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sábado, 18 de agosto de 2018
EVOLUCION EN MAS DE UN SENTIDO
“Evolución”: Espectáculo de Danza. Principales figuras: Carolina Agüero (Primera Bailarina del Ballet de Hamburgo), Tomás Bieszka (Solista de la Opera de Dresde), Florencia Chinellato (Solista de Ballet de Hamburgo), Lucas Segovia (Solista del Joffrey Ballet), Matías Oberlin (Solista del Ballet de Hamburgo), Julieta Paul (del Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata), Paula Cassano (del Ballet Estable del Teatro Colón), Carolina Basualdo (del Ballet del Sur), Karina Olmedo (Primera Bailarina del Teatro Colón), Nahuel Prozzi (del Ballet Estable del Teatro Colón). Participación de “Los Ballets de Araiz”, Dirección: Oscar Araiz y Yamil Ostrovsky y CEM (Compañía “En Movimiento), Dirección: Analía González. Maestro de Baile y Coordinación Artística: Mario Galizzi. Iluminación: Ernesto Bechara. Sonido: Lautaro Grinstein. Teatro Coliseo, 29 de Julio de 2018.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Como muy bien lo expresa en sus notas al programa de mano la estimadísima Patricia Casañas, hay en el título del espectáculo dos formas de ver la Evolución. La primera (y la mas lógica) es la del género, marcada por la presencia de un clásico como lo es el Pas de deux de “El Lágo de los Císnes”, otras coreografías de corte Neoclásico y finalmente obras contemporáneas. Y la otra visión que está conformada por la Evolución de las figuras invitadas. Al ver la trayectoria de la mayoría de los Artistas Argentinos que se han presentado, no puedo menos que asombrarme de como en el mayor de los silencios, con sacrificio, esfuerzo, talento, trabajo y humildad, partiendo desde muy jóvenes en busca de mejores horizontes, han llegado a posiciones relevantes en la escena internacional. Es motivo de orgullo ello y es motivo de preocupación ver que solo yéndose al exterior es como se pueden alcanzar esos objetivos. No se trata solo de que los teatros oficiales que cuentan con cuerpos estables se hagan cargo. Hoy por hoy con una ley de mecenazgo cuestionada en lo que a su aplicación se refiere, costos que son imposibles de afrontar por si solas por agrupaciones privadas y la inversión que un bailarín debe afrontar para su formación (de no hacerlo en un Instituto Oficial), hacen que el horizonte que nuestro medio ofrece sea sumamente limitado. Emigrar es casi un imperativo. De ahí que estas presentaciones nos permitan (al menos en mi caso) conocer y disfrutar a estos promisorios valores que están tomando la antorcha que dejaron las Cassano, Rosetti, de Mitri y a las que en pocas horas mas se les sumará Karina Olmedo y los Bocca o Guerra.
Un interesante aporte para las presentaciones grupales lo dio para las aperturas de primera y segunda parte la presencia de integrantes de “Los Ballets de Araiz”, los que encabezados por Martín Machín en la primera y Verónica Bozzano en la segunda presentaron dos notables trabajos : “Pulsos” en donde se le da al cuerpo de baile la posibilidad de expresarse al compás de la música de John Adams y en donde Araiz se reservó para sí la coordinación de la coreografía. Acción, intensidad, vibración, energía liberada fue lo que los bailarines plasmaron en la escena. En cambio la segunda parte tuvo en “Canto Jondo” con música de Carlos Surinach, Ritmo Jondo y Tientos un trasfondo oscuro, relacionado con todo lo oscuro que la cultura española ha tenido a lo largo de la historia, y si nos adentramos aún mas, la cultura andaluza en particular. Un juego de desplazamientos y contrastes nos va trazando el recorrido. Y en ambos trabajos, el notable vestuario de Renata Schissheim: Ropa de trabajo Naranja en el primero, resaltando mas el movimiento y de Blanco y Negro la segunda, sugiriendo ese ambiente sórdido.
También hubo un interesante aporte de la CEM (Compañía “En Movimiento”), a través de “Remanso” una coreografía de Analía González que mereció el Premio María Ruanova 2018, que otorga el Consejo Argentino de la Danza. La interrelación entre dos hombres y una mujer, los vínculos afectivos, las separaciones y reencuentros, plasmados en un trabajo que requiere de la plasticidad de los bailarines, la concentración y un despliegue amplio en escena. Soledad Mangia, Manuel Pacheco y Gastón Gatti fueron los protagonistas que con gran calidad lograron el objetivo trazado por la coreógrafa González.
Y vamos entonces a las figuras invitadas. La Cordobesa Carolina Agüero, quien conformó dupla con el Norteamericano Thomas Biezska. Agüero es hoy primera figura del legendario Ballet de Hamburgo con anteriores pasos por el Ballet Argentino de Julio Bocca, el Ballet de Santiago (Chile), el Stuttgart Ballet, Dresden Ballet y el Ballet Nacional de Finlandia. Su compañero de esta oportunidad proviene justamente del Dresden Ballet, con paso previo por el Ballet de la Opera de París y el San Francisco Ballet y formación en la Julliard School y en la escuela del American Ballet. Animaron el ya mencionado Pas de deux de “El Lago…” con una prestancia estupenda. La calidad de desplazamientos de Agüero, la presencia y porte de Bieszka y el estupendo entendimiento entre ambos dieron por resultado la muy buena versión ofrecida. Y en la segunda parte animaron “Invisible Grace” la coreografía neoclásica de Yaroslav Ivanenko basada en música de Gurdjeff, con técnica suprema.
Florencia Chinelatto, Oriunda de Paraná e integrante desde el año 2005 del Ballet de Hamburgo, realizó dupla con el Santafecino Matías Oberlin, compañero suyo desde el año 2014. Ambos revisten allí la categoría de solistas y lograron de manera natural un entendimiento que se plasmó en dos muy buenas versiones coreográficas. La Imponente de John Neumeier (Su Director en el Ballet) del “Adagietto” de la quinta sinfonía de Mahler y también de tan notable creador “La Dama de las camelias”, con música de Chopin. Los encuentros, las partidas, los enlaces, se dieron en ambos trabajos de modo natural, con mucha química entre ambos y esa frescura es la que el público premió espontáneamente con el aplauso.
Julieta Paul (Bailarina del Teatro Argentino de La Plata), Carolina Basualdo (Integrante del Ballet del Sur de Bahía Blanca) y la muy conocida Paula Cassano (Miembro del Ballet Estable del Teatro Colón), dieron vida a “Les Eumenides” del Solista del Ballet de Santiago Bertrand Cortot de Boutellier. Sín argumento, es en el desarrollo de las formas y el clima que las interpretes deben lograr en donde reside el interés y es allí, en la técnica, los desplazamientos y las formas en donde las tres bailarinas se han destacado.
El punto mas alto de la noche lo pusieron Karina Olmedo y Nahuel Prozzi con una electrizante recreación de la Coreografía de Mauricio Wainrot a partir de “Escualo” de Astor Piazzolla. Enlaces, lo dicho, desplazamientos electrizantes, energía, entrega. Cuesta creer que Olmedo se esté retirando. Fueron breves pero intensos minutos que dejaron marca en el escenario.
Y me reservo para el final la opinión sobre la revelación de la noche. Lucas Segovia, Solista del Joffrey Ballet, formado en el Ballet Argentino y en la Escuela de Washington y decididamente dedicado ahora al repertorio basado en el musical. Bailó en estreno mundial una coreografía de la Colombiana Anabelle López-Ochoa la que con solo 31 años está llamada a ser un nombre importante en la creación coreográfica. “Vendetta”, basada en “Elizabeth Bay” un tema de Hauschka para Piano Preparado y efectos diversos es el disparador para un despliegue inmenso, demostrando Segovia técnica solvente e impecable actuación. Le cupo cerrar la gala con “Percussion 4” de Bob Fosse, abordada con un despliegue estupendo que le valió al interprete la segunda gran ovación de la noche.
Es una gran satisfacción ver el crecimiento de todos y pronto nos lamentaremos por el retiro de Karina Olmedo. Ojalá veamos mas seguido estas galas con mas compatriotas destacándose.
Donato Decina
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