viernes, 15 de abril de 2022

 

SE PUDO HACER Y EN MUY BUENA FORMA

 

Orquesta Sinfónica Nacional, temporada 2022 Concierto del ciclo regular, Director: Ulises Maino. Solista: Lorena Eckell (Piano). Programa: Obras de Williams, Schumann y Beethoven. Centro Cultural Kirchner, Auditorio Nacional, 13 de Abril de 2022.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  El concierto que a continuación comentaré, estuvo en duda hasta unos pocos días antes debido a que durante el día programado se llevaba a cabo en el mismo lugar la reunión de parlamentarios del grupo Europa-América Latina. Tras una apelación en las redes sociales por parte de Ulises Maino, el Director Invitado quien vino de Austria (donde hoy reside) para este concierto, se tomó nota y se logró la solución de posponer el horario de inicio en una hora para que esta actividad pudiera realizarse.

 

  Más allá de las vicisitudes arriba narradas, pudo apreciarse en el escenario la realidad de la Sinfónica Nacional hoy. La de una agrupación que por décadas (salvo algunas mesetas) viene siendo sistemáticamente desvalorizada al punto que hoy vive una crisis de la que solo podrá emerger con unidad de objetivos por parte de integrantes y funcionarios. La pandemia aceleró un proceso en el que ya sea por jubilaciones de muchos de sus miembros y partida de otros ante atrasos salariales, no logra concitar interés por parte de otros instrumentistas en concursar por los cargos vacantes, los que momentáneamente su cubren con músicos contratados hasta fines de este año. Hay negociaciones paritarias las que hasta ahora no han logrado acuerdo en cuanto a la recomposición salarial se refiere. Y todo esto lleva a que el programa ofrecido estuviera compuesto por obras en las que se requiere un orgánico de alrededor de una cincuentena de instrumentistas: “Primera Suite para Orquesta de Cuerdas” de Don Alberto Williams (Este año se cumplen setenta años de su fallecimiento. La Sinfónica lo recuerda, pareciera que otras grandes orquestas no), el Concierto para Piano y Orquesta, Op.54 de Robert Schumann y la Sinfonía Nº 4 de Ludwig van Beethoven. Como se puede apreciar, una programación para un organismo un poco más grande que una Orquesta de Cámara.

 

  Desde el vamos se notó la capacidad de Ulises Maino para la conducción de la Orquesta. Seguro, atento a todos los detalles, con precisión en las marcaciones, logrando llegar hasta el fondo de cada obra. En la Suite de Williams extrajo al máximo posible lo que la cuerda de la Sinfónica puede ofrecer. Vuelvo a detenerme aquí para   explicarles que dada la situación que expuse líneas más arriba, el director debe lograr el empaste entre quienes son miembros históricos de la Orquesta y los recién ingresados y Maino logró eso en gran parte de la noche. Algunas imprecisiones que se percibieron fueron propias de ese proceso sumado a que faltó algún ensayo producto del no poder trabajar en el Auditorio Nacional debido a la reunión política detallada al comienzo de este artículo, por lo cual considero que el resultado final fue satisfactorio. El corolario de la presentación de la obra de Williams estuvo dado por una versión prolija, intensa y bien expuesta.

 

  En cuanto al Concierto Op. 54 de Schumann, se logró el concurso de Lorena Eckell, una solista a la que hacía un largo tiempo yo no escuchaba. Posee una interesante trayectoria, de hecho pude apreciarla tiempo atrás con la versión que ofreció de esta misma obra en la Facultad de Derecho. En esta oportunidad nos encontramos con una solista que ha madurado su forma de interpretar este verdadero monumento musical. Pasajes de solidez, sutilezas, manejo de las sonoridades y de una vital conexión con el Director y la Orquesta y por parte de Maino el ida y vuelta permanente sumado a la marcación de precisa de cada instrumento o cada ataque de conjunto. Esto fue muy bien recibido por el público que de manera entusiasta sostuvo el aplauso y logró que Eckell brindara como bis una magnífica versión de un vals de Chopin en donde hizo gala de las cualidades antes descriptas.

 

  La parte final estuvo dada por la Sinfonía Nº 4 de Beethoven en una versión intensa y vibrante la  que tuvo su mayor lucimiento en el segundo movimiento en esos pasajes de corte intimista en los que Beethoven describe tan maravillosamente con su música el paisaje bucólico del lugar de descanso junto a la familia Guicciardi. Aquí hubo buenas intervenciones por parte del fagot principal y la flauta solista y un correcto solo de clarinete a cargo de Sofía Kujta. Maino sostuvo el discurso a un tempi ágil a lo largo de toda la versión y la Orquesta respondió plenamente culminando de esta forma una labor convincente. Esperemos entonces que los problemas que acucian a la Sinfónica Nacional se resuelvan paulatina y sostenidamente.  

 

Donato Decina

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