sábado, 15 de febrero de 2020


 

UN MUY BUEN PROGRAMA PARA UN ATARDECER DE VERANO

“Centro Cultural Kirchner-Auditorio Nacional”: Concierto de Trompeta y órgano a cargo de Fernando Ciancio y Enrique Rimoldi. Programa de obras de diversos compositores. 14 de Febrero de 2020.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

  Se sabe que la presente temporada ofrece más incertidumbre que sorpresas. No es fácil programar cuando no se sabe a ciencia cierta con qué recursos se contará, máxime cuando no hay aún presupuesto definitivo y  con lo que hoy por puede contarse es la prórroga del cálculo anterior de gastos y recursos, el que no previó para nada la estampida inflacionaria que barrió con todas las previsiones.  Es por eso que en la reapertura del Centro Cultural Kirchner tras el receso estival, se desarrollan actividades para todo tipo de público y para el rubro que nos interesa, la música clásica, se ofrecieron dos actividades en su sala principal, el Auditorio Nacional, empleando su formidable órgano tubular Klais Op. 1912, sumadas a un muy interesante ciclo de cámara con tres expresiones del máximo nivel en la Sala Argentina.

  La parte organística le fue encomendada a Enrique Rimoldi, un reconocido interprete de muy extensa trayectoria en Ntro. medio, quien fuera uno de los grandes animadores del inolvidable ciclo de Conciertos de Organo en los Barrios  que con mano maestra desplegó por décadas Adelma Gómez. En su primera presentación hizo dupla con Jaquelina Livieri en canto (de la que Graciela Morgenstern habló profusamente en Ntro. programa de Streaming del pasado Sabado) y en esta con un consagrado trompetista argentino como lo es Fernando Ciancio.

  El programa musical ofrecido abarcó un muy amplio panorama desde el Barroco hasta el Post-Romanticísmo y fue pensado para todo tipo de público, desde el melómano consecuente hasta el neófito, con una interesante duración de una hora sin intervalos y en donde pudimos apreciar para el dúo “Bis du bei mir”  de Bach, “Gavota” de William Joyce, “Voluntary” en Si bemol mayor de John Stanley, una exquisita transcripción del “Prelude” al “Te Deum” de Marc Antoine Charpentier y del estupendo “Ave Maria”  de Bach/Gounod, otra estupenda transcripción que fue la de “Lascia ch’io Pianga” de “Rinaldo” de Häendel, la “Melodía Solemne” de Walford Davies, la “Sonata en Re mayor” de Henry Purcell (No exenta de aplausos entre movimientos pero que se pueden disculpar dado el público neófito que había en la sala y la imposibilidad aun de contar con programas de mano), “Jerusalem” de Parry y la siempre bienvenida “Trompeta Voluntaria” de Jeremiah Clarke. A lo largo de este extenso programa de composiciones, más allá de la duración breve de algunas de ellas, los interpretes se mostraron muy efectivos, con impecable ajuste, la exquisita y refinada técnica de Fernando Ciancio expuesta fundamentalmente en el “Ave María”, “Lascia ch’io Pianga”, el “Prelude” y en “Trompeta Voluntaria” y el total dominio de Rimoldi del instrumento para el que reservó tres momentos solistas en donde desplegó su solvencia interpretativa, muy bien elegidos ellos por sus diferentes estilos y las riquezas de matices que contienen. Fueron. “Marcha Triunfal” de Scotson Clark (Evidentemente inspirada ésta en la del “Sueño de una Noche de Verano” de Mendelsohn), el sorprendente “Bolero de Concierto”, Op. 166 de Louis Lefebure-Kely y el “Rigaudon”, Op. 56 de Andre Campra, gratas sorpresas todas ellas para muchos oyentes.

  Ante el sostenido aplauso de la concurrencia que cubrió el 75 % del Auditorio Nacional, los interpretes retribuyeron con una muy íntima y sentida transcripción de “Alfonsina y el Mar” de Ariel Ramírez y Félix Luna que puso broche de oro a un programa pensado para todos, ideal para esta época del año, el que permitió el lucimiento de ambos intérpretes y que con inteligencia, utilizando un noble instrumento de alto impacto, le permitió al público un exquisito momento de música clásica.

Donato Decina

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