REVISIONADA
IMPECABLEMENTE, MUSICALMENTE INMORTAL
Nuova Harmonia 2018: Balletto di Roma: “Giulietta e
Romeo”: Basado en “Romeo y Julieta” de William Shakespeare y en la Música para
el Ballet Homónimo de Serguei Prokofieff. Interpretes: Azzurra Schena
(Giulietta), Luca Pannacci (Romeo), Raffaele Scicchitano (Mercuccio), Simone
Zannini (Teobaldo), Paolo Barbonaglia (París), Andrea Ginevra (Benvolio),
Giuseppe Paolicelli (Padre de Giulietta), Roberta de Simone (Madre de
Giulietta), Monika Lepisto (Madre de Romeo), Eleonora Peperoni (Nodriza),
Cecilia Borghese/Eleonora Pifferi
(Hermanas). Dirección Escénica: Fabrizio Monteverde. Iluminación: Emanuele De
Maria. Dirección Artística: Francesca Magnini. Director General: Luciano
Carratoni.
NUESTRA
OPINION: EXCELENTE.
Dentro de las propuestas que Nuova Harmonia presenta
durante la corriente temporada, causó expectativa esta que presentó al Balletto
di Roma, compañía surgida en 1960 por la fusión de la Escuela de Ballet de la
Opera de Roma y el Ballet de la Toscana, con la reformulación que el Coreógrafo
Italiano Fabrizio Monteverde realizó tomando la música inmortal de Serguei
Prokofieff y reprocesando la temática de la Obra de Shakespeare, dándole un
carácter mas fuerte a la figura de Julieta, mas libre, personal y decidida y a
Romeo una imagen entre la espada y la pared, en donde deberá optar por su
familia o jugarse por el amor de Julieta. La acción trasladada de Verona al Sur
de Italia en un pueblo no especificado. Las familias muy bien caracterizadas hasta
en los detalles de vestuario. Los Montecchi, con vestimentas de tinte Rojo, los Capuletti con
vestimentas de tinte Negro. Dos madres de fuerte carácter, la de Romeo “Jefa”
de Clan montada sobre una silla de ruedas para incorporarse de ella como
verdadera “Camorrera” ante cada gresca entre clanes y la de Julieta con un
sorprendente rol de jefa aún ante la presencia de su esposo, aquí en actitud
condescendiente con su mujer (raro por esas latitudes italianas), como en el
momento de imponerle a la joven el casamiento con París, mas allá del rechazo
que esta le tiene. Es Julieta la que cita a Romeo a escondidas luego de su
fiesta de quince (a la que Romeo, Mercuccio y Benvolio concurren en barra como
para “Arruinarla”, propósito frustrado ante el deslumbramiento que el primero
adquiere de Julieta). Es Julieta la que ve a Fray Lorenzo (aquí caracterizado
en las sombras por un actor al que no se le ve el rostro) y espera a Romeo para
casarse. Lógicamente es Julieta la que luego de las muertes de Mercuccio y Teobaldo,
del destierro de Romeo y la noticia del Matrimonio arreglado con París la que
le pide al Fray el narcótico que inducirá al error y la tragedia, en una escena
en la que encuentra a este autoflagelandose , acaso por no haber previsto esas
dos muertes. Y es ella la que decide de que forma morirá junto a su amado. Desde
allí partirá una coreografía moderna, plástica, técnica, llevada a cabo por un
imponente cuerpo de baile, muy disciplinado muy bien ensamblado que dieron vida
a este espectáculo formidablemente iluminado, con convincentes desplazamientos
escénicos en donde sobresalieron las labores de Simone Zannini como Teobaldo
(Acaso el bailarin mas dotado técnicamente de la agrupación) , Raffaele
Scicchitano como Mercuccio, dueño de muy buen porte, dotes para la comedia y
plasticidad absoluta y la pareja protagónica, de química absoluta, conformada
por Luca Pannacci como un estupendo Romeo, luciendo atribulado, pero igualmente
decidido a llevar adelante su historia de amor
y la Sobresaliente Azzurra Schena como Julieta, con escena maravillosa,
formidables recursos técnicos y actorales, dueña de una plasticidad absoluta.
Ha sido un
nuevo acierto del equipo comandado por Elisabetta Riva, el que seguramente se
profundizará en el futuro.
Donato Decina
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