Puntales fundamentales de esta producción: Guadalupe Barrientos y Leonardo López Linares. Fotografía: Leonardo Pecar para Clásica del Sur-
Clásica del Sur celebra su décimo aniversario
NABUCCO en el Avenida
Teatro Avenida
Jueves 1º de agosto de 2024
Escribe: Graciela Morgenstern
Nabucco. de Giuseppe Verdi
Libreto: Temistocle Solera
Elenco: Leonardo López Linares, María Castillo de Lima, Bruno Sciani, Guadalupe Barrientos,
Nicolás Sánchez, Miguel Angel Gualano, Lorena Sayegh, Miguel Alberto Balea.
Coro Estable de Clásica del Sur - Director: César Tello
Chorale Lyrique de Buenos Aires - Directora: Silvia Aloy
Dirección de escena: Gabriel Villalba
Preparación y dirección musical: César Tello
Giuseppe Verdi, el alma de la ópera italiana, fue un convencido nacionalista italiano. En plena
lucha por librarse de la opresión de los austriacos, y con corrientes de pensamiento que rompían
con lo establecido, nació Nabucco. Fue ésta, su tercera ópera, estrenada en el Teatro Alla Scala di
Milano, el 9 de marzo de 1842, la que le dio fama entre sus compatriotas. Su primera ópera no
había interesado demasiado y la segunda fue un fracaso, por lo que el compositor había decidido
no volver a componer. Cuando le presentaron el libreto de Nabucco, aceptó crear la música y la
completó en apenas tres meses.
Con el Teatro Avenida desbordante de público, Clásica del Sur celebró su décimo aniversario con
una muy buena versión de esta obra.
Verdi otorgó al coro el mismo protagonismo que a los solistas. El Coro Estable de Clásica del Sur y
Chorale Lyrique de Buenos Aires exhibieron buen rendimiento vocal.
En el rol protagónico, el barítono Leonardo López Linares llevó a cabo una muy buena
interpretación, con un registro parejo en toda su extensión. Como ya es bien sabido, su fraseo se
conforma perfectamente al estilo verdiano, destacándose tanto en los pasajes líricos, dolientes,
como en los más dramáticos y vigorosos. Su Dio di Giuda fue conmovedor. Una vez más, mostró
entrega total a su personaje y dio muestra de su experiencia en esta obra y de su calidad artística.
María Castillo de Lima fue Abigaille, un personaje muy demandante al que la partitura lleva del
agudo a las notas más graves, por lo que requiere un registro amplio, peso vocal y caudal sonoro.
La soprano posee un centro sólido y graves estentóreos. Debería lograr agudos más cubiertos,
para que no suenen tan punzantes, estridentes, lo que quita belleza a su canto. Comenzó con una
cierta inseguridad que fue en detrimento de su actuación, un tanto rígida. Pero a medida que la
función avanzaba fue sorteando las muchas dificultades que su parte exige, logrando los mejores
momentos en los piano y en la escena final, que resultó convincente.
Siempre es un placer presenciar las excelentes actuaciones de Guadalupe Barrientos.
Totalmente consustanciada con la ópera, brindó excelente calidad interpretativa y
homogeneidad en su registro, aportando bello color vocal, importante caudal sonoro e
intenso dramatismo al rol de Fenena.
Bruno Sciani como Zaccaria, cumplió de manera discreta, con graves destimbrados y afinación
errática.
En tanto, el tenor Nicolás Sánchez sonó seguro como Ismaele y brindó buena calidad
interpretativa.
El resto del elenco se completó con Miguel Angel Gualano, Lorena Sayegh y Miguel Alberto Balea.
La dirección musical del Maestro César Tello, aunque con pocas sutilezas, resultó bien
ensamblada, precisa y dinámica, poniendo ritmo y nervio a su batuta.
La dirección escénica de Gabriel Villalba, fue sencilla pero muy
adecuada. Ubicó la obra en tiempo y espacio y fue fiel al argumento. Con pocos elementos
escenográficos diseño de Zacarías Gianni, planteados con inteligencia, transmitió perfectamente lo que el libreto establece. Un rara avis en estos días en que lo ridículo prevalece. Tanto el vestuario como la iluminación fueron los adecuados.
Como era de esperar, hubo fuertes aplausos para celebrar no sólo esta década de vida, sino
también el esfuerzo que implicó la realización de este Nabucco.
CALIFICACION: MUY BUENA
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