasta público fidelizado.

De completo acierto programático el inicio con la Obertura de la ópera “La Isla

Deshabitada”, de F.J. Haydn, basada en el texto del poeta y libretista

italiano Pietro Metastasio (1698–1782), a su vez encargado por el famoso

cantante castrato del Siglo XVIII Farinelli. Grandes logros en indicaciones de

carácter, fraseos, contrastes y texturas por parte de la maestra invitada, más

atentas respuestas de los camaristas nacionales.

Seguidamente, el estreno mundial de “Alegorías”, de la compositora argentina

Nelly Gómez, compuesta especialmente para la Orquesta de Cámara de Chile, y

quien viajó especialmente desde el país trasandino para presenciar esta ocasión.

Del todo interesante su trama interna, con un ecléctico uso de recursos

compositivos más alto empoderamiento discursivo -de profunda interioridad-,

reflejando, en palabras de la propia compositora, una “representación de

sensaciones, sentimientos, deseos, necesidades, convicciones, alegrías, tristezas,

dolores, amores, desde mi universo, atravesado por todos los universos de los que

formamos parte”. Sin duda, un inapelable aporte a la creatividad actual y completa

anotación de mérito a la línea editorial de la Orquesta de Cámara de Chile.

Luego, una triunfal versión de la Obertura “Coriolano”, de L.V. Beethoven. Obra

en sí de grandes contrastes entre lo brioso del tema oscuro de Coriolano al

discurrir invadir Roma, como el remanso del tema que ilustra el ruego de su madre

y su esposa para evitar tal propósito. Notable visión del todo de la autorizada

maestra, con soberbio manejo de los contrastes y transiciones, amén de completa

transparencia expositiva. Magnífica respuesta de los músicos en todo orden.

Finalmente, una magistral versión de la Sinfonía N° 4 “Italiana”, de F.

Mendelssohn. De completo dominio, la maestra Marin hilvana una progresividad

de discurso de atrapante linealidad, con impresionantes logros de carácter en

cada sección, reflejando la frescura global de la obra, sacando a relucir con natural


fluidez el devenir del flujo armónico, con inteligentes adopciones de tempi (de

empáticas velocidades según los requerimientos), inflexiones y dinámicas.

Soberbio manejo del contrapunto en el segundo movimiento, más extraordinarias

progresiones expresivas globales. Y de completo ajuste la respuesta de los

músicos nacionales.

En suma, otra sólida presentación de la Orquesta de Cámara de Chile, esta vez

junto a una autorizada y experimentada maestra invitada, esperándose su pronto

regreso por estas latitudes…

miércoles, 13 de septiembre de 2023

 

BUSCANDO AL GENIO EN SU FORMA ORIGINAL

 

“Ensamble Concentus BA”, temporada 2023. Concierto ciclo “Diálogos”: “Mozart Camino de Praga” (Viaje a través de la música con textos hilvanados basados  en la novela “Mozart Camino a Praga” de Edward Mörike  efectuados por Martín y Ricardo Sciammarella y adaptados por Marcelo Ramos). Director: Ricardo Sciammarella. Solista: Pablo Saraví (Violín). Narrador, el primer actor Luís Brandoni. Teatro Avenida, 12 de Setiembre de 2023.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

Una nueva propuesta en la conformación de conciertos es la que ha brindado el Ensamble “Concentus BA”, en la que al programa del concierto se la ha adosado una narración basada en un hecho real cual fue el viaje emprendido por Wolfang Amadeus Mozart y Sra. de Viena a Praga para la Premiere de “Don Giovanni”. La base de dicha narración la da el libro del siglo diecinueve “Mozart Camino a Praga” de Edward Mörike a partir de la cuál Martín y Ricardo Sciammarella idearon un relato adaptado por Marcelo Ramos tomando como base que es Antonio Salieri quien cuenta la historia de una detención que el carruaje que lleva a Praga a los Mozart efectúa en una posada circundada por campos. El gran Amadeus toma una Naranja de un árbol de dichos campos y es sorprendido por el Jardinero del lugar, quién reprocha airadamente al compositor por su acción, siendo que esos citrus están cuidados y preparados para la fiesta que el Señor de esas tierras brindará esa noche. Lleva a Mozart ante sus patrones y la esposa del noble lo reconoce de inmediato mientras que su esposo decide finalmente alojarlo e invitarlo a la fiesta en la que el genio de Salzburgo interpretará al piano sus obras y su auditorio tendrá la primicia exclusiva de escuchar algunos pasajes de “Don Giovanni”. Así, nos iremos enterando de situaciones vividas, el descanso en el castillo del lugar y de cómo continuaron viaje a Praga  en un carruaje cedido por el noble anfitrión, mientras que Salieri se despedirá reconociendo las dotes de genio del gran Amadeus.

 

 La acción se narró en tres episodios a los que correspondieron tres obras de Mozart. La primera, “Un viaje en Carroza por Bohemia” fue completada en música por la Obertura de “Don Giovanni” Kv. 527 (La razón del viaje). Como se sabe, el Ensamble “Concentus BA” está compuesto por instrumentos a la usanza de época, por lo cual es distinta la afinación y no menos importante es el criterio de interpretación del Director, fundamentalmente en lo que respecta al “tempi” a emplearse. Ricardo Sciammarella ofreció una versión chispeante de la partitura con un conjunto sumamente ajustado, marcando así un  interesante comienzo.

 

  El segundo episodio trajo la llegada a una posada desde donde Mozart parte a una caminata que lo ha de conducir al episodio de las naranjas y trae a la memoria la remembranza del Concierto para Violín y Orquesta Nº 2 en Re mayor Kv. 211 del que Pablo Saravi fue el solista.  Sabemos que justamente el Mtro. Saravi, además de ser un apasionado en lo suyo, es un gran historiador del instrumento y un profundo conocedor de la Luthería. Aquí resultó interesantísimo escucharlo, ya sea por su solidez interpretativa, por la belleza del sonido que le extrajo a su instrumento y por el gran acople que Sciammarella y los músicos efectuaron en el acompañamiento, redondeando de esta manera una muy buena versión, saludada de modo efusivo por el público y que encontró de modo muy generoso por parte de los interpretes la retribución en la interpretación de una obra para Violín y cuerdas que Mozart compuso a los 13 años. De esta forma culminó la primera parte.

 

  La segunda parte nos trajo el episodio en el campo y la fiesta posterior, tras lo cual con la partida de los Mozart a Praga se evocó no solo el estreno de “Don Giovanni” sino que también germinó ahí la idea de una nueva sinfonía como agradecimiento a la ciudad que le dispensó el gran éxito y que por lógica es la Nº 38 en Re mayor Kv. 504 que lleva el nombre de “Praga”. El Mtro. Sciammarella ofreció una versión completa de la partitura, lo que incluye la repetición de temas. Hubo aquí una labor muy sólida con momentos de sonido muy homogéneo aun cuando se sabe que este tipo de instrumentos necesitan mantener la afinación y que para la interpretación se los utiliza con criterios diferentes. El conjunto respondió en muy buena forma  con algunas respuestas sobresalientes en algunos de sus sectores, por lo que la experiencia resultó sumamente válida.

 

  Párrafo aparte para la intervención de Luís Brandoni como narrador. Lo hizo sin amplificación. Ello trajo aparejado que mientras acomodó su voz a la gran sala del Avenida, hubo instantes en que lo hizo en tonos muy bajos. Ante un reclamo del público a viva voz sobre el final de la primera parte y sin renunciar a la idea se lo apreció de mejor forma en la segunda mitad culminando con las reconocidas cualidades actorales con las cuales se lo distingue.

 

   Fue una experiencia que demostró ser absolutamente valedera que da paso a que en algún momento se insista en esta misma línea.

 

Donato Decina

domingo, 10 de septiembre de 2023

 

Concierto de Leonardo Chacón Oribe

.Leonardo Chacón Oribe, piano

.Espacio Colectivo de Experimentación Musical (ECEM), Mar del Plata, 9

de septiembre, hora 18.

El pianista marplatense –radicado en Buenos Aires- Leonardo Chacón

Oribe, brindó su primer recital profesional en su ciudad natal. Antes de ello

actuó en tal carácter en otras sedes.

El programa se inició con la Sonata nro. 1, en fa menor, opus 2 de

Ludwig van Beethoven (1770-1827). El opus 2 está integrado por las sonatas

números 1, 2 y 3. La primera, compuesta entre 1794 y 1795, y dedicada a

Franz Joseph Haydn muestra, de manera evidente, que gran parte de los

elementos del lenguaje pianístico del gran compositor ya estaban presentes en

la que está numerada como su primera obra del género (aunque en rigor no lo

sea, ya que antes Beethoven había escrito otras).

Prueba de la importancia y vigencia de su lenguaje son la clara impronta

rítmica del Allegro en fa menor, en compás binario, el desarrollo a través de la

transformación de una célula rítmica, la concisión, el ímpetu y un toque claro y

destacado que, en el segundo movimiento, (Adagio en 3/4) recuerda a Mozart.

El cuarto movimiento (Prestissimo en fa menor en compás de 2/2) evoca, en su

fuerte impulso inicial, a obras como la sonata Waldstein. Es un movimiento

temáticamente muy rico, donde la forma de desarrollo habitual es manejada

con mucha libertad y cierra con una nutrida recapitulación de los motivos

anteriores. Va de suyo que no se trata de un trabajo de iniciación sino de una

obra adulta y fundante, de complejidad temática y técnica.

El Estudio Nro. 7 (Eroica) en mi bemol mayor, de Franz Liszt (1811-

1886) fue la siguiente obra. Descriptiva y de gran sonoridad en toda la

extensión del instrumento, es uno de los 12 estudios trascendentales. Está

concebido en escalas descendentes de gran bravura, luego de las cuales se

presenta el tema central heroico.

Le sucedieron los Funerales, de las Piezas poéticas y religiosas del

mismo autor y una de sus obras más conocidas, donde –tal como sucede en el

poema sinfónico Muerte y Transfiguración, de Richard Strauss- las

connotaciones de la muerte van pasando del dolor inicial al tránsito del alma a

un ámbito liberador, en una textura de gran expresividad, donde el compositor

renuncia a todo efecto y cada elemento tiene una función definida en el

programa de la obra. Hay un momento de virtuosismo antes de retomar el tema

inicial. Se trata de una obra en que la demanda es expresiva y a la vez técnica.

Las Danzas Argentinas, opus 2 de Alberto Ginastera (1916-1983)

cerraron el programa. Integrado el conjunto por la Danza del Viejo Boyero; la

Danza de la Moza Donosa y del Gaucho Matrero, su paleta de sonidos es de

una enorme riqueza que se apoya en las escalas que el compositor utiliza tanto

como en la impronta exuberante y rítmica de la primera, la dulzura de la

sencilla línea melódica de la segunda e intensa bravura de la última, con su

tema central que alterna con rápidos desarrollos que lo enmarcan y que

finalmente lo resuelven en un gran final.


Fuera de programa interpretó los Preludios del opus 11 de Alexander

Scriabin (1872-1915) números 22, 13, 10 y 9, que corresponden a una serie de

24 preludios. Son de una belleza serena e introspectiva.

En el sentido de las obras elegidas fueron el cierre ideal para el

concierto.

Distintos lenguajes, distintas exigencias con un elemento común: el

virtuosismo de las obras.

Discípulo del maestro Aldo Antognazzi, Leonardo Chacón Oribe es un

solista de gran manejo técnico, muy perfeccionista y formado en la idea del

maestro Antognazzi de que el abordaje de las creaciones musicales es parte

de un proceso interior, un aprendizaje del intérprete donde el significado de las

obras es tan central como la técnica destinada a abordarlas.

La forma es una parte del hecho musical pero debe servir a algo que

vaya más allá de ella y en esa síntesis –forma y significado- es donde reside el

hecho musical.

Antes de iniciar el concierto Leonardo Chacón Oribe se refirió –con gran

concisión y claridad- al programa que iba a abordar, a las exigencias de las

obras, a su lenguaje y a las razones por las cuales las había incluido.

Nuevamente es de lamentar no solo la inexistencia de programas de

mano, que nos priva de conocer la información general del intérprete además

de las obras que integran el programa, agravado ello porque no se cuenta

siquiera con un anuncio general con tal información. El efecto pandemia se

extiende más allá de la pandemia misma e instala una nueva forma de pobreza

en la cual el hecho musical pierde una de sus características, una básica, que

es saber quién y qué habrá de tocar.


Un suma, pudimos acceder a un programa de obras de gran importancia

musical por un pianista joven pero ya muy formado, de gran manejo en la

técnica y la expresividad.


Eduardo Balestena

sábado, 9 de septiembre de 2023

 



                                     Créditos: Prensa Teatro Colón, Fotografía de Máximo Parpagnoli


Rossini: Il Turco in Italia

Teatro Colon 7 de Septiembre 2023

Por tercera vez en su historia, el Teatro Colon presenta Il Turco in Italia de

Rossini en su programación. En esta oportunidad se ofrece una versión sin

cortes y con la acción trasladada a otra época.

La escenografía de Gonzalo Córdoba Estévez logró ser funcional a la obra.

Nada de playa, nada de casa de Geronio, nada de posada ni salón de baile

ni “turquerie” con lo cual, los cambios de cuadros son más ágiles. La acción

transcurre en un hotel de 2 plantas donde a medida que gira la

escenografía avanza la historia en diversos compartimentos (algunos

inimaginables, como la cocina, donde la trama del argumento transforma

a Fiorilla de casquivana a esposa infiel).

La dirección escénica de Pablo Maritano, es meritoria porque cuenta el

argumento del turco sin fisuras, salvo el desliz de Fiorilla; pero a su vez,

crea situaciones fuera de contexto para llenar espacios vacíos mientras la

acción se desarrolla en otro plano.

Algo notorio, y que también ocurrió en la producción de “La flauta

mágica” que vimos este año, es el introducir melodías ajenas a la obra en

los cambios de escena, tocadas al piano; es así como, por ejemplo, se

escucharon temas de “El barbero de Sevilla” y de “El rapto en el serrallo”

de Mozart.

El elenco fue de buen nivel, destacándose las actuaciones e Erwin Schrott,

estupendo vocalmente, y con una excelente personificación del personaje

de Selim, bien adaptada al contexto que propone la puesta.

Irina Lungu, como Fiorilla, se destaca por su hermosa voz y los matices

que logra con su canto. Hermosos pianos y mezzavoce y una actuación

muy convincente.

Santiago Ballerini, en el rol de Narciso, impresiona por su excelente línea

de canto y su soltura escénica. Gran trabajo de este estupendo tenor

argentino de creciente carrera internacional.

También la mezzo Francesca di Sauro, de voz estupenda, y contundente

en su registro, y a quien el rol de Zaida parece quedar chico a sus

posibilidades vocales.


El Geronio de Fabio Capitanucci fue muy bien actuado pero insuficiente en

lo vocal. Una voz descolocada y con problemas para sostener el fiato en

las frases más comprometidas escritas para el personaje.

Germán Alcántara interpretó el rol de El Poeta (¿o el conserje?)

Prosdocimo, demostrando tener una contundente zona aguda que mostró

sobradamente en cuanta ocasión se le presentaba.

Santiago Martínez cumplió muy ben con el personaje de Albazar, y cantó

estupendamente un aria que normalmente se corta, y que además parece

no haber sido escrita por Rossini.

Correcta la dirección musical el Mtro. Jordi Bernacer y muy buen trabajo

del Coro Estable.

La edición critica de Margaret Brent de Il turco in Italia, utilizada en esta

ocasión pareció ser demasiado larga para parte del público que se retiró

de la sala al finalizar el primer acto.

En resumen; una buena función


                                                                                               Roberto Falcone


jueves, 7 de septiembre de 2023








 Muy buen espectáculo


Il Turco in Italia en el Colón


 

Teatro Colón

Martes 5 de septiembre de 2023 


 


Escribe: Graciela Morgenstern


Fotos: Prensa Teatro Colón, Máximo Parpagnoli.


 

“Il Turco in Italia”, de Gioacchino Rossini

Libreto: Felice Romani

Elenco: Erwin Schott, Irina Lungu, Fabio Capitanucci, Santiago Ballerini, Germán

Alcántara, Francesca di Sauro, Santiago Martínez

Coro Estable del Teatro Colón - Director: Miguel Martínez

Orquesta Estable del Teatro Colón

Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez

Vestuario: Renata Schussheim

Iluminación: Caetano Videla

Director de escena: Pablo Maritano

Director musical: Jordi Bernácer


Il Turco in Italia ha sido la menos representada de la producción buffa de Rossini de

mayor envergadura, que incluye “La Italiana en Argel”, “El Barbero de Sevilla” y “La

Cenerentola”. Su estreno ocurrió en la Scala en 1814, siendo en esa ocasión, rechazada

por el público. Durante muchos años no fue llevada a los escenarios internacionales hasta

que María Callas, de la mano de Gianandrea Gavazzeni, volvieron a sacarla a la luz. En el

Colón se representó en 1979 por primera vez y luego en el año 2000.

En la actual versión, la escenografía, monumental trabajo de Gonzalo Córdova Estévez,

estuvo montada sobre el disco giratorio y constaba de dos niveles donde se desarrollaban

los diferentes cuadros, en distintos ambientes de un hotel en Nápoles, durante la década

de los años 1950. El vestuario de Renata Schussheim estuvo acorde y aportó belleza y

colorido, el diseño de iluminación de Caetano Videla y las proyecciones de video de

Matías Otálora contribuyeron al buen efecto general. Dentro de este ámbito, la marcación

de Pablo Maritano resultó inteligente, usando el disco giratorio, a veces en exceso, para


dar dinamismo a las escenas, pasar de una a otra y lograr que a pesar de hacer que la

acción transcurra en un ámbito diferente al esperado, guarde coherencia con la idea

original de la obra.


El elenco de solistas realizó un muy buen trabajo, encabezado por el uruguayo Erwin

Schrott con un óptimo Selim, con sonido redondo, muy buen caudal sonoro y excelente

desempeño escénico. A su lado, Irina Lungu fue una Fiorilla con gran desenvoltura

actoral, voz cristalina y bien manejada, que aunque por momentos resultó un poco liviana,

contó con la flexibilidad suficiente tanto para las fiorituras que demanda la partitura como

la línea de canto para la escena del final.

Fabio Capitanucci como Geronio, encontró algunas dificultades vocales que redundaron

en una emisión despareja pero en el aspecto escénico fue encomiable. En tanto, el

barítono argentino Germán Alcántara realizó una muy buena composición de Prosdocimo

y exhibió buenos recursos canoros. De la misma manera, la mezzo Francesca Di Sauro

cantó Zaida con bello color y peso vocal, registro homogéneo y cualidades actorales.

Valdría la pena escucharla en un rol de más importancia.

Santiago Ballerini compuso un Don Narciso de alto nivel artístico. Una vez más, exhibió su

técnica depurada, elegancia en el fraseo, seguridad en la zona aguda, con dos re

sobreagudos emitidos con total limpieza, a lo que agregó una divertidas facetas de la

psicología del personaje.

También Santiago Martínez realizó una labor destacada como Albazar.

El Coro Estable dirigido por Miguel Martínez volvió a mostrar sus cualidades vocales y el

minucioso e inagotable trabajo realizado para lograr la excelencia.

Desde el foso, Jordi Bernàcer ofreció una versión chispeante y equilibrada de la partitura

que se presentó sin cortes, lo que extendió tal vez demasiado, la duración de la obra. El

clave fue reemplazado por piano. La Orquesta Estable respondió con eficacia.

Una muy buena versión para una obra poco frecuente.

CALIFICACION: MUY BUENA

miércoles, 6 de septiembre de 2023

 




                         Servicio de Prensa Teatro Colón, fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli



NOCHE DE SUPREMO DELEITE

 

Teatro Colón, temporada 2023. Ciclo Grandes Intérpretes Internacionales. Recital de Sir Andras Schiff (Piano). Programa: Obras de Bach, Mozart, Haydn y Beethoven. 04 de Setiembre de 2023.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE (+).

 

  No cabe duda alguna de que este recital brindado por Sir Andras Schiff en la sala del Teatro Colón de Buenos Aires el pasado Lunes 5 quedará en el mayor recuerdo y pasará a engrosar la rica historia de Ntro. primer coliseo. Schiff es un artista consumado, gran docente y estupendo comunicador. En un fluido italiano (tras excusarse de no dominar la lengua española) anunció cada obra a interpretar de manera breve, concisa y entendible. Se prodigó en el piano por más de dos horas. Hizo de cada una de las obras que seleccionó para este recital una creación en sí misma. No dejó detalle alguno librado al azar y enseñó su camino de interpretación en un repertorio que fue desde el barroco tardío hasta el comienzo del romanticismo. El público (y aquí sí bien vale la expresión), se rindió a sus pies.

 

  Se sabe que el Mtro. húngaro es un gran intérprete de la obra de Bach  (cómo no recordar su versión del primer libro de “El Clave Bien Temperado” para la ahora extinta “Nuova Harmonía”) y nuevamente aquí lo demostró con creces. En el inicio, un Aria de las “Variaciones Goldberg” para continuar con el raramente frecuentado “Capriccio supra la lontananza del suo Fratello dilettisimo” y es volver a admirar, la transparencia de su sonido, su increíblemente leve manejo del  recurso del pedal, para entonces hacerlo casi a semejanza del clave y la perfección en los “tempi” elegidos. Debemos agradecerle la elección del “Capriccio…”, casi como un redescubrimiento de Bach a quién en el comentario lo definió como “El Maestro del Pasado” y es en la frescura de la interpretación, propia de quién ya se encuentra en plenitud de medios, en donde reside la riqueza de su enfoque.

 

  De manera sabia, enlazó a Bach con Mozart con otra rareza la “Fantasía en Do menor”, Kv. 415, en la que el genio austríaco  pareciera apoyarse en el inicio de “Una Ofrenda Musical” , según la clarísima explicación de Schiff y que guarda directa relación con el “Ricercare a 3” de Bach. Nuevamente la transparencia y el punto justo interpretativo para mantener en silencio al público que llenó la sala de manera apreciable. En las definiciones de este gran intérprete, si a Mozart le cupo el mote de “El Poeta”, a Franz Joseph Haydn le correspondió  “El Filósofo”  y del “Padre de la Sinfonía” Schiff ofreció una exquisita versión de la Sonata Nº 20 en Do menor, la que según musicólogos a los que el pianista adhiere en el concepto, es la primera obra que Haydn concibió para el Pianoforte exclusivamente, continuando de modo entrelazado con otra obra del creador austríaco, las “Variaciones” de 1793. La consustanciación con esta música, sus matices y su profundidad interpretativa no dejaron en el público duda alguna de la excelencia para el cierre de esta primera parte del recital.

 

  Si alguien pensó que tras aproximadamente una hora y veinte minutos de música, la segunda parte sería un tanto más breve, pues se equivocó. No pudo existir un mejor enlace que pasar del Haydn del final de la primera parte a Beethoven en toda la segunda. Siempre sorprendente, Schiff seleccionó las “Bagatellas” del Op. 126 para el comienzo. Es el Beethoven del final, el maduro, el consumado. Schiff las interpretó como una verdadera “unidad” “da capo a fine”  y en su versión se descubre su capacidad de resolver los desafíos que le plantean las obras que el selecciona para el programa de concierto.

 

  El remate sobrevino con una imponente versión de la sonata “Waldstein” en donde pasamos de la imponencia en los primeros ataques a los matices, planos sonoros, clima de absoluta intimidad y un bellísimo sonido pleno en sutilezas, para luego encarar el movimiento final con una arrolladora energía y un contundente final. Y aquí es justo expresar, la inmensa fortuna que quién esto escribe ha tenido de poder apreciar los enfoques distintos y ambos absolutamente valederos tanto de Daniel Barenboim con su despliegue de energía, como este en donde Schiff parece ir extrayendo cada detalle de Beethoven por mínimo que fuere y lo ofrece de ese modo al público.

 

  Austero en los gestos y en el sobrio agradecimiento al público, inclinando la cabeza hacia cada sector de la sala, Schiff brindó dos bises de noble factura: “Melodìa Húngara” de Schubert (casi una continuidad del derrotero de la música) y cerrar con el plenamente conocido primer movimiento de la Sonata “Facile” de Mozart (ni falta hizo que lo anuncie), culminando de esta manera un recital de antología. Seguramente con el correr del tiempo comenzaremos a escuchar los comentarios del tipo “yo estuve en ese recital” (aún como casi siempre ocurre, de gente que ni estuvo). Quienes si tuvimos la fortuna de estar, nos llevamos atesorados para siempre el recuerdo y el sonido de un artista increíble.  

 

Donato Decina

lunes, 4 de septiembre de 2023

 Buena reposición de “LUISA MILLER” con algunos altibajos por CLÁSICA DEL SUR


NO ALCANZA SÓLO CON BUENAS INTENCIONES

Martha CORA ELISEHT


Tras casi 60 años de ausencia de los escenarios porteños, la compañía de ópera

independiente LÍRICA DEL SUR decidió reponer uno de los grandes títulos de Giuseppe

Verdi: LUISA MILLER, compuesta en 1849 con libreto de Salvatore Cammarano

basado, a su vez, en la obra de teatro de Schiller Kabale und Liebe (Intriga y amor). Las

funciones correspondientes a la presente producción se están llevando a cabo en el

Auditorio Oscar Smith (Teatro Luz y Fuerza de la Capital Federal) entre los días 11 de

Agosto hasta el 16 de Septiembre inclusive y cuentan con la dirección musical de César

Tello, dirección escénica de Gabriel Villalba y producción artística de Juan Carlos

Montamat y Miguel Alberto Balea. Además, cuenta con la siguiente ficha técnica:

escenografía de Zacarías Gianni, vestuario de Teresa Pasquini, María Teresa Martínez y

Norma Dudan; iluminación de Guido Lombardo y utilería de Juan Carlos Montamat.

Participan Lidia Forastieri y Mariana Roccatagliata como asistentes de dirección

artística y musical.

Quien escribe tuvo la oportunidad de asistir a la función del pasado sábado 2 del

corriente, con el siguiente reparto: Eugenia Coronel Bugnon (Luisa Miller), Marcelo

Iglesias Reynes (Sr. Miller), Federico Rosales (Rodolfo), Augusto Nureña Santi (Wurm),

Bruno Sciaini (Conde Walter), Mónica Koggionis (Duquesa Federica), Natalia Vivas

(Laura) y Tomás Eckart (Mensajero). Participaron la orquesta y el coro de la compañía,

cuya coordinación estuvo a cargo de Lidia Forastieri y Daniel Malandrino.

A pesar de toda la adversidad económica que atraviesa el país, es notable

apreciar la avidez que tiene el público por ver una de las óperas menos representadas de

Verdi en todo el mundo – 14° lugar en Italia y se dio por última vez en el Metropolitan

Opera House de New York en 2018-. El auditorio Oscar Smith posee una platea para

aproximadamente 500 asistentes y estaba cubierta hasta la mitad de su capacidad. La

producción contó con traducción simultánea al castellano y proyección de video como

escenografía. Una vez más, se demuestra que se puede montar una ópera con escasos

recursos, pero bien administrados: en este caso, con algunos elementos de utilería (un

banco de piedra en el jardín de la casa de Miller, una mesa, dos sillas y un candelabro de

pie para las escenas en el castillo del Conde Walter y el interior de la casa de Luisa) para

brindar el marco escénico. Un marco móvil adornado con guirnaldas sirvió

perfectamente bien para el desarrollo de la primera escena del 1° acto, donde tiene lugar

el cumpleaños de la protagonista. Lamentablemente y, por desperfectos mecánicos, los

cambios de escena se hicieron a telón abierto. Cabe destacar la muy buena labor

desempeñada por Teresa Pasquini, Norma Dudan y María Teresa Martínez al elaborar

un vestuario de época para los protagonistas e integrantes del coro (tanto de aldeanos

como de cortesanos), que constituyó uno de los puntos más altos de la presente

reposición.


En cuanto a las voces, el coro actuó como un protagonista más, muy bien

preparado, pese a que -como en todo coro de compañía independiente- hubo

preponderancia de voces femeninas por sobre las masculinas. No obstante, sonó muy

bien, al igual que los roles secundarios y los protagonistas. La sorpresa de la noche fue

la mezzosoprano Mónica Koggionis como Federica, con una muy buena actuación y

caracterización de su personaje. Fue una de las más aplaudidas en el duetto junto a

Rodolfo (“Della parola amara perdona al labbro mio”) y en el duetto junto a Luisa del

2° acto. Quienes también tuvieron una muy buena actuación fueron Augusto Nureña

Santi y Bruno Sciaini encarnando a Wurm y el Conde Walter respectivamente. Este

último se lució en sus arias principales (“Il mio sangue la vita darei”) y ambos

descollaron en el dúo del 2° acto (“L’alto retaggio non ho bramato”), siendo

sumamente aplaudidos. Por su parte, el barítono Marcelo Iglesias Reynes también tuvo

una muy buena actuación como el padre de la protagonista desde su primera aria

(“Sacra la scelta é d’un consorte” y “¡Ah! Fu giusto il mio sospetto”), siguiendo con

las escenas de mayor intensidad dramática hasta el dúo junto a su hija (“La figlia vedi,

pendita”) y el trío final (“O figlia, o vita del cor paterno”), donde tuvo una muy buena

actuación junto a la protagonista y Rodolfo. El tenor Federico Rosales -quien debió

reemplazar a Gabriel García- posee una voz bella, bien timbrada, con buenos matices,

pero despareja. Sonó algo apagada en el dúo inicial (“T’amo d’amor ch’esprimere”) y

fue creciendo en intensidad a medida que se iba afianzando en el rol. No obstante, no le

alcanzó para el aria más célebre de esta ópera (“Quando le seré al placido”), donde se

lo notó exigido. Estuvo mejor en su interpretación en el último acto (“¡Ah! Tu perdona

il fallo mio”) hasta el parlamento final donde mata a Wurm (“La pena tua mira”) antes

de morir envenenado.

En cuanto a la protagonista, Eugenia Coronel Bugnon encarnó el rol principal de

manera impecable del principio al fin. Posee una voz caudalosa, con buenos matices,

línea de canto, brillo y coloratura en los pasajes. Sus dotes histriónicas le sirvieron para

ofrecer una muy buena interpretación de la doliente Luisa, quien pasa en un solo día de

ser amada (“Lo vidi e ‘l primo palpito”) a ser traicionada mediante un ardid urdido por

el malvado Wurm, quien está enamorado de ella y a quien detesta (“A brani, a brani, o

pérfido”). Fue sumamente aplaudida luego del aria del 2° acto (“Tu puniscimi, o

Signore”) y del 3° (“La tomba e un letto sparso di fiori”), antes del dúo junto a Rodolfo

tras haber bebido el veneno (“Ah, piangi il tuo dolore”) y en el trío final, donde yace

moribunda en brazos de su padre (“Padre, ricevi l’estremo addío”). Desde ya, fue

ovacionada al final. No puede decirse lo mismo de la dirección musical a cargo de César

Tello, donde la orquesta sonó -por momentos- muy desafinada y con numerosos

desacoples, lo que opacó una función que tuvo un gran desempeño vocal. Una pena.

Una celebra que se repongan obras de esta envergadura o títulos que faltan desde

hace mucho tiempo en las temporadas oficiales; sobre todo, cuando intervienen

profesionales de calidad, y más aún, cuando se cuenta con escasos recursos. Es muy

meritorio y loable por parte de la compañía, pero no alcanza solamente con las buenas

intenciones. Es preferible hacer menos funciones, pero donde todo suene perfecto.

sábado, 2 de septiembre de 2023

 


                                          Creditos: Liliana Morsia para Mozarteum Argentino


Sublime concierto de la Sinfónica de Lucerna en el Colón por el Mozarteum


BRILLANTE DE PUNTA A PUNTA


Martha CORA ELISEHT


La Temporada 2023 es deslumbrante por varios motivos: la enorme cantidad de

espectáculos que se dan lugar en múltiples ámbitos, la calidad de intérpretes

internacionales invitados y la unánime participación del público, donde muchas veces se

encuentra con el cartel de “LOCALIDADES AGOTADAS” al entrar en la página web

del Teatro Colón para tratar de adquirirlas. No obstante, debido a la difícil situación

económica imperante en el país, es una temporada donde se observa la escasa

participación de orquestas extranjeras. Afortunadamente, mediante un enorme esfuerzo

por parte de las autoridades del Mozarteum Argentino, la Orquesta Sinfónica de

Lucerna hizo su presentación el pasado lunes 28 del corriente sobre el escenario del

Teatro Colón bajo la dirección de Michael Sanderling, con la participación del

violoncelista inglés Steven Isserlis como solista.

El programa estuvo integrado por las presentes obras:

- Obertura “Egmont”, Op.84, n°1- Ludwig van BEETHOVEN (1770-1827)

- Concierto para violoncello y orquesta en La menor, op.129- Robert

SCHUMANN (1810-1856)

- Sinfonía n°5 en Do menor, Op.67- Ludwig van BEETHOVEN (1770-1827)

A diferencia de otras visitas de Michael Sanderling a la Argentina, esta vez contó

con una formación con menor cantidad de músicos en virtud del repertorio que se iba a

ejecutar. Pero su maestría se notó desde los primeros compases de la celebérrima

obertura de Beethoven, compuesta en 1809 por encargo del Teatro de la Corte Imperial

de Viena como música incidental para el drama Egmont de Goethe. Ésta, a su vez, se

basa en el tramo final de la vida del Conde de Egmont -noble holandés que se opuso al

régimen de terror impuesto por la Santa Inquisición española en 1561, motivo por el

cual fue condenado a muerte-. El poeta alemán construyó sobre la vida del conde un

personaje heroico que lucha por la justicia y la libertad. Beethoven compartía los

mismos ideales que Goethe y decidió crear su célebre obertura, que traduce

musicalmente la opresión y el terror con sus acordes iniciales en modo menor.

Posteriormente, la valentía y el coraje de Egmont se traducen en la célebre melodía en

modo mayor, que representa la libertad y la esperanza. La calidad de los músicos de la

Sinfónica de Lucerna y la impecable dirección de Sanderling hicieron que esta

famosa obertura sonara auténticamente beethoveniana.

Tras prácticamente más de 30 años de ausencia de los escenarios porteños, Steven

Issserlis volvió a tocar sobre el escenario del Colón (vino a la Argentina en 1992,

invitado por el Mozarteum). Y su regreso se colmó de gloria al ejecutar un concierto tan

complejo y difícil como el de Schumann. No sólo lo hizo de memoria, sino que logró

una interpretación magna cum laude (porque decir sublime es quedarse corto). Quien

escribe pudo apreciarlo desde su ubicación en el palco y notó que la expresión de su

rostro irradiaba la misma pasión y sentimiento con los cuales tocaba el cello. Su

excelente fraseo, su versatilidad y una soberbia profundidad de sonido en los tres

movimientos que componen esta obra (Nicht zu schnell (No demasiado rápido) /

Langsam (Lento) y Etwas lebhalter- Sehr lebhalt (Algo más animado- Muy animado) y

que se interpretan de modo attaca (sin interrupción) enamoraron al público. Unido esto

a un perfecto acompañamiento por parte de la orquesta, fue una versión memorable,

sumamente aplaudida por el numeroso público que se dio cita esa noche en el Colón.

Tal así fue, que Isserlis no sólo estaba contento y feliz por el recibimiento del público,

sino que, además, ofreció un bis, que sonó de manera elegante y sutil: la Sarabande de

la Suite n°3 en Do mayor, BWV 1009 de Johann S. Bach. Tras esta auténtica

demostración de virtuosismo, el Colón estalló en aplausos.

“¿Puede haber otra obra de Beethoven que confirme todo esto en mayor grado que

su indescriptiblemente profunda y magnífica sinfonía en Do menor?... En un clímax que

sube sin cesar, esta maravillosa composición lleva al oyente imperiosamente para

entrar en el mundo de los espíritus infinitos”. Las palabras de E.T.A.Hoffmann son la

mejor definición de la célebre Sinfonía n°5 en Do menor, Op.67, compuesta entre 1804

y 1808, cuando el genio de Bonn tenía 40 años y estaba sumamente preocupado por su

sordera. Sólo con 4 notas elaboró el motivo inicial, que se repite a lo largo de los 4

movimientos que la integran (Allegro con brio/ andante con moto/ Scherzo- Trío-

scherzo/ Allegro- Presto). La versión ofrecida por la Sinfónica de Lucerna fue

brillante desde todo punto de vista: impecables solos instrumentales, sonido compacto

cuasi prístino, soberbia labor por parte del director y, por sobre todas las cosas, con todo

el ímpetu y la pasión característicos del espíritu beethoveniano. Una de las mejores

versiones de este clásico de clásicos que esta cronista escuchó en su vida y otra ovación

de aplausos para la orquesta y el director, quienes decidieron ofrecer un bis: una versión

descollante de la archiconocida Danza Húngara n°5 de Brahms, que sonó

auténticamente gitana. No obstante, el público quería más: por dicho motivo, Michael

Sanderling anunció el siguiente bis: NIMROD de las Variaciones ENIGMA, de Sir

Edward Elgar. Otra interpretación sublime, llena de finura y sutilezas, que sació el

apetito sonoro de la audiencia y que culminó con otra lluvia de aplausos y vítores.

Una vez más, el Mozarteum Argentino lo hizo posible. Volvió a marcar su nivel

brindando la excelencia y la calidad de los intérpretes invitados en la presente

Temporada. Y. como siempre, es sumamente difícil para el periodista especializado

encontrar las palabras necesarias cuando todo ha salido perfecto al momento de escribir

una nota. En este caso, brillante de punta a punta.