jueves, 22 de junio de 2017

PARA FORMAR NUEVOS PUBLICOS

"Usina del Arte": Actividad realizada en Co-Produccion con el Teatro Colon. Actuacion de la Orquesta Estable del Teatro Colon, Director: Rodolfo Fischer. Programa: Obras de Dvorak y Brahms. 16 de Junio de 2017.

  NUESTRA OPINION: BUENO.

  La muy loable labor que a "Usina del Arte" y el Teatro Colon desarrollan con Conciertos como el presente de la Orquesta Estable, sirven para, fundamentalmente, acercar al publico neofito a la musica clasica, objetivo en gran parte cumplido, con gente que indudablemente se acerca proveniente de los barrios, bastante juventud y, por supuesto, algun turista que desprevenido o no, termina incorporandose a la concurrencia, la que fue numerosa y que deberia haber recibido alguna instruccion o algun anuncio de voz en off, sobre como comportarse en el Concierto, cuando se aplaude y algun comentario de las obras a escuchar. El programa incluyo, obras de Brahms y Dvorak, contemporaneos, a veces antagonistas (es celebre la circunstancia del encargo Londinense a Dvorak de la Sinfonia N° 7 para "contrarrestar" el peso y el triunfo de la Cuarta de Brahms). Autores ambos de celebres Danzas (Las Hungaras en el Hamburgues y las Eslavas que ahora comentaremos en el Bohemio). Entonces, equilibrio de programacion y obras celebres para ganar nuevo publico. Muy buena decision.

  Vayamos entonces al resultado. De Dvorak se interpretaron las tres "Danzas Eslavas" mas celebres. La "Chispeante" N° 1, del Op. 46, la "Melancolica" N° 2, del Op. 72 y la "Electrizante" (Y mas celebre) N° 8, del Op. 46. Fischer no pudo ajustar al conjunto con la acustica de la sala. La persistencia de un timbal en "Forte" casi permanente y la estridencia del bronce por sobre las cuerdas y maderas, que hacian casi inaudibles los pasajes fundamentales de las composiciones, coadyuvaron para que los nuevos asistentes aplaudieran con ganas (incluso entre una y otra danza), pero que para el entendido sean una version mas de cada una de ellas. Sumado  a ello, la preocupacion del Director por la precision de las entradas mas que por interpretar, dio por resultado un discreto trabajo.

  Y de Brahms se escucho la Tercera Sinfonia, la mas introspectiva y, para Mi, las mas gloriosa. Plena de lirismo, de canto, de rebeldia, de melancolia. Y aqui los dos movimientos iniciales y parte del tercero expuestos a trazo demasiado grueso, falto de detalles, con un comienzo del ultimo de ellos salvado en parte por la sabia guia de Stamir Todorov que movio a su hilera de Violonchelos de tal forma que le dio en parte el "canto" orquuestal que hasta ese momento escaseaba a todas luces. Solo a partir de la ultima entrada del celebre tema de este fragmento comenzo a crecer la interpretacion, con un ultimo movimiento donde por fin emergieron, la rebeldia, el lirismo, la energia y el magnifico final, pleno de delicadeza y encanto.

  El balance dejo  el entusiasmo de los neofitos y, en parte, el gusto salvado para parte del publico habitual.


Donato Decina

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