lunes, 3 de febrero de 2020


Excelente reposición de “PORGY & BESS” en el Metropolitan de New York

MADE IN AMERICA
Martha CORA ELISEHT

            Dentro de la Temporada 2019-2020 del Metropolitan Opera House de New York, el pasado sábado 1° del corriente tuvo lugar la transmisión en HD de “PORGY & BESS” de George Gershwin (1898- 1937), con libreto de DuBose Heyward y Ira Gershwin, con un elenco compuesto por los siguientes cantantes: Eric Owens (Porgy), Angel Blue (Bess), Golda Schultz (Clara), Donovan Singletary (Jake), Frederick Ballentine (Sportin’ Life), Latonia Moore (Serena), Denyce Graves (Mariah), Alfred Walker (Crown), Errin Duane Brooks (Mingo), Chauncey Packer (Robbins y el vendedor de cangrejos), Norman Garrett (Jim), Jamez Mc Corkle (Peter, el vendedor de miel), Grant Neale (Detective), Tichina Vaughn (Lily), Bobby Mittelstadt (un Policía), Chanäe Curtis (Annie), Jonathan Tuzo (Nelson), Damien Geter (un estibador),Arthur Woodley (el falso abogado Frazier), Aundie Marie Moore (la vendedora de frutillas),  Michael Lewis (un funcionario) y Neo Randall (Scipio). La dirección orquestal estuvo a cargo de David Robertson, con régie de James Robinson, escenografía de Michael Yeargan, coreografía de Camille Brown, vestuario de Cathetine Zuber e iluminación de Donald Holder. El diseño de proyección estuvo a cargo de Luke Halle, mientras que David Leong coordinó y supervisó las escenas de lucha. Participó un coro integrado por cantantes afroamericanos, dirigido por Donald Palumbo y David Moody.
            Hacía prácticamente 19 años que la única ópera de Gershwin –denominada “ópera folklórica” por su autor- estaba ausente del escenario del Metropolitan. Gracias a los auspicios de The Sybill Harrington Endowment Fund y de Douglas Dockery Thomas, la presente coproducción pudo llevarse a cabo en forma conjunta con la Ópera de Amsterdam y la English National Opera (ENO). Con excepción de los roles interpretados por blancos  (Detective, un policía, Mr. Archdale y un funcionario), que son actuados –y no cantados-, el elenco de cantantes líricos es íntegramente afroamericano, acorde a la concepción de la novela homónima de DuBose y Dorothy Heyward sobre la vida de las comunidades negras en Cattfish Row (Charleston, Carolina del Sur). De ahí que sea difícil encontrar el elenco adecuado para su representación, a pesar de la enorme popularidad que tuvo la misma desde su estreno en el Alvin Theatre de New York, en 1935. Si bien Gershwin la consideraba su mejor obra, tardó mucho no sólo en componerla – más de 5 años, entre 1927 y 1932- sino también en ser reconocida como ópera para poder ser presentada en teatros líricos. En Estados Unidos, la primera representación completa de PORGY & BESS  tuvo lugar en la Ópera de Houston en 1976. Y en el Metropolitan de New York se representó por primera vez en 1985, con Grace Bumbry y Simon Estes en los roles protagónicos. El suceso fue rotundo y a partir de ese entonces, es la ópera con más representaciones en dicho país.
            La presente versión tuvo una particularidad: los cuatro actos se redujeron a dos –con un intervalo entre el final del 2° Acto y el inicio del 3°-  y se utilizó el escenario giratorio para facilitar los cambios de escena (perfectamente logrados mediante la proyección de video). Y previamente al comienzo de la función, el Director General de la entidad anunció que el protagonista -Eric Owens- iba a cantar su rol, pese a estar resfriado. ¡Y vaya si lo hizo! Este gran bajo- barítono estadounidense cumplió con su rol a la perfección–tanto vocal como actoralmente, interpretando magníficamente al lisiado Porgy-. Triunfó con creces en sus arias principales (“I’ve got plenty o’ nuttin’” y “Oh, Lawd, I’m on my way”) y en los dúos de amor con Bess (“Bess, you is my woman now” y “I want to stay here”). Quien escribe tuvo oportunidad de escucharlo interpretando roles tan diversos y de gran exigencia vocal como Orestes (ELEKTRA) y Vodik (RUSALKA), de modo que Porgy le sentó a la perfección. La soprano Angel Blue supo dar vida a una  excelente Bess, luciéndose  no sólo en los mencionados duetos de amor junto al protagonista, sino también en su aria con Crown (“Why wid you want Bess?”). Desde el punto de vista actoral, la protagonista se debate entre su adicción por las drogas y el alcohol versus la contención que le brinda el amor de Porgy, llevando una vida segura y tranquila. Y supo hacerlo con gran jerarquía. Pero quien se llevó los laureles desde el punto de vista vocal fue Latonia Moore, quien interpretó una Serena memorable. Su aria principal (“My man is gone now”) fue sobresaliente desde todo punto de vista, recibiendo numerosos vítores y aplausos hacia el final de la misma. También se destacó en la plegaria del 3° Acto (“O Doctor Jesus”). Y dentro de las voces femeninas, también tuvo una soberbia actuación la soprano sudafricana Golda Schultz, quien abrió la obra con la celebérrima Summertime. Posee una hermosa voz, con muy buenos matices y un timbre muy apropiado para este rol. Y Denyce Graves encarnó a una espléndida Mariah. Si bien su rol es más actuado y vocalizado que cantado, conserva ese hermoso color tonal que la hizo famosa internacionalmente. Además, hubo una revelación: Aundie Marie Moore, quien fue ovacionada luego de entonar su pregón como la vendedora de frutillas (“Oh, they’re so fresh n’ fine”). Es una joven soprano que suena muy prometedora, con una voz que sobresale por su timbre y su frescura. Se la vio muy desenvuelta en escena, derrochando gracia y simpatía sobre el escenario.
            En cuanto a las voces masculinas, se destacaron todos los principales protagonistas. El tenor Frederick Ballantine dio vida a un auténtico Sportin’Life, caracterizado por los atributos que requiere este personaje: miserable, cínico, descarado, atrevido, tramposo en la partida de dados, ofreciendo alcohol barato a Crown y drogas a Bess, quien finalmente cede ante su insistencia luego de la célebre aria “There’s a boat that’s livin’ soon for New York”. Y desde el punto de vista vocal, sobresalió en su aria junto al coro (“It ain’t neccesarily so”).  El barítono Alfred Walker –oriundo de New Orleans-  fue otra de las revelaciones al encarnar a un Crown que se caracterizó por su despotismo y brutalidad –requisitos fundamentales del personaje-. Asimismo, sobresalió desde el punto de vista vocal, ya que posee una bellísima voz, muy potente, oscura y con excelentes matices. Lo mismo sucedió con el barítono Donovan Singletary- egresado del Programa Lindemann para Artistas Jóvenes del Metropolitan-  quien ofreció un excelente Jake desde su primera aria (“A woman is a sometime thing”), al igual que Jamez Mc Corkle, cuya bella voz fue ideal para protagonizar a Peter (el vendedor de miel). El coro estuvo excelentemente bien preparado para las principales escenas donde participa el mismo y en el acompañamiento de blues, góspel y swing característicos de la obra. Y el trabajo coreográfico de Camille Brown fue estupendo para acompañar las escenas de conjunto. Lo mismo sucedió con las escenas de lucha entre los diversos protagonistas, donde la supervisión de David Leong rindió sus frutos. La perfecta y ágil dirección orquestal de David Robertson y la régie de James Robinson hicieron el resto para dar marco a esta gran versión del clásico de Gershwin.
            Si bien existen numerosas y excelentes versiones discográficas de PORGY & BESS – tanto en versión de ópera como de jazz-, cuando se representa Gershwin en un escenario estadounidense, con elenco íntegramente afroamericano –salvo algunas excepciones-, la mencionada ópera suena completamente diferente. Y esto fue lo que sucedió en el escenario del Metropolitan: una versión auténticamente Made in the USA, con el típico espíritu  norteamericano y sobresaliente desde todo punto de vista. 

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