UNA GRAGEA A MODO DE
REENCUENTRO
(SEA IGUALMENTE
BIENVENIDA)
Teatro
Colón: Concierto al aire libre en el Anfiteatro “Eva Perón” de Parque
Centenario. Actuación de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director:
Darío Domínguez Xodo. Solista: Pablo Saravi (Violín). Participación Especial:
Paula Peluso (Piano). (Temporada del 75º aniversario de la Orquesta). Programa:
Obras de Antonio Vivaldi y Astor Piazzolla (En el inicio de las celebraciones
del centenario de su natalicio y en adhesión del Teatro Colón a los festejos
del Bicentenario del Barrio de Caballito).
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Y por
fin el Colón y la Filarmónica. Cincuenta
minutos que parecen insuficientes pero que marcan el inalterable romance de los
habitués con la música. Cincuenta minutos de excelso silencio para seguir y
escuchar muy buen sonido. Cincuenta minutos sin aplausos fuera de lugar. Con un
programa “casi” a lo Gidon Kremer pero al cincuenta por ciento. Que sirvió para
homenajear a Caballito en su bicentenario, corazón de la ciudad , en un ámbito en
donde el Colón tuvo su segunda casa. Enumerar las figuras Nacionales e Internacionales que en el Parque Centenario
se presentaron de la mano del Teatro es interminable como también lo son las
instalaciones de escenarios, pero también los incendios y desmontes de las
diferentes estructuras que sirvieron para albergar la actividad musical y que
ahora, aún al no ser del Colón (como debería), continúa recibiendo
manifestaciones con el sello de calidad de Ntro. primer Coliseo. Un programa que obró de puntapié para el
inicio de los homenajes al gran Astor en su centenario, sumado a los festejos del
75º aniversario de la Filarmónica. Paradojas del destino: un oriundo de Mar del
Plata honrado por una orquesta de Buenos Aires cuyos conciertos fundacionales
se desarrollaron en Mar del Plata.
“Las Estaciones”. Las cuatro épocas del año
retratadas en música por mitades iguales. Las de Piazzolla como extremos del
programa (Otoño al inicio y el Verano al final) y las de Vivaldi al centro
(Invierno y Primavera). Abordadas por 21 instrumentistas de cuerda de la
Orquesta quienes cumplieron con todas las condiciones que la pandemia impone
(Hisopado previo, barbijos y distancia). Darío Dominguez Xodo (quien el pasado
año se hizo cargo de la Banda Sinfónica de la Ciudad) invitado a conducir la
velada, ingresando con su barbijo puesto. Xavier Inchausti como concertino y
tras el choque de puños a modo de saludo de
Este último con el conductor, por fin la música fluyó.
Las obras de Piazzolla fueron abordadas en
las ya bien probadas transcripciones de José “Pepe” Bragato, acompañante de Astor
en muchas de sus formaciones y para Vivaldi, lógicamente, el sonido de la
Orquesta Moderna.
Notable intensidad, profundidad y brillo se
percibió en “Otoño Porteño”. Volver a escuchar a esa cuerda notable con mayoría
de instrumentistas de la Orquesta que además conforman reconocidos conjuntos de
cámara del medio, dio por resultado una
muy buena versión. Súmese a ello una muy buena participación desde el piano de
Paula Peluso, actuando como sostén de la cuerda y marcando el ritmo distintivo “piazzoleano”.
En “El
Invierno” y “La Primavera” de “Las Cuatro Estaciones” de Antonio Vivaldi,
pudimos apreciar una notable faena de Pablo Saraví como solista. Histórico
miembro de la Filarmónica, integrante del Cuarteto Petrus, docente,
investigador e historiador del instrumento que tanto lo apasiona, demostró su
sapiencia y desplegó todo aquello que adquirió en sus años de "Camerata Bariloche”
tanto como en los recientes de “Los Solistas de la Academia Bach”. Sentimiento,
pasión, entrega y un momento de lujo en el Primer movimiento de “La Primavera”
cuando en su primer solo fue secundado por Xavier Inchausti y Hernán Briático registrándose
allí el punto culminante de la noche: cuerdas excepcionales y sonido
inmaculado. Más allá de mi consabida preferencia por instrumentos a la usanza
de época y que por lo tanto con ellos es distinto hasta el “tempi” (mucho más
intenso sin duda), las versiones fueron de muy buena factura y fueron recibidas
con entusiasmo por el público, el que llenó (hasta donde el aforo lo permitío)
las localidades habilitadas.
El
final reunió a todos los interpretes (incluido Saravi, quien en los fragmentos
de Piazzolla se ubicó junto a sus compañeros), en una buena versión de “Verano
Porteño”), que incluyó muy buenos solos de Xavier inchausti, el impecable
ajuste que Dominguez Xodo logró del conjunto (como a lo largo del concierto
todo) y una vez más el sostén de Paula Peluso desde el piano.
Y así, como lo marcan los protocolos, breve
en la duración pero intenso en la música, llegó el reencuentro con la
Filarmónica y el Colón (Sus principales directivos presenciaron el concierto, el
Personal de Sala asistió al público en todo momento, tanto como el de Seguridad,
el que en algún caso no se privó de excederse en la actitud como ocurrió hasta
el 2019). Todo parece indicar que Marzo traerá novedades. Hasta ahora hay trascendidos,
es cuestión de esperar. Una gragea por ahora. Esperemos que como consecuencia
traiga un efecto intensificador.
Donato Decina.
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