PARA FORMAR NUEVOS PUBLICOS
"Usina del
Arte": Actividad realizada en Co-Produccion con el Teatro Colon. Actuacion
de la Orquesta Estable del Teatro Colon, Director: Rodolfo Fischer. Programa:
Obras de Dvorak y Brahms. 16 de Junio de 2017.
NUESTRA OPINION: BUENO.
La muy loable labor que a
"Usina del Arte" y el Teatro Colon desarrollan con Conciertos como el
presente de la Orquesta Estable, sirven para, fundamentalmente, acercar al
publico neofito a la musica clasica, objetivo en gran parte cumplido, con gente
que indudablemente se acerca proveniente de los barrios, bastante juventud y,
por supuesto, algun turista que desprevenido o no, termina incorporandose a la
concurrencia, la que fue numerosa y que deberia haber recibido alguna
instruccion o algun anuncio de voz en off, sobre como comportarse en el
Concierto, cuando se aplaude y algun comentario de las obras a escuchar. El
programa incluyo, obras de Brahms y Dvorak, contemporaneos, a veces
antagonistas (es celebre la circunstancia del encargo Londinense a Dvorak de la
Sinfonia N° 7 para "contrarrestar" el peso y el triunfo de la Cuarta
de Brahms). Autores ambos de celebres Danzas (Las Hungaras en el Hamburgues y
las Eslavas que ahora comentaremos en el Bohemio). Entonces, equilibrio de
programacion y obras celebres para ganar nuevo publico. Muy buena decision.
Vayamos entonces al resultado.
De Dvorak se interpretaron las tres "Danzas Eslavas" mas celebres. La
"Chispeante" N° 1, del Op. 46, la "Melancolica" N° 2, del
Op. 72 y la "Electrizante" (Y mas celebre) N° 8, del Op. 46. Fischer
no pudo ajustar al conjunto con la acustica de la sala. La persistencia de un
timbal en "Forte" casi permanente y la estridencia del bronce por
sobre las cuerdas y maderas, que hacian casi inaudibles los pasajes fundamentales
de las composiciones, coadyuvaron para que los nuevos asistentes aplaudieran
con ganas (incluso entre una y otra danza), pero que para el entendido sean una
version mas de cada una de ellas. Sumado
a ello, la preocupacion del Director por la precision de las entradas
mas que por interpretar, dio por resultado un discreto trabajo.
Y de Brahms se escucho la
Tercera Sinfonia, la mas introspectiva y, para Mi, las mas gloriosa. Plena de
lirismo, de canto, de rebeldia, de melancolia. Y aqui los dos movimientos
iniciales y parte del tercero expuestos a trazo demasiado grueso, falto de
detalles, con un comienzo del ultimo de ellos salvado en parte por la sabia
guia de Stamir Todorov que movio a su hilera de Violonchelos de tal forma que
le dio en parte el "canto" orquuestal que hasta ese momento escaseaba
a todas luces. Solo a partir de la ultima entrada del celebre tema de este
fragmento comenzo a crecer la interpretacion, con un ultimo movimiento donde
por fin emergieron, la rebeldia, el lirismo, la energia y el magnifico final,
pleno de delicadeza y encanto.
El balance dejo el entusiasmo de los neofitos y, en parte, el
gusto salvado para parte del publico habitual.
Donato Decina
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